La intervención del Presidente cubano este 26 de septiembre en la Asamblea General de la ONU recordó a Fidel y los principios de la Revolución Autor: Juventud Rebelde Publicado: 26/09/2018 | 01:50 pm
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, al intervenir por primera vez este miércoles en la Asamblea General de la ONU, responsabilizó al capitalismo, y especialmente al neoliberalismo y al imperialismo, por los 821 millones de hambrientos, los 751 millones de analfabetos y los más de 800 millones que carecen de servicios básicos hoy, entre otras injusticias.
En un discurso que fue clara respuesta a las agresivas y falsas acusaciones de Donald Trump, en la víspera, contra el socialismo, también recordó que esas cifras son capaces de remover la conciencia pero no existe voluntad política en la llamada comunidad internacional para cambiarlas.
El Presidente cubano apuntó cómo bajo el sistema capitalista se han extendido las guerras y conflictos, los refugiados y los migrantes, entre otros males, y dijo que es un régimen opuesto a la solidaridad y la participación democrática, al tiempo que sus patrones de producción y consumo amenazan el equilibrio ecológico.
Denunció que hay recursos suficientes hoy para erradicar la pobreza y las enfermedad, lo que no hay es voluntad política de los países industrializados que tienen los recursos, para resolver los problemas más agobiantes.
El máximo dirigente cubano también puntualizó que el cambio climático es otra realidad ineludible y de sobrevivencia para humanidad y recordó que algunos de sus efectos se sienten ya y son irreversibles.
Sin embargo, deploró, EE. UU. rechaza acompañar a la comunidad internacional en el Acuerdo de París y compromete la vida de generaciones futuras y la supervivencia de las especies y, más aún, perpetúa y expande el hegemonismo militar contra el afán de desarme completo, que Cuba comparte.
También recordó el imperativo que constituye la cooperación internacional para hacer valer los derechos humanos y denunció que su manipulación selectiva viola el derecho a la paz, a la libre determinación y al desarrollo de los pueblos.
El Presidente también apuntó el rechazo cubano a la militarización del ciberespacio y al uso de las tecnologías para agredir a los Estados.
El multilaleralismo y un mundo multipolar son requerimientos para la convivencia pacífica, y preservar la paz y hallar soluciones duraderas a problemas sistémicos, dijo Díaz-Canel, quien se pronunció contra el uso de la fuerza, el unilateralismo, las represalias y sanciones que forma parte de la conducta de EE. UU. así como su uso abusivo del veto, realidad que plantea enormes desafíos y amenazas dentro de la propia ONU.
Preguntó por qué no se concreta el fortalecimiento de la Asamblea General y dijo que no debe impedirse la reforma del Consejo de Seguridad.
También denunció que Nuestra América es hoy objeto de crueles amenazas a su Proclama de Paz con la proclamación por la actual administración de EE: UU. de la vigencia de la Doctrina Monroe y su ataque con saña a Venezuela.
Díaz-Canel reiteró el absoluto respaldo a la Revolución Bolivariana, su unión cívico militar y al gobierno legítimo y democrático de Nicolás Maduro.
El Presidente cubano también reiteró que el bloqueo es el principal obstáculo para relaciones bilaterales normales con EE.UU.y la disposición a relaciones respetuosas y civilizadas con ese Gobierno sobre la base de la igualdad soberana y el respeto mutuo.
Esa es la voluntad soberana del pueblo de Cuba, dijo.
En otra parte de su discurso, el Presidente cubano denunció que el Gobierno de EE.UU. mantiene hacia la Isla una retórica agresiva con la intención de subvertir su sistema político y dijo que, cediendo a presiones, ese Gobierno se ha dedicado a fabricar escenarios de tensión y hostilidad que ha nadie benefician.
Entre nuestros pueblos hay vínculos históricos y culturales cada vez más cercanos, dijo, y afirmó que las potencialidades para realizar relaciones comerciales fluidas existen y beneficiarían a los gobiernos de la región.
Pero el elemento definitorio de la relación bilateral sigue siendo el bloqueo, aseveró. Ese sigue siendo el obstáculo fundamental para el desarrollo del país y la concreción del progreso y bienestar de los cubanos.
Recordó también el carácter extraterritorial de esa política y su afectación a terceros y agradeció a la Asamblea General por su apoyo al pueblo cubano cada año en la demanda de que el bloqueo sea levantado.
Más adelante reiteró que Cuba mantiene la disposición a relaciones respetuosas y civilizadas con el Gobierno de los EE. UU. sobre la base de la igualdad soberana y el respeto mutuo. Esa es la voluntad soberana del pueblo de Cuba, afirmó Díaz-Canel, quien también reivindicó la devolución por EE. UU. del territorio cubano ilegalmente ocupado en Guantánamo y la reparación al pueblo cubano por los muertos y daños de tantos años de agresión estadounidense.
Cuba siempre estará dispuesta a cooperar desde el respeto y el trato entre iguales, reafirmó. Pero no negociaremos nuestros principios ni aceptaremos condicionamientos.
También alertó que el cambio generacional en Cuba no debe alentar a sus adversarios. Somos la continuidad, no la ruptura, declaró.
El pueblo cubano jamás regresará al pasado oprobioso del que se liberó con sacrificios, dijo, y aseveró que por decisión de la abrumadora mayoría de los cubanos y las cubanas, daremos continuidad a la obra emprendida 60 años atrás.
Comentó sobre la reforma a la Constitución en marcha en Cuba y manifestó su convicción de que no habrá cambios en nuestros objetivos estratégicos, y que el carácter irrevocable de nuestros principios será refrendado.