La novedad radica en que esta integra el análisis de las vulnerabilidades estructurales o no, sociales, funcionales y económicas con criterios de estimación de daños. También establece los lineamientos metodológicos para estimar pérdidas en zonas urbanas y diversos escenarios de terremotos
Sin precedentes a nivel internacional ni en el país, ha sido la nueva metodología para el análisis del peligro, la vulnerabilidad y el riesgo sísmico, creada por especialistas cubanos y extranjeros, a partir de un caso de estudio específico de la región suroriental del país.
La novedad radica en que esta herramienta integra el análisis de las vulnerabilidades estructurales o no, sociales, funcionales y económicas con criterios de estimación de daños. También establece los lineamientos metodológicos para estimar pérdidas en zonas urbanas y diversos escenarios de terremotos.
La vulnerabilidad sísmica se define como la predisposición intrínseca de una estructura, grupo de estructuras o de una zona urbana completa de sufrir daño ante la ocurrencia de un movimiento sísmico de una severidad determinada. Esta técnica permitirá no solo pronosticar los sismos, sino predecir su impacto y establecer estrategias que eviten desastres.
De hecho, su aplicación arrojó que las ciudades de Santiago de Cuba, Palma Soriano, Bayamo, Manzanillo, Guantánamo y Caimanera poseen un riesgo sísmico entre moderado y alto debido, fundamentalmente, a la existencia de un fondo habitacional envejecido y al uso de estructuras vulnerables.
A partir del empleo de esta herramienta se propusieron recomendaciones para cada una de las etapas del ciclo de reducción del riesgo de desastres y se establecieron las prioridades de cada territorio para su mitigación.
También se realizó una estimación de las pérdidas materiales y humanas de la ciudad de Santiago de Cuba para tres escenarios de terremotos, según el estudio de peligrosidad. La propuesta, aplicable a otras áreas de Cuba, es esencial en tanto es una plataforma científico metodológica que logra reducir la inseguridad de desastres en la región.
Sus autores principales, Grisel Morejón, Darío Candebat, Leonardo Álvarez y Tomás Chuy, son miembros del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de nuestro país, y trabajaron con otros expertos de la institución cubana, así como del Norwegian Seismic Array y de la Universidad de Bergen, de Noruega y del Swedish Consultants, de Suecia.
Contaron, además, con el apoyo de las delegaciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, y la Facultad de Ciencias Técnicas y Agropecuarias, de la universidad de Las Tunas Vladimir Ilich Lenin, entre otros.
Loable resulta que la metodología fue premiada como resultado de la investigación titulada: Nuevas estimaciones de peligro, vulnerabilidad y riesgo símicos. Caso de estudio: región suroriental de Cuba, en la categoría de Ciencias Naturales y Exactas por la Academia de Ciencias de Cuba en los lauros entregados el año pasado.