Acuse de recibo
La pregunta que encabeza este espacio la hace en su carta Ernesto Amador Varela, residente en calle 5ta. No. 49219, entre 492 y 494, en esa localidad playera del municipio capitalino de La Habana del Este. Y denuncia que la insalubridad allí no tiene comparación. La contaminación de la playa, resultado del vertimiento de aguas albañales por más de 40 años, es conocida por todas las instituciones que deben controlar el medio ambiente, incluidos Salud Pública y el Poder Popular, entre otros.
Le consta que llevan más de tres años haciendo el alcantarillado de esa localidad, sin tener proyectado el punto de vertimiento final. «Se han hecho las atrocidades más grandes, enfatiza, hasta descubrir una tubería en tres ocasiones por mala colocación de los tubos, sin tener en cuenta los parámetros técnicos elementales de todo ducto, así como que el hormigón que se le echa al recubrimiento final no cuente con el cemento necesario y solo sea recebo más un poco de cemento, que se van con el primer aguacero».
Para construir el acueducto de agua salada, añade, se han desbaratado todas las calles. Y en cada cuadra y esquina hay un salidero. Son focos de mosquitos de todo tipo. Y por la noche, cuando se va el agua, los salideros se contaminan de las albañales.
Observa Ernesto que al reparar lo hacen sin tener el menor celo estético. «Los jefes no llaman la atención, y todo queda no como estaba, sino con 20 defectos que afean el entorno. O con huecos y oquedades en la vía».
Precisa que con la demolición de construcciones cercanas a la orilla, el paisaje se ha afeado. «Hay que venir caminando por el Rincón de Guanabo, Brisas, Veneciana, Los Espigones, Guanabo, Boca Ciega y Santa María, para ver destrozos de construcciones. Horror da la destrucción del puente Boca Ciega-Santa María, que no ha tenido reparación hace años y era antes un orgullo», afirma.
Margarita Chen Aranguren (Avenida 35, No. 4603, entre 46 y 48, Playa, La Habana) cuenta que, a raíz de los problemas presentados hace un mes con los cajeros automáticos en la capital, a su hija Maylín González Chen, al intentar extraer los únicos 100.00 CUP que le quedaban en su tarjeta magnética, el cajero le emitió un saldo negativo.
Al personarse en la agencia del Banco Metropolitano donde se encontraba el cajero —en 42, entre 33 y 35, Playa— le dijeron que había más casos en esa situación y que debía dirigirse al Banco Metropolitano donde opera su centro de trabajo, el de Línea y Paseo. Allí, le sacaron el estado de cuenta: aparecía una extracción de 500.00 CUP que ella no había hecho. Y le orientaron ir a la sede central del Banco Metropolitano, en Desagüe y Almendares. Allí, la reorientaron hacia las oficinas de Atención a la Población, en Cuba y Empedrado.
Resultó que Maylín tenía un saldo negativo con el Banco. La reclamación se hizo el 19 de febrero pasado, con un término de 30 días hábiles para darle respuesta.
Cualquier imprevisto puede suceder, pero el asombro de Margarita es que a su hija, en espera del desenlace, le han rebajado de su salario todos los importes acreditados de las dos quincenas. No ha podido cobrar nada, ni tampoco el estímulo en CUC, porque la tarjeta la tienen bloqueada, bajo una supuesta deuda con el Banco.
«Mi hija es una trabajadora con un hijo de cinco años, y yo jubilada, señala. Desde que está en esa situación no ha podido cobrar nada, ni de una tarjeta ni de otra. Es injusto que le hagan un descuento de una operación que nunca se realizó».
Alexis Canetti (Porvenir 519, entre Tejar y Pocito, Lawton, La Habana) relata que frente a su casa, hace 15 días, hay dos cables de acometida eléctrica que dan chispazos cuando, por el aire, se tocan. Esto provoca bajas de voltaje que afectan los equipos eléctricos y son un peligro real.
Lo reportó al 188888 de la Empresa Eléctrica, y le dijeron que es un problema de poda de árboles, que le corresponde a la Organización Básica Eléctrica (OBE) del municipio. Habló con la secretaria del Director de la OBE y le dijo que eso era de poda. Amablemente le notificó que lo iba a reportar. «De eso hace 15 días, apunta, y la situación sigue igual. Si un cable de esos cae y mata a un ciudadano, ¿entonces qué?».