Acuse de recibo
Elizabeth Fonseca Castellano (calle 15 no. 129, San Antonio del Sur, Guantánamo, refiere que tradicionalmente viaja por Ómnibus Nacionales en diciembre y en sus vacaciones hacia Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, donde viven sus padres.
Pero en el pasado diciembre, cuando fue a comprar pasajes con destino a Contramaestre, se le planteó que, según informó la Dirección de Transporte de su territorio, tenía que pagar el pasaje hasta Camagüey, cuando antes podía hacerlo hasta el mismo Contramaestre… Y que ya eso estaba implantado hace años.
Elizabeth cuestiona: «¿Por qué tengo que pagar hasta Camagüey si viajo hasta Contramaestre? ¿Qué se hace con esos dos asientos que tengo que pagar hasta Camagüey cuando llego a mi destino?
«La preocupación no es solo mía, sino también de otras personas que desean viajar a provincias centrales, como Villa Clara y Sancti Spíritus, y tienen que pagar hasta La Habana», concluye.
Aunque piensa que no hay por qué exaltar a quien cumple con sus deberes cotidianos, Augusto A. Iribarren Alfonso (calle General Marrero 8A, bajos, entre 14 y 15, Lawton, 10 de Octubre, La Habana) sí considera que es necesario honrar públicamente a los excepcionales.
Cuenta que en su barrio hay un médico «andarín», fuera de serie en todos los órdenes: el doctor Néstor Díaz Lobo, clínico del policlínico Lawton que da sus consultas especializadas en los consultorios de la comunidad.
Además de esas consultas que le corresponden, señala, el doctor Díaz Lobo hace funciones de geriatra y atiende directamente en sus casas a ancianos con discapacidades como mal de Alzheimer, problemas de movilidad y otras dificultades de salud. «¡Y lo hace habitualmente, sin necesidad de ir a buscarlo!», remarca.
Si una persona mayor requiere atención adicional por razón de alguna dolencia aguda dentro de su cuadro crónico, solo hay que decirle para que visite al necesitado de manera priorizada, plantea Augusto.
«Personalmente, afirma, le debo agradecer las veces que atendió con profesionalidad y amor a mi difunta madre de la cuarta edad. Y he sido testigo de su atención con otros ancianos vecinos. Ese debe ser el ejemplo del médico que necesita nuestra sociedad.
«Sirva esta nota para que el doctor Néstor Díaz Lobo sea también reconocido en su centro de trabajo, el policlínico Lawton, y hasta más allá, como ejemplo de verdadera virtud social», concluye Augusto.
Ya lleva unos años expandiéndose por nuestros campos y ciudades el caracol africano, una especie muy prolífica en reproducirse y muy dañina a la salud humana, porque es portadora de la meningoencefalitis eosinofílica. Y para colmo daña las plantaciones.
En esta columna han aparecido en diversos momentos preocupaciones de cubanos acerca del auge que ha tomado esta especie, muy resistente a la aplicación de productos químicos. Y esta vez, el alerta lo da Niurka García Casañas, residente en Avenida 91 no. 8410, entre 84 y 86, en Alquízar, provincia de Artemisa.
«Es algo preocupante, que necesita una respuesta urgente y un accionar disciplinado y mantenido, para tratar de eliminar la propagación de esta especie, que se reproduce aceleradamente.
«Cada caracol puede llegar a depositar entre 500 y 600 huevos de una sola puesta a una profundidad de 25 centímetros del suelo, explicaron especialistas de Epidemiología y Sanidad Vegetal al periódico El Artemiseño.
«Todos tenemos que saber de este peligro, y todos tenemos que involucrarnos en esta tarea. Y las autoridades que tienen que proyectarse en tal sentido, que lo hagan, por favor».