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Netflix, Twitch, Facebook Live: ¿la TV y el cine en jaque?

La posibilidad de acceder a un inmenso catálogo de contenidos en línea es explotada por las empresas de Internet con tremendo éxito

Autor:

Juventud Rebelde

Ya sé. Soy tremebundo con el titular de esta semana. Pero, ¿cómo no cuestionarse el futuro de medios de difusión tradicionales como la televisión y el cine con el empuje de las nuevas tecnologías?

La pasada semana analizamos el impacto que ha tenido YouTube en la comunicación audiovisual, donde adelantamos que los servicios de transmisión en línea han ganado fuerza como nunca antes.

Un factor medular para este análisis es que la mayoría de las personas solo disponen de un rato al día para entretenerse. Si a ello sumamos que las nuevas tecnologías les permiten decidir qué van a consumir —así como cuándo y dónde—, entenderemos por qué son millones en el mundo quienes no ven la televisión a la que estamos acostumbrados, o van al cine. La web se ha convertido en su espacio de consumo audiovisual.

Múltiples son los nombres de los sitios en línea o servicios audiovisuales a los que hoy se puede acceder, Internet mediante. Términos «raros» como Netflix, Twitch o Facebook Live identifican a plataformas que ya se encuentran entre las más populares y hacen competencia directa a YouTube. Cada uno de estos sitios tiene particularidades que los hace únicos, por lo que han construido una comunidad de usuarios muy fieles y apegados a ellos.

Sin embargo, este tipo de consumo audiovisual tiene un largo camino por recorrer, que se resume en dos palabras: brecha digital.

Con solo el 40 por ciento de entre los más de siete mil millones de habitantes de este planeta conectados a la Red de redes, todavía el cine y la televisión son los medios más populares para entretenerse en la mayoría del mundo.

A pesar de esta realidad, es válido un acercamiento a Netflix, Twitch y Facebook Live para comprender cómo estas plataformas y otras similares comienzan a insertarse de forma especial en la opción primera de los más jóvenes, tanto para crear como para consumir contenidos.

Un tv que no es tv

Con 81 millones de suscriptores, Netflix evolucionó hace unos años a una compañía de video en línea. Fundada en 1997, se dedicó en sus albores a rentar películas y series de televisión en formato DVD. Aunque todavía hoy es posible obtener materiales audiovisuales mediante este modelo de negocio, actualizado a los Blu-Ray, el desarrollo del ancho de banda posibilitó que comenzaran a ofrecer la suscripción para consumir contenidos a través de Internet y desde el televisor de casa, hace al menos un lustro.

Así, Netflix ya está disponible en 130 países. El contenido que ofrecen varía en cada territorio, pero básicamente es una plataforma de video bajo demanda. El usuario paga un monto acorde con la calidad del video que recibirá (definición estándar, alta, o ultra), y tiene a su disposición una inmensa base de datos de películas, series, documentales y shows televisivos, los cuales mira cuando puede… o quiere.

La flexibilidad de este consumo hizo que Netflix ganase adeptos rápidamente, y a ello la compañía sumó la generación de contenidos originales. Si inicialmente pasaba películas y series de terceros, luego de obtener los permisos de transmisión, hoy Netflix es responsable por la creación de estos productos, además de documentales y otros especiales.

Netflix, sin embargo, es un servicio «elitista». Para una calidad estándar, la velocidad de la conexión debe ser de al menos tres megabytes por segundo. Los materiales de alta definición necesitan de cinco megas y la ultra alta definición, o 4K, requiere de 25 megabytes. En el mundo solo existe un país con un 97 por ciento de adopción de esta banda ancha, y es Corea del Sur.

¡Hola, mundo!

Lanzado este 2016, el servicio de transmisión de video en directo Facebook Live permite a cualquier persona transmitir su vida para todo el planeta.

No es esta una idea original de Facebook. Desde hace años existen servicios que permiten a los usuarios realizar transmisiones en vivo a través de la web, como US Streaming o el propio YouTube.

Estas plataformas previas, no obstante, son servicios focalizados en base a sus usuarios. Facebook, por otro lado, es la mayor red social del mundo, y sus 1 600 millones de personas registradas tienen en un solo lugar una cantidad de opciones lúdicas que los «enganchan».

Todos sabemos que en Facebook podemos chatear, hacer llamadas de voz y video, seguir temas o medios de comunicación que nos interesen, usar videojuegos, impulsar grupos, crear eventos. La posibilidad de «transmitirnos en vivo» simplemente agrega más condimento a la fórmula de Mark Zuckerberg.

La nueva herramienta, disponible en el menú contextual que aparece a la izquierda de cada usuario de Facebook, permite acceder a un mapa global cargado de puntos azules donde cada uno de ellos significa una transmisión en vivo. El mapa es también un reflejo de cuán conectado está este mundo. En todo el continente africano, por ejemplo, es raro ver un solo punto azul.

Por el momento Facebook permite que los usuarios transmitan hasta 90 minutos y puedan guardar el video en cuestión para ser visto luego por terceros. Además, Zuckerberg anunció que implementarán una funcionalidad de transmisión 24 horas seguidas, pero el video no se podrá guardar.

Acaso esta funcionalidad abre una nueva dimensión para el audiovisual: si hasta hoy los «reality shows» a tiempo completo eran exclusivos de la TV, bastará con que una productora decida transmitirlo por Facebook (donde la audiencia podría ser de 1 600 millones de personas), para que esto se convierta en tendencia. El Show de Truman, la película protagonizada por Jim Carrey en la década de los 80, de pronto sería una realidad constante en la Red de redes.

Tú juegas, yo miro

Acaso todavía más interesante es la experiencia de Twitch, un caso donde «el alumno superó al maestro». En 2007, dos jóvenes crearon justin.tv, un sitio para transmitir video en directo por Internet.

La popularidad de los videojuegos y el incremento del ancho de banda hicieron que justin.tv creciera de forma exponencial gracias a twitch.tv, como inicialmente se llamó a este canal, lanzado como un subproducto de esa plataforma de streaming.

Twitch, en línea desde 2011, es un sitio para entusiastas de los videojuegos. Sus usuarios tienen la posibilidad de transmitir en vivo lo que juegan al resto del mundo.

El éxito de esta plataforma es tal, que Amazon la compró en septiembre de 2014 por 970 millones de dólares, y hoy tiene un promedio de 43 millones de usuarios activos mensuales.

Los deportes electrónicos, cada vez más populares, transmiten ya las incidencias de sus ligas a través de Twitch. Y se espera que en cinco años la base de usuarios se duplique, según cifras de la misma plataforma.

Estas y otras opciones han comenzado a redefinir los modelos de consumo audiovisual. Ya existe, por ejemplo, Prima Cinema, un sistema que permite ver las películas de estreno en los cines desde la casa. El único problema es que ha sido diseñado para los más ricos de este mundo, pues cuesta 35 000 dólares el equipo que se conecta a la red para este fin.

A pesar de los avances tecnológicos que todavía existen, creo firmemente que la televisión y el cine no desaparecerán. La creación artística que estos medios conllevan tiene un grado de especialización que no podemos alcanzar con una cámara en el cuarto de una casa, y a la que no debemos renunciar. No obstante, sí están urgidas estas industrias de diversificar la forma en que llegan a la gente, e Internet pudiera ser el camino.

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