Acuse de recibo
El 18 de agosto pasado Rubén Rolando Serrano Orozco (Fernández Marcané 56, entre 4ta. y 5ta., reparto Santa Bárbara, Santiago de Cuba) intentó comprar dos cervezas con su tarjeta magnética, en el complejo gastronómico El Wamby, de esa ciudad. Al pasarla por el POS, este no funcionó, y tuvo que pagar en efectivo. Lo que verdaderamente adquirió fue un problema…
El 22 de ese mes, Rubén Rolando verificó en un cajero automático sus últimas operaciones con la tarjeta. Y surgió el misterio digital: le apareció un gasto de 188.50 con fecha 18 de agosto. Él no había insertado la misma en ningún otro POS después de la fallida operación de las dos cervezas. Hummmm… gato encerrado…
En el banco donde está el cajero automático le aconsejaron que fuera a Fincimex, donde la atendió un funcionario. Le dijo que su tarjeta es del Banco Popular de Ahorro (BPA) y no de Bandec (las que ellos atienden). Y le dio un teléfono en Fincimex en La Habana, con el cual nunca se pudo comunicar.
Rubén Rolando fue al Wamby y le comunicó lo sucedido al gerente, quien con otros más, sacó el listado de las operaciones del 18 de agosto. Y le notificó que ese día nadie pagó con tarjeta. Y al no encontrar evidencia, le dijo que nada se podía hacer.
Entonces Rubén Rolando fue al BPA, de donde es su tarjeta. Allí lo atendió la jefa de Caja, quien le dijo que en casos como el suyo, se hace una reclamación por teléfono al Banco Virtual en La Habana, con un plazo de diez días. Así la hizo. Y a los diez días, se personó en el BPA: la jefa de Caja le planteó que, según el Banco Virtual, la factura es precisamente del Wamby.
Pero al mismo tiempo, el Banco en La Habana planteó que ellos no tienen que ver con eso; «cosa que realmente no entiendo, expresa, ya que, si es así, ellos pueden determinar donde se cometió el “error”».
Rubén Rolando volvió al Wamby, para informarles el resultado de la reclamación. Y allí le dijeron que ellos no tienen solución.
Como última esperanza, el hombre fue a Cimex, que es la entidad rectora del Wamby. Allí se entrevistó con el gerente y le contó. Este tomó el número de su tarjeta y el de su carné de identidad y le prometió hacer las investigaciones.
Al cabo de una semana, le respondió que no había solución, pues no se había podido determinar el POS que emitió la factura de 188.50 que se debitó en la tarjeta indebidamente.
«Para finalizar, manifiesta Rubén Rolando, pregunto al Banco Virtual: si conocen el origen de dicha factura, ¿por qué no aportan los datos para resolver esta situación. No es solamente la devolución de mi dinero, sino detectar el hecho, que es bastante serio, y pone en entredicho la seguridad de las tarjetas magnéticas».
Osvaldo Mesa Cabrera (Avenida no. 2, Guásimas, Cárdenas, Matanzas) cuenta que su hijo menor, residente en España, le envió dos paquetes el 20 de agosto pasado, y llegaron el 11 de octubre al Correos en Jovellanos, que es donde vive su hijo mayor, Osvaldo Mesa Herrera, en Calle 1ra, entre 4C y 4D, reparto Luisa.
Al abrirlos, refiere, se detectó que faltaban un par de zapatillas, un short y dos pulóveres. Y en sustitución, para equiparar el peso, habían echado una caja plástica con accesorios parecidos a un calentador con cables. «Eso es una burla, una falta de respeto; espero una respuesta de Correos de Cuba», concluye Osvaldo.
Rita María Guzmán Zarut (10 de Octubre no. 1264, entre Carmen y Vista Alegre, Víbora, La Habana) cuenta que hace un año fue operada de una revascularización en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, y dedica su carta al colectivo de ese centro asistencial; y en especial a los médicos y enfermeras del 4to. piso, por su trato amable, paciencia y profesionalidad con que atienden todos los días. Y en especial, a la cardióloga Yanela Ortega, y el cirujano Robertico Núñez, por su entrega, amor y dedicación. «Que sigan teniendo tanto amor para sus pacientes», expresa.