El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés y autoridades de la provincia asistieron al izaje de la obra. Autor: Jorge Luis Guibert Publicado: 21/09/2017 | 05:35 pm
SANTIAGO DE CUBA.— Vuelve Enrique Ávila a regalarles a los cubanos la grandeza de un héroe en un abrazo de acero y luz. Esta vez trajo hasta Santiago de Cuba la nobleza encarnada en la mirada del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque y delineada en un relieve escultórico de 32 metros de altura y 15 toneladas de peso, que fue colocado en uno de los laterales del teatro Heredia de esta ciudad.
El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, acompañado de las máximas autoridades de la provincia, presenció el izaje de esta obra, que se integra al paisaje urbanístico de la Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
Nuevamente Ávila trabajó con el acero, pero en esta ocasión en dimensiones mayores a lo empleado en sus obras dedicadas a Camilo y Che, ubicadas en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana.
La escultura, que tendrá un moderno sistema de iluminación, se complementará con la frase «Aquí no se rinde nadie», con los rasgos de la caligrafía del propio Comandante Almeida.
Acompañó al autor un equipo creativo formado por Rafael Torres, Román Acosta, Alberto Suárez, el ingeniero Camilo Velar y el joven arquitecto santiaguero Luis González, quien proyectó una plazoleta que se hará a los pies de la escultura, para la realización de actos políticos y culturales.
Empresas del Ministerio de la Construcción, junto a Cubana de Acero, Copextel, Cubiza, la Empresa de Servicios Especializados en Dirección de Proyectos, la Emproi-15 de Santiago de Cuba y otras contribuyen a la culminación de esta obra.
«Este es mi modesto aporte a Santiago de Cuba, por la celebración del aniversario 60 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes», afirmó Enrique Ávila.