El orgasmo es disfrute llevado a su máxima expresión y requiere consentir la experiencia erótica
L.E.: Tengo un problema hace nueve años. Estuve con una pareja y no tuve ningún orgasmo. Nos separamos y estoy con otra persona y todavía no he podido tener ningún orgasmo. ¿Será que tengo algún problema? ¿Será que sigo enamorada de mi pareja anterior? No sé qué me está pasando. Solo tengo 25 años. He estado con dos hombres. ¿Será ese el problema?
El orgasmo es disfrute llevado a su máxima expresión. Requiere consentir la experiencia erótica, disponiéndose a entregarse y perder el control, sin saber bien qué sucederá. No basta con encontrar las caricias apropiadas; además hay que dejarse sorprender por las vivencias, permitir que el cuerpo comande y lleve la delantera.
Tampoco el orgasmo es cuestión de cantidad de hombres. Basta uno, cuyo modo de amar se una a fantasías que compartas hasta el punto de querer ser su protagonista. Las sensaciones que experimentes al conversar, escuchar e intimar pueden indicar si se trata de la persona indicada.
Suele ser tan importante encontrar al compañero que invite al disfrute, como permitirse la entrega. Pero no son pocas las ocasiones en las cuales debemos afrontar barreras que obstaculizan la experiencia. Por ejemplo: temor a que el goce nos descontrole, envicie o nos ate; rechazo a quien nos conmueve por no parecer conveniente; olvidarse de su placer para complacer, a cambio de amor.
Ni la cantidad de hombres, ni el sentimiento que te ata al anterior explican que no hayas tenido la experiencia. Valdría apuntar a ese modo en que has logrado hasta hoy vincularte con esos novios, sin el placer que anhelas. No dudes en consultar a un profesional que pueda ayudar a identificar qué te sucede a ti.