El arquitecto italiano radicado en Cuba falleció a sus 90 años. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 07:03 pm
Un comunicado de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción (UNAICC) de Cuba informa sobre el fallecimiento en La Habana del profesional italo-cubano Roberto Gottardi Folín (1927-2017), el primer extranjero en recibir el Premio Vida y Obra de Arquitectura 2016.
El triunfo revolucionario de 1959 marcó el inicio de profundas transformaciones económicas, políticas y sociales en la nación cubana, y era imprescindible borrar toda huella de un triste pasado neocolonial.
Se produjeron grandes cambios en el sector constructivo, en los que se destacó la presencia de arquitectos extranjeros que arribaron al territorio cubano para ser partícipes de un hecho histórico: la Revolución cubana.
La figura del arquitecto Roberto Gottardi Folín apareció de manera directa relacionada con la gigantesca obra por emprender y su labor se vinculó con la proyección y construcción de escuelas, puestos de mando, centros culturales, escenografías, restaurantes, tipologías representativas de la nueva ideología revolucionaria y del contexto en el que nacieron.
Pese a que su arquitectura y su diseño no perdieron jamás de vista las necesidades y las funciones por las que surgieron, tampoco abandonaron nunca la impronta de una arquitectura de autor; que aunque rara vez se repite formalmente, si ha dejado entrever la creatividad y el sello de originalidad de este autor.
Se manifestó siempre en contra de la homogeneidad, la repetición y la rutina, aspecto que se mantuvo en favor de hacer una arquitectura contemporánea cubana en oposición a los modelos importados.
La integración de manifestaciones artísticas de su trabajo dio lugar al nacimiento de obras de gran singularidad, pero sobre todo, trajo consigo un enriquecimiento del diseño y del nivel cultural de los diseñadores como paso previo a la creación de verdaderas obras de arte, significativas para su contexto.
Fue uno de los primeros arquitectos contemporáneos en llevar a cabo la integración por contraste en la remodelación de edificios antiguos, lo que ha resultado de gran importancia para el diseño contemporáneo cubano.
Esto último ofreció la posibilidad de dar valor a los elementos antiguos e integrarlos a los modernos, sin crear un caos visual o desestimar los valores históricos de los inmuebles remodelados.
Sus preceptos conceptuales resultan de gran validez por cuanto son aplicables a la arquitectura contemporánea y sirven de guía a los proyectos de las nuevas generaciones de arquitectos y diseñadores a los que Gottardi Folín dio siempre un gran valor.
En sus obras emblemáticas, reconocidas nacional e internacionalmente, figuran el conjunto de las Escuelas de Artes, sin dejar de tener en cuenta su labor como formador de profesionales e investigador.
Por esas razones y mucho más, la UNAICC le otorgó el Premio a la Vida y Obra de Arquitectura 2016.