«Disciplina quiere decir orden, y orden quiere decir triunfo.»
José Martí
«No basta nacer.— es preciso hacerse», escribía el joven José Martí a propósito de un talentoso poeta español, que pudo serlo todo y no fue nada, porque le faltó el complemento mágico que hace triunfar cualquier proyecto humano y trae el fracaso de todo lo que no lo contemple: voluntad y disciplina.
Sin voluntad y sin discip...
Senadores estadounidenses han acusado al Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) de ocultar información sobre las tasas de suicidios entre los soldados que regresan de las guerras de Iraq y Afganistán y demandan que sea revocado el jefe de salud mental de esa entidad gubernamental.
«¿Cuál es la significación de esta fecha histórica?», preguntó campante a sus alumnos universitarios de tercer año.
Alguno esbozó una mueca, otro se encogió de hombros, un tercero hizo un gesto de esquiva, como si quisiera sumergirse dentro de la espalda del condiscípulo que tenía delante. Al f...
Pero si lanzáramos la misma interrogante en alguna conversación entre adultos que juegan al dominó, no sería el perro el afortunado. «¿El mejor amigo? ¡El ron, compadre; el ron!».
...Conocerán que hubo una mole de hierro especializada en tragar y escupir personas en diferentes puntos de la capital. Que las calles y los viejos edificios temblaban al paso de su tonelaje, y que el ajiaco de la cubanid...
«Misión cumplida» decía la pancarta, y cinco años después, la guerra continúa y los problemas crecen. ...
Los buenos libros son habitualmente oportunos. Este juicio, de tan obvio, parece ocioso. Lo digo, sin embargo, porque un título de la Editorial Pablo de la Torriente acaba de salir de la imprenta casi al unísono con el inmediatamente próximo VIII Congreso de los periodistas.
«¡Abajo la burocracia, arriba los trabajadores!», rezaba una pancarta perdida en el ecuménico desfile por el Día de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución. Otro cartel exhortaba a la más amorosa lógica política, sin exclusiones, cuando remarcaba: «Sumar y multiplicar, nunca restar y dividir». Y un rústico cartón, en manos de un «viejo», exhortaba: «¡Raúl, aprieta; el pueblo te respeta!».
Las respuestas que intentan desvirtuar esas realidades inobjetables son ridículas, pero pueden parecer verosímiles para quienes viven otras realidades. Desde hace algún tiempo vengo descubriendo con estupor que los medios internacionales no aspiran a moverse en los cauces de la verdad (no les interesa la verdad), sino apenas en los de la verosimilitud (les interesan sus intereses). Entre dos opiniones que se expresen en los medios, no vencerá la que más se acerque a la verdad, sino la que mayor difusión tenga, y esa difusión, lógicamente, depende de cuán poderoso sea el medio. Pido disculpas si estoy escribiendo perogrulladas, pero si es algo que todos los entendidos saben, debe decirse y recordarse a menudo.
¿No te parece maravilloso, amigo lector? De repente, se ha levantado una oleada en defensa de los derechos humanos y de la independencia de los pueblos. Un verdadero tsunami, que se extiende de un país al otro. Y alcanza desde los altos mandatarios hasta la protesta callejera. No se podía recordar tan intenso y amplio movimiento desde las manifestaciones que se produjeron contra la declaración de guerra a Iraq. ¿Creías que la sociedad actual estaba dominada por el egoísmo y la búsqueda solo del propio bienestar? Ya ves que no. Ha bastado que la antorcha olímpica se haya puesto en marcha hacia China para que los ánimos se hayan encendido en solidaridad con el Tíbet.