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Un pelo al lobo, pero el bloqueo intacto

En el Washington del poder imperial, para Cuba y su pueblo no quieren calma, sosiego, tranquilidad, paz… Nosotros hemos aprendido en 66 años de acoso a estar siempre alertas y en pie de lucha

Autor:

Juana Carrasco Martín

Cicatero, poco y tarde, pero algo es algo. Así diría mi abuela Rosario sobre las medidas anunciadas por el presidente de EE. UU., Joseph Biden, apenas seis días antes de abandonar la Casa Blanca, cuando tuvo cuatro años para tomar la justa decisión de eliminar a Cuba de la contrahecha lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo, una contumaz mentira.

No aplaudo, no celebro, porque el otro lobo, el que lo releva, y su manada floridana, no quieren ni que le arranquen un pelo cuando se trata de una presa que se le ha escapado por más de 60 años y durante 13 administraciones en la Casa Blanca, a pesar de las heridas muchas al bienestar de su pueblo y desarrollo económico.

Sin embargo, reconozco el valor de las denuncias solidarias y de la resistencia que han arrancado esa decisión. Para este mínimo alivio de presión, Biden dijo que se vio impulsado a actuar tras recibir «la sabiduría y los consejos que le han proporcionado muchos líderes mundiales, especialmente en América Latina», según un comunicado de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. Un alto funcionario explicó la verdad simple: «No tenemos información que apoye la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo».

Por estos días hay audiencias en el Senado, ahora de dominio republicano, para que a Donald Trump le avalen el equipo de Gobierno que estrenará el 20 de enero, con no pocas figuras controversiales, nominadas al parecer como provocación al establishment, escogidas por el acatamiento más que por experticia, como no sea en la del extremismo de derecha y en hacer millones y hasta billones.

Aunque hay algunos con currículo amplio en las lides para las cuales han sido elegidas. Ahí está el Marco Rubio, que aumentará su poder como secretario de Estado y lo empleará con malsano placer para apretar a Cuba, y a algunos más de la región, y el enviado para América Latina, Mauricio Claver-Carone, de similar ralea.

El hasta ahora senador republicano por Florida, acudió este miércoles de mediados de enero ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, del que ha formado parte durante 14 años, para su audiencia de confirmación, donde dijo que ve un mundo en caos, y con la prepotencia del imperio, no le será fácil a Estados Unidos restablecer el orden, «pero esto solo puede suceder y sucederá si se construye sobre un elemento fundamental simple: un Estados Unidos fuerte y seguro comprometido con el mundo, basado en nuestro interés nacional por encima de todo», dijo en comentario escrito.

Aunque se centró en los grandes enfrentamientos de Estados Unidos, fundamentalmente China, no olvidemos ha hecho buena parte de su carrera política a expensas del bloqueo a Cuba, en oposición obcecada al levantamiento de cualquier medida que atenace a la Isla.

En los últimos cuatro años, entre sus acciones legislativas presentó una ley que prohibiría la eliminación de nuestro país de esa lista falaz, que de ser aprobada sería un cerrojo perpetuo. Lo hizo desde marzo de 2021, justo cuando se iniciaba el mandato de Biden que llegaba maniatado por Trump y la reposición de dicha lista.

Más de una vez ha presentado tal legislación que impediría sacar a Cuba de la lista y levantar otras medidas coercitivas relacionadas con la isla, en busca de que se produzca lo que ellos llaman «un cambio de régimen», objetivo principal de esta manada cruel de la cual se considera «macho alfa».

La madriguera miamense se activó —como respuesta al esprint terminal de Biden— para mantener su táctica de caza, intentar agotar a la presa cubana, perseguirla sin dar respiro, asfixiarla y capturarla. Impedir un nuevo giro que facilitaría lo normal, relaciones de convivencia entre vecinos, como corresponde al derecho internacional, algo que desconocen…

Rick Scott, también senador republicano por la Florida y copatrocinador del proyecto legislativo del próximo Secretario de Estado, declaró tras una sarta de mentiras sobre la supuesta actividad terrorista de Cuba: «La medida de Biden pone en peligro a los estadounidenses, a nuestro hemisferio y perjudica la lucha del pueblo cubano por la libertad y la democracia. Trabajaré con Trump desde el primer día para exigir cuentas al régimen comunista cubano y liberar al pueblo cubano».

The New York Times indagó con el otro alto cargo de ese equipo para el próximo Departamento de Estado, si la administración Trump daría marcha atrás a la decisión de Biden y la respuesta ponzoñosa y previsible de Claver-Carone no se hizo esperar: «Hay un proceso, por lo que llevará tiempo, pero mientras tanto, podemos tomar otras medidas que tendrán un impacto aún mayor».

En el Washington del poder imperial, para Cuba y su pueblo no quieren calma, sosiego, tranquilidad, paz… Nosotros hemos aprendido en 66 años de acoso a estar siempre alertas y en pie de lucha.

 

 

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