La asignación de direcciones y nombres de dominio en la Red es un proceso en expansión que ha traído aparejados no pocos conflictos a nivel internacional
El crecimiento exponencial de la red de redes mundiales, Internet, ha obligado a replantearse e incluso adelantar el salto hacia un nuevo protocolo de asignación de direcciones, el IPv6, que poco a poco ha comenzado a implementarse en todo el mundo.
El IPv6 está destinado a sustituir a IPv4, cuyo límite en el número de direcciones de red admisibles está empezando a restringir el crecimiento de Internet y su uso, especialmente por el auge de dispositivos móviles y el crecimiento acelerado de Internet en países asiáticos densamente poblados como China o India.
El nuevo estándar mejorará el servicio de conexión a la megaautopista de la información, pues entre otras utilidades proporcionará sus direcciones propias y permanentes a futuras celdas telefónicas y dispositivos móviles.
Una IP o Internet Protocol es una etiqueta numérica que identifica, de manera lógica y jerárquica, a un dispositivo dentro de una red. Esto hace posible que utilizando un protocolo de comunicación numérico, se facilite la transmisión de datos a través de una red de paquetes conmutados entre diferentes equipos.
De ahí la existencia del Internet Protocol version 4 (IPv4), que actualmente está implementado en la gran mayoría de dispositivos que acceden a Internet, pero el cual apenas posibilita 4 294 967 296 direcciones de red diferentes, un número inadecuado para dar una dirección a cada persona del planeta, y mucho menos a cada vehículo, teléfono móvil, computadora de escritorio o portátil y los múltiples dispositivos más que hoy se interconectan entre sí a nivel mundial.
Una evidencia concreta de lo anterior es que ya a principios de 2010 quedaban menos del diez por ciento de las IPs sin asignar, las cuales no tardarán en agotarse por completo.
Este problema, que ya se avizoró desde la década de los 90 del siglo pasado, se intenta ahora resolver con la implementación del IPv6 o Internet Protocol version 6, mucho más extenso que su predecesor, pues el IPv5 nunca vio la luz, ya que fue utilizado como protocolo de experimentación.
El IPv6 que ahora se implementa admite la posibilidad de asignar nada menos que 340 282 366 920 938 463 463 374 607 431 768 211 456 direcciones IP, o simplificando el número, unos 340 sextillones de direcciones, suficientes para tener 670 000 billones por cada milímetro cuadrado de superficie de nuestro planeta, y por ende para dar abasto a las necesidades crecientes de interconectividad.
Pero si el tema de los números IP parece estar en vías de solución, algo más complicado se debate también hoy, y es el crecimiento acelerado de la cantidad de nombres de dominios y las frecuentes disputas que se dan en este sentido.
Tratando de simplificar la explicación, si las IP son el identificador numérico de un dispositivo, los sistemas de nombres de dominio o DNS ayudan a traducir las direcciones IP de cada nodo activo en la red, a términos memorizables y fáciles de encontrar.
De esta forma, cuando uno desea buscar una determinada página web, como la de Juventud Rebelde, no tendrá que recordar su identificador numérico o IP, sino simplemente teclear www.juventudrebelde.cu y accederá al sitio en cuestión.
El sistema, que comenzó a implementarse poco a poco desde la década de los 80 del siglo pasado, fue revolucionado por Tim Berners-Lee y un equipo de científicos del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares, más conocido por sus siglas CERN, los cuales popularizaron de esta forma la manera de acceder a Internet.
Desde entonces, a la par de ir creciendo los dispositivos conectados a la Red, también lo han hecho los nombres de dominio, que ya en el primer trimestre de 2011 suman más de 209 800 000 según un estudio de la consultora Verisign.
La misma fuente asegura que el volumen de dominios nuevos que se han registrado ha crecido a pasos gigantescos en los últimos años, pues solo en 2010 se suscribieron 15,3 millones de dominios… aunque no pocos de estos han entrado en conflicto con otros existentes.
