Mientras Samsung asombró al mundo hace unos días con un prototipo de celular con pantalla plegable, una desconocida compañía china lo hizo más al lanzar un modelo comercial. ¿Apunta esta industria a teléfonos capaces de doblarse?
Es, por naturaleza, una tableta. Al doblarlo, se convierte en un móvil. Se llama FlexPai y hace solo unos días sorprendió al mundo como el primer dispositivo comercial con pantalla plegable.
Unas horas antes de ser revelado FlexPai por la compañía china Royole, Samsung había hecho lo suyo con su Infinity Flex Display, tecnología para doblar las pantallas que darán vida a una nueva gama, Galaxy F, en 2019.
Lo sucedido comienza a mostrar un camino que hasta ahora no ha sido explorado, aunque sí deseado, por la industria de los teléfonos celulares: el de las pantallas flexibles.
La lógica indica que en algún momento esta tecnología debía llegar al mercado. Si en su época inicial fueron pequeños los móviles, la aparición de teléfonos inteligentes demandó pantallas cada vez más grandes. Hoy, un teléfono con una frontal de seis pulgadas es algo normal. En algún instante fueron considerados como phablets, término que significa la unión entre un móvil y una tableta, pero ahora ni siquiera se usa. Sencillamente son parte del nuevo estándar.
Empero, el crecimiento de las pantallas móviles tiene un límite más allá de las seis pulgadas. Las tabletas comienzan a considerarse como tales desde las siete pulgadas, así que una solución más «flexible» es la que permite allanar el camino para una experiencia de usuario que promete ser todavía más variada en un mundo adicto a los móviles.
FlexPai es el primer teléfono móvil comercial flexible. Foto: Royole
Siendo justo, es interesante el concepto de un móvil capaz de agrandar su tamaño para un uso más multimedial. Si algo significa un obstáculo para la visualización de videos o la lectura en un teléfono inteligente es su tamaño. Las tabletas, en cambio, son mejores en estas funciones.
FlexPai ofrece ahora la posibilidad de contar con ambos modelos en un solo dispositivo, gracias a una pantalla nativa de 7,8 pulgadas que se transforma en una de cuatro pulgadas cuando se dobla.
Se trata de una tecnología que es propiedad de Royole, y permite doblar la pantalla 180 grados horizontalmente. De acuerdo con la compañía, el usuario podría hacerlo unas 200 000 veces de forma confiable. ¿Y luego? Es a cuenta y riesgo.
Por el momento, de FlexPai se conoce que desplegado tiene un grosor de cerca de ocho milímetros, y doblado supera los 15 milímetros. En cuanto a prestaciones, tendría entre seis u ocho gigabytes de memoria RAM, más de 128 gigabytes de almacenamiento interno y un procesador Snapdragon 850.
Su sistema operativo se denomina Water OS, algo que publicaciones especializadas señalan como una derivación de Android, aunque la empresa responsable no ha aclarado nada al respecto. Ya es un hecho, además, que soporta la tecnología de carga rápida en su batería.
El equipo no es para nada barato. Hablamos de una tecnología propietaria cuyo precio mínimo rondaría los 1 400 dólares, algo que casi siempre sucede cuando un producto es único en el mercado. El blog italiano HDblog asegura que este terminal tendrá versiones para Europa y Norteamérica, y por ahora solo se venderá en China.
El pasado 7 de noviembre, durante una conferencia de prensa, la sudcoreana Samsung presentó su Infinity Flex Display, tecnología de pantalla flexible que pretende cambie el modo en que se usan los equipos celulares.
En un auditorio sin luces, solo con alumbrado parcial en el escenario —para evitar que se vieran detalles del nuevo celular en el que trabajan—, expertos de Samsung presentaron la nueva pantalla.
Durante la presentación trascendió que esta pantalla estará insertada en un nuevo teléfono que saldrá a la venta el próximo año. Por fuera, el terminal tendrá una pantalla que funcionará como la de cualquier otro, y dentro quedará esta flexible para que haga las funciones de tableta.
Precisamente este panel flexible es el que incorporará la mayor cantidad de novedades, ya que contará con una nueva interfaz de usuario que ha sido desarrollada en colaboración con Google, la cual permitirá ajustar las ventanas de hasta tres aplicaciones simultáneas en diversos tamaños y espacios de la pantalla, teniendo así una optimización que se adaptaría a los gustos de cada usuario, informó Xataka.
Según Samsung, este panel tendría una dimensión de 7,3 pulgadas, pero no especificó cuál sería la resolución. Su fabricación consiste en una tecnología de doblado de paneles desarrollada por la compañía, la cual cuenta con una nueva capa protectora con un polímero avanzado que permite que sea flexible y resistente a la vez.
Sin embargo, una semana después de la presentación, la agencia de noticias Yonhap anunció que había obtenido información fidedigna de cómo será el nuevo smartphone.
Se trata de una nueva gama denominada Galaxy F, por flexible. El teléfono sería presentado en un evento exclusivo en el primer trimestre de 2019, junto al Galaxy S10. Yonhap reveló que la nueva pantalla tendrá una resolución de 1536 x 2152 píxeles, con una densidad de 420 píxeles por pulgada. En el exterior la pantalla sería de 4,6 pulgadas.
El terminal sería único de su tipo, y el precio, todavía más caro que el FlexPai: 1 770 dólares. De ser todo esto cierto, sería el modelo más caro del mercado, tras descartar marcas como Vertu, que desarrollan terminales para millonarios.
La compañía sudcoreana, agregó Yonhap, espera vender al menos un millón de copias de este terminal, una forma de probar la respuesta a la nueva tecnología. Por ahora solo queda esperar a ver si realmente pega entre los usuarios y estamos, efectivamente, ante una nueva tendencia en tecnología móvil.