Cuando iba por 55, en los primeros minutos de la mañana, perdí la cuenta. Sé que fueron cientos —miles, acaso— los jinetes únicos y traviesos, los caballeros hidalgos que no salieron precisamente de La Mancha sino de La Luz.
Ya desde las primeras décadas del siglo XX, Lenin, con su formación marxista, había apreciado que la intervención norteamericana en Cuba significaba la aparición en el plano internacional del imperialismo en Estados Unidos. Hoy, la crisis mundial del imperialismo hegemónico es bien evidente y uno de sus signos más relevantes se observa precisamente en lo referido a Cuba, América Latina y el Caribe.
Un joven negro de 17 años de edad camina, en una noche lluviosa, desde un pequeño mercado hasta la casa de su padre, en una comunidad privada de la ciudad de Sanford, en el centro de la Florida.
Hace años escuchamos, desde las más diversas fuentes y posiciones, sobre los peligros del cambio climático y su potencial destructor para arrasar con la vida de nuestra especie. Mientras esa realidad devora los días, los cultivos, la cotidianeidad de millones de seres humanos, sigue siendo complejo alcanzar acuerdos entre las naciones para una actitud coherente y responsable en ese sentido.
El resorte de estas líneas no es el codo del brazo. Tampoco me enfrasca desgranar ciertos refranes alusivos a la corta palabra, como ese en el cual se habla de los tacañuelos que «caminan con los codos».
Sucedió hace ya unos cuantos años, y todavía complace recordarlo: el rubicundo turista tenía revuelto el ADN vándalo cuando se desplomó desfachatadamente sobre un sofá en el lobby del hotel Plaza, al extremo de poner los pies calzados con unos sucios Adidas sobre el damasco y reírse satisfecho de su osadía.
Ya son más claras y sinceras las alusiones a una intervención militar de Occidente en Siria, a pesar de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte sigue pregonando en su prensa que no tiene intenciones de dar semejante paso.
Antes de llegar por vez primera a ese sitio empotrado en un verde humeante de tan intenso, imaginaba encontrarme allí una serranía empinada, cargada de elevaciones sorprendentes que, si bien sabía que distaban bastante del imponente macizo del Escambray, pensé que también llevaban consigo el asombro que siempre suponen las alturas.
El pensamiento sociopolítico evoluciona en Chile. La primera movilización del año llegó con nuevos retos para el presidente Sebastián Piñera, y tironeada por los actores más beligerantes hoy allí: los estudiantes.
Llegar a ese pedazo de suelo que te vio correr o empinar papalotes, o donde te enamoraste por primera vez, siempre depara sensaciones particulares y tristeza si nadie te recibe. Estoy entre los afortunados, porque a mí me estaban aguardando.