¿Por qué sucede esto? El fenómeno tiene que ver con la creación del Sistema de Nombres de Dominio, una serie de regulaciones que son administradas a nivel mundial por la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números de Dominios (ICANN, por sus siglas en inglés) y que tiene a su vez versiones regionales y organismos nacionales como el NIC Cuba.
A grandes rasgos el espacio para los nombres de dominio se divide en dos partes, la etiqueta que escoge cada cual y la extensión o dominios de nivel genérico, basados en los dos caracteres de identificación de cada territorio o país, como el .cu (Cuba), .es (España), de los cuales existen ya 248 variantes; o en un grupo de dominios de primer nivel genéricos para designar actividades específicas como los .com (comercio), .net (informática e internet), .org (organizaciones), .edu (educación), .gov (gobierno), entre otros, de los que hay unos 20.
Ambos son considerados dominios de nivel superior, aunque el estudio de la consultora Verisign sostiene que los más usados son los .com, .net, .de (Alemania), .uk (Reino Unido), .org, .info, .nl (Países Bajos), .eu (Unión Europea), .cn (China) y .ru (Rusia).
El año pasado, por ejemplo, el 61 por ciento de los nuevos registros se hicieron usando estos dominios de primer nivel, entre los que .com y .net siguen siendo los más populares, aunque países como Reino Unido, Alemania, Rusia, Brasil, Países Bajos, Argentina, Italia y Polonia así como la Unión Europea, hayan crecido mucho exponencialmente.
Como en la asignación de estos nombres de dominio de primer nivel prima muchas veces la velocidad y creatividad a la hora de pensarlos, no son pocas las personas que han convertido en un negocio muy fructífero la ocupación de marcas o figuras conocidas bajo el .com, .net u otros, tratando de beneficiarse de la publicidad que viene aparejada a esto.
Escándalos de famosos como los cantantes Madonna, Michael Jackson, Sting o la actriz Julia Roberts recorrieron el mundo y tuvieron que ser dirimidos en los tribunales, para que pudieran rescatar sus dominios en la red de redes.
A su vez, como los comerciantes utilizan la marca de su producto o servicio, o el nombre de la empresa, para identificar a su sitio en Internet, no faltan tampoco los problemas de esta índole, que muchas veces son dirimidos ante las autoridades nacionales o internacionales competentes, previa presentación de la documentación legal que acredite la propiedad de la marca o nombre.
Con el paso al protocolo IPv6, además de ampliarse significativamente la posibilidad de interconectar más y más equipos, es lógico que se multipliquen la cantidad de sitios web y con ello los conflictos por los nombres de dominio.
Previendo desde sus inicios un fenómeno que se ha convertido en millonarias demandas judiciales, la ICANN aprobó la Política Uniforme de Solución de Controversias en materia de Nombres de Dominio, en vigor desde el 1ro. de diciembre de 1999 y cuya aplicación concierne a todas las autoridades encargadas del registro de nombres de dominio de Internet acreditadas por esa corporación.
Según estas regulaciones son la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y sus homólogos en cada país, los encargados de la solución de controversias en materia de nombres de dominio, para evitar que sean registradas marcas concedidas o solicitadas, la mala fe en el uso de estas, el registro abusivo de nombres de dominio u ocupación ilegal del espacio cibernético, o el secuestro de nombres, entre otras problemáticas.
Aún así, según datos de la OMPI, por este tema el año pasado se establecieron una media de cinco demandas diarias, las cuales involucraron a más de cien países, y muchas de las cuales trascendieron el arbitraje de esa organización para llegar a los tribunales.
Cuba no ha estado exenta de esta problemática, entre otras cuestiones por el acceso tardío a Internet en virtud de las regulaciones impuestas por el bloqueo norteamericano a la Isla, lo que trajo como consecuencia colateral que muchas personas e incluso entidades internacionales registraran como suyos marcas y lugares relacionados con la Isla, bajo nombres de dominio de primer nivel como .com, .net o .org.