Aunque el Sistema Nacional de Salud garantiza una atención médica de alta calidad para asegurar la sobrevida, si se quiere reducir la prematuridad siempre será mejor prevenir los riesgos
«Meñique» y «Moriviví» bien pudieran contar su historia de vida mucho antes de peinar canas. Médicos y enfermeras del Servicio de Neonatología del Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro les apodaron así, cariñosamente, porque nacer pretérmino es una condicionante que puede agravarse, pero que gracias a la atención médica oportuna y eficiente, solo queda como un motivo «para hacer el cuento».
Como ellos, los bebés de las madres Yanetsy Quintana, Misleydis Olano, Yaneisy Estévez, Keyla García y Madelaine García, entre otros, también son hoy de los recién nacidos prematuros que se beneficiaron con los cuidados de especialistas como las doctoras Lisandra Medina Cedeño y Niurka Morán Obregón, así como de todo el equipo que labora en la institución.
«Son muchas las vivencias que en 17 años me han sacado las lágrimas», cuenta Morán Obregón, especialista en Neonatología. «Lo mejor es cuando pasa el tiempo y los bebés que un día tuve en las manos me visitan, ya creciditos, con una salud de hierro. La familia siempre lo agradece, y una se siente orgullosa de haberle proporcionado calidad de vida desde su nacimiento».
Se crean lazos afectivos con los bebecitos, aun cuando se les identifique con el nombre de sus progenitoras, me asegura Medina Cedeño. «Cada día que pasa es un triunfo para nosotros, pero no nos confiamos. Tanto los bebés con bajo peso, los prematuros, los hijos de madres diabéticas insulinodependientes, como cualquiera que ingrese a nuestro servicio, debe ser cuidadosamente atendido hasta que se les dé, oportunamente, el alta médica».
En esta institución hospitalaria de la capital —centro de referencia de Obstetricia y Ginecología a nivel nacional, del hijo de madre cardiópata y de madre con cáncer y embarazo—, en los primeros nueve meses del presente año el índice de supervivencia es de 87 por ciento.
De los 2 676 nacidos vivos en este hospital, 206 fueron prematuros y 179 con bajo peso. El índice de prematuridad es de 7,5 por ciento, y se han registrado un parto de cuatrillizos, cinco de trillizos y 34 gemelares. Con esos indicadores se celebró, el pasado 17 de noviembre, el Día mundial del niño prematuro.
La principal causa de muerte neonatal es la prematuridad, por lo que el Sistema Nacional de Salud no cesa en sus esfuerzos por incrementar la sobrevida de los bebés pretérmino.
La doctora Morán Obregón advierte que el índice de prematuridad se ha incrementado en los últimos años. «Ello exige la capacitación constante de nuestro personal de salud, así como destinar recursos y tecnología costosos para el país para lograr la incorporación de estos niños a la sociedad con una mejor calidad de vida».
El país destina recursos y tecnología costosos para lograr la incorporación de estos niños a la sociedad.
Recuerda la especialista que en 1971, justo cuando ella nació, la supervivencia de los neonatos con menos de 1 500 gramos en este hospital era de 51 por ciento. Sin embargo, en el último quinquenio es de 87 por ciento, semejante al de países desarrollados.
En un centro de referencia nacional como este, donde además se desarrolla el Programa de atención a la pareja infértil, en muchas ocasiones se logran embarazos múltiples a partir de las fertilizaciones in vitro, apunta la especialista, quien agrega que esos gemelos, trillizos y cuatrillizos deben ser atendidos en el servicio de Neonatología.
«Recibimos, además, bebés de madres con cardiopatías y con cáncer, pues esperar más de 32 semanas puede ser muy complicado para la gestante con esa patología y sus complicaciones derivadas.
«Entre las complicaciones más frecuentes asociadas con los neonatos está la enfermedad de membrana hialina, debido a que el pulmón es el último órgano en madurar en la cavidad intrauterina, por lo que debemos administrarles inductores de la maduración pulmonar fetal.
«Realizamos además ultrasonografía y ventilaciones modernas para evitar o disminuir la hemorragia intracraneal, que en el pretérmino por debajo de 34 semanas puede agravar el cuadro clínico y provocarles secuelas a los bebés».
Morán Obregón señala que las infecciones son un punto álgido para los servicios de Neonatología. «Extremamos todas las medidas pertinentes para garantizar que no sucedan».
Medina Cedeño acota que, además de los bebés nacidos antes de tiempo, atienden a los recién nacidos con menos de 2 300 gramos de peso, los que tienen alguna malformación congénita y los nacidos con 37 semanas que tengan alguna dificultad respiratoria o algún signo de alarma. «También aquellos que pesan 4 300 gramos para hacerles el control metabólico, como a los hijos de madres diabéticas insulinodependientes. Los bebés con bajo peso pueden ingresar por esa condición o por estar asociada la prematuridad con alguna dificultad respiratoria».
Los recién nacidos prematuros reciben la atención que garantiza su calidad de vida
La nutrición de estos bebés es esencialmente parenteral, pues estabilizar sus parámetros de salud y los de la madre es lo primero antes de iniciar la vía oral con leche humana, explicó Medina Cedeño. «Les propiciamos una administración de proteínas y lípidos por esta vía, obtenidos de un centro de mezcla, a la par de antibióticos y otros medicamentos, en caso necesario».
La técnica piel con piel minutos después del nacimiento, conocida también como mamá canguro, es muy efectiva para propiciar la lactancia materna y brindar afecto, apuntó.
Es importante fortalecer las acciones de prevención de la prematuridad que están disponibles para las embarazadas en nuestro país desde la atención primaria, insiste la doctora Morán Obregón.
«La pareja debe poseer toda la información necesaria para que sepan a dónde dirigirse para evaluar sus riesgos reproductivos antes de planificar un embarazo. Se les garantiza la atención multidisciplinaria especializada para la modificación de esos riesgos, incluyendo el asesoramiento genético, con el objetivo de prevenir desde entonces complicaciones maternas perinatales derivadas del parto pretérmino; y por consiguiente de futuras discapacidades en el menor.
«Las mujeres que padecen diabetes deben estar compensadas y planificar el mejor momento para concebir; las adolescentes deben recibir más información para que tomen conciencia de que en esa etapa de la vida es riesgoso tener hijos y soliciten a los médicos y enfermeros de la familia métodos anticonceptivos para hacer segura y responsable su sexualidad».
El Sistema Nacional de Salud provee a sus instituciones de todo cuanto hace falta, pese al bloqueo norteamericano y otras limitaciones, para atender a las embarazadas y a los recién nacidos, sea cual sea su condicionante de salud. Sin embargo, siempre será mejor evitar los riesgos.