Acuse de recibo
Regina Oilda Mena Sarduy escribe en nombre de los vecinos de la calle Virtudes, entre Nazareno y Pastora, en la ciudad de Santa Clara, para denunciar una especie de olvido, una obra trunca que los afecta sobremanera, sin que aparezca una solución.
Cuenta que hace meses, antes de la COVID-19, en esa cuadra se presentó una tupición de aguas albañales, exactamente al frente de una vivienda, y fluía directamente hacia la calle, llenándolo todo con una fetidez e insalubridad imposibles de resistir.
Los vecinos reclamaron a Acueducto y Alcantarillado y nadie se presentó. El pasado 29 de junio formularon otra queja ante el departamento de Atención a la Población del gobierno municipal, con número de reporte 648. Y Acueducto fue a evaluar la situación.
Entonces, se cerró la circulación vehicular. Abrieron dos enormes hoyos en el medio de la calle en cuatro días de trabajo. Y como al parecer no encontraron la solución, refiere, Acueducto se marchó, y dejó no solo dos gigantescas fosas descubiertas, sino además dos enormes montañas de escombros a sus alrededores.
Ante tal situación, señala, el delegado del Poder Popular y la presidenta del CDR se comunicaron con el director de Acueducto y Alcantarillado en el municipio, quien alegó no poseer recursos para terminar el trabajo, y que se había comunicado con el presidente de la Asamblea Municipal, para poner en su conocimiento la situación.
«De esa fecha a la actualidad nadie se ha personado en la cuadra, afirma. Pasamos la tormenta tropical Laura en total abandono, por lo que decidimos escribir y plantear nuestro dilema, pues nadie se siente responsable ante tan lamentable situación que nos han creado», concluye Regina Oilda.
Vania Cabrera García (calle 235, edificio 50, apto. 7, entre 280 y 282, reparto Inav, Wajay, Boyeros, La Habana) confiesa que disfruta las ventajas del pago de diversos servicios por la novedosa aplicación Transfermóvil, la cual le ha sido de gran ayuda.
Siempre ha pagado su factura del consumo eléctrico por dicha aplicación; pero en junio pasado lo hizo mediante efectivo en mano por el ventanillo, pues ya concluía el mes. Le entregaron su comprobante de pago, el cual conserva.
Ahora en este septiembre consultó su factura y, para sorpresa suya, debía aún el mes de junio. Le cobraron el consumo de junio ¡por segunda vez! al pagar septiembre.
Fue a la oficina comercial de la Empresa Eléctrica en el reparto Abel Santamaría, y allí le explicaron que, por ellos, no tiene deudas, que el problema es con el Banco. Se comunicó telefónicamente con el Banco Metropolitano y le dijeron que no tienen responsabilidad alguna, que la Empresa Eléctrica es la que pone el fichero para el cobro del servicio.
«¿Quién me devuelve el dinero que he pagado doble?», pregunta Vania.
Van a hacer cuatro años que la casa de Miguel Suárez Núñez, en Cabacú, municipio guantanamero de Baracoa, fue seriamente averiada por el huracán Matthew, con afectaciones de techo, de carpintería y serios daños al inodoro y el lavamanos.
Cuenta que entonces, ya antes de terminar el mes, el Estado le había entregado los principales materiales, a precios subsidiados, y había repuesto los servicios de electricidad, agua y teléfono. Pero el inodoro aún no aparece.
«He recibido desde el primer día respuestas del técnico de la Dirección Municipal de la Vivienda que atiende la circunscripción, siempre aludiendo a que no entran suficientes tazas sanitarias, o que las que llegaron fueron entregadas a casos sociales… ¿Imagina usted cuatro años sin inodoro, a expensas de la solidaridad de la familia. No soy más explícito por lo sensible del asunto. Para colmo, no dispongo de solar que me hubiera permitido hacer un inodoro rústico», concluye Miguel, desde La Trochita, no. 6, en Cabacú.