X Congreso UPEC Autor: Irene Pérez Publicado: 14/07/2018 | 12:10 am
A nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a Antonio Moltó Martorell, quien fuera el último presidente de la organización y falleciera en agosto del pasado año, se dedica la máxima cita de los periodistas cubanos, que abrió sus sesiones de trabajo este viernes en la capital, con profundos espacios de debate sobre problemas cruciales del periodismo en el país.
Una exposición de fotografías que muestra el vínculo del líder histórico de la Revolución con la prensa se muestra por estos días en los salones del Palacio de las Convenciones, donde tiene lugar el evento.
Fue Moltó quien aseguró que la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) sirve para ponerle luz al país, para hacernos fuertes, para unir, para evitar la dispersión, para premiar al que lo merece y llamar la atención contra la injusticia cuando no se premia al que lo ha ganado en buena lid, para decir «Sí» donde otros dicen «No se puede».
Este viernes en La Habana los afiliados de la organización se comprometieron a ser fieles a esta premisa, a iluminar al país con un periodismo cada vez más comprometido con la obra revolucionaria cubana.
Los pequeños de La Colmena TV y la voz de Annie Garcés se hicieron notar en la jornada de apertura del 10mo. Congreso de la UPEC, en la que fueron presentados los 25 nuevos miembros electos del Comité Nacional de la organización.
Niños de La Colmena TV amenizaron la apertura.
Asimismo, se discutieron y fueron aprobadas las modificaciones de los estatutos y el Código de Ética, de acuerdo con los planteamientos resultantes de la última cita gremial y los encuentros previos al cónclave, y se eligió por voto secreto a la nueva presidencia de la organización, cuyos resultados se darán a conocer este sábado.
Los delegados también conocieron, mediante un material audiovisual, del trabajo realizado durante el período 2013-2018 en torno a las 26 tareas esenciales en las que el gremio laboró hasta la fecha en función del mejoramiento de la labor periodística y las condiciones de trabajo de los profesionales de la prensa, así como en la formación de nuevos especialistas cada vez más competentes, entre otras.
Como colofón de la jornada de ayer se desarrolló el trabajo en comisiones, en las que se debatió en torno al funcionamiento de la UPEC, la ética y la comunicación, la agresión mediática contra Cuba, la innovación y nuevas tecnologías, y la gestión de contenidos en el ejercicio de la profesión.
El experimentado reportero Luis Hernández Serrano llamó a hacer un periodismo más atractivo.
Hay que cambiar los medios y las mediaciones
«La mejor idea puede estrellarse contra la práctica si no se crean las condiciones para hacerla viable. Por eso hay que cambiar los medios y las mediaciones, porque ningún sistema de comunicación es un oasis feliz en medio del desierto: depende de otros subsistemas, se relaciona con ellos, y funciona exitosamente si se acopla al resto de la sociedad con una visión estratégica», destacó Raúl Garcés Corra, Doctor en Ciencias de la Comunicación Social y decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, al presentar interesantes reflexiones en una ponencia sobre los desafíos que sobrevienen para los profesionales de la prensa con la Política de Comunicación Social del Estado y el Gobierno.
«Este Congreso nos convoca a analizar cómo implementar la Política de Comunicación recién aprobada, y no debiera eludir dicha circunstancia, porque un cuerpo de objetivos y principios, por perfecto que sea, no resuelve mágicamente problemas que tienen, además, un sedimento cultural y la inercia de las tradiciones.
«Una política es un espíritu, un paraguas regulatorio, una herramienta para mirar el futuro articuladamente. Y, en el caso de Cuba, incluso en medio de amenazas históricas y presentes, es la oportunidad de redescubrir el socialismo con un rostro simbólico moderno, participativo, innovador e irrenunciablemente democrático», resaltó.
Garcés Corra comentó que para lograrlo nos asisten como puntos de partida nuestra voluntad política, nuestra conciencia de la necesidad de modernizar el Estado, y un ecosistema comunicativo radicalmente distinto al de décadas precedentes.
«Mientras más canales, soportes y lenguajes tengamos para darle voz a la gente —dijo—, más evidente se hace la necesidad de dotar a la comunicación de una visión estratégica. Para eso llega esta política, pero también para vencer los desafíos de la gestión, la institucionalidad, la apropiación, la innovación y la credibilidad que tenemos por delante».
Y es que, según explicó, en un contexto donde a la generación histórica le siguen nuevos actores; donde los mecanismos de producción y reproducción del consenso han cambiado radicalmente; donde los modos de gestión del sector privado y cooperativo obligan al Estado a maximizar su eficiencia, resolver el problema de la comunicación no es un desafío meramente comunicativo: «El futuro de la Revolución Cubana se juega en los terrenos económico y político, pero también y con mucha fuerza, o incluso especialmente, en el campo simbólico».
Convocó a los presentes a no escatimar tiempo y a hacer lo que sea necesario para generar símbolos fuertes, unificadores de la nación, atractivos para las generaciones más jóvenes. «No aplacemos un minuto el objetivo de fortalecer nuestros medios públicos y acompañar ese proceso con los mecanismos económicos, culturales y profesionales que le den sostenibilidad».
Ponderó que, como decía Julio García Luis, esta es la hora de nosotros, porque «nadie hablará por nosotros. Nadie hará lo que nos toca hacer a nosotros. Tendremos lo que nos ganemos, lograremos lo que nos merezcamos, dispondremos del espacio que sepamos ocupar. En el mundo del poder no se regala nada y nada viene por añadidura. Ideas, prácticas y hechos son los únicos que pueden movernos hacia delante”», concluyó.