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Musk, Trump y una rival peligrosa, Kamala Harris

Se calienta la campaña electoral estadounidense cuando queda ya menos de tres meses para el veredicto de las urnas

Autor:

Juana Carrasco Martín

Donald Trump escogió a James D. Vance para acompañarlo como vicepresidente, pero un puntal en su campaña a todo tren —porque la llegada de Kamala Harris le ha puesto piedras en los raíles y pueden hacerlo descarrilar—, lo tiene en uno de los hombres con mayor fortuna en el planeta, Elon Musk, quien marcha por el mismo devenir de la derecha fanática.

A comienzos de semana, una hora antes de su entrevista con Elon Musk, el exmandatario republicano revivió la actividad de su cuenta en X, plataforma digital propiedad de Musk, de la que había sido expulsado por postear falsedades —al igual que de otras plataformas en las redes—, cuando se llamaba Twitter, en los momentos en que su fanaticada de extrema derecha asaltó el Capitolio, el 6 de enero de 2021, para tratar de impedir la certificación por el Congreso de Joseph Biden como presidente de Estados Unidos, bajo la premisa de que le había robado la presidencia al republicano.

Trump, quien a la sazón se hizo en 2022 su propia plataforma en las redes digitales, la Truth Social —con una audiencia de apenas 5 000 000—, publicó en X un video de dos minutos y medio en el que dice: «El 5 de noviembre de 2024 se hará justicia», pone en dudas las acusaciones que tiene en cuatro procesos delictivos, a la vez que asegura que Estados Unidos es una «nación en decadencia». Por supuesto de todo ello y mucho más culpa a los demócratas.

Durante su paso por la Casa Blanca, Trump utilizó ampliamente Twitter, y debe necesitar ahora los 87,9 millones de seguidores, que le dan el lugar nueve entre los más seguidos, para propagar los planes de una segunda temporada, que ya no parece tan segura como cuando el contendiente era Biden.

La conversación de dos horas con el director general de Tesla y SpaceX, retrasada por ciertas dificultades técnicas —dijeron que habían sufrido un ataque cibernético—, fue espacio para piropos mutuos, aprovechado para destacar el percance de la oreja herida a sedal y exponer algunos de sus planes para cuando regrese, repetir mentirillas bien conocidas y desacreditadas, entre otros elementos…

Llovieron los memes por los fallos y el equipo de campaña de la vicepresidenta Kamala Harris, su rival en la contienda electoral en pleno desarrollo, republicó un posteo de Trump de cuando Musk entrevistó al gobernador de Florida, Ron De Santis, quien aspiraba a ser el candidato republicano a la presidencia, y también ocurrieron problemas técnicos similares: «¡Wow! ¡El lanzamiento de DeSantis en Twitter es un desastre! Toda su campaña será un desastre. ¡Estén atentos!», escribió entonces Trump; y los de Harris le hicieron guasa ahora por aquello de «burlador, burlado».

Un plan al descubierto

Trump prometió que hará la deportación de inmigrantes indocumentados más grande en toda la historia de Estados Unidos —de 18 a 20 000 000 dijo su vice J.D. Vance—, y cerrar el Departamento de Educación, entre otros cortes de la administración federal, para entregarles más poderes a los estados.

Su diatriba contra los que llegan a la frontera sur de Estados Unidos, acaramelados por el sueño americano, además de repetir insultos indignantes contra los latinoamericanos, le sirvió para emprenderla contra Venezuela, criminalizándola.

«Estos países —dijo— se están deshaciendo de las personas improductivas, en las caravanas en muchos casos. Y también se están deshaciendo de sus asesinos y sus traficantes de drogas y de las personas que son realmente brutales». Y aunque se refería a todos los del Sur del río Bravo, hizo referencia directa con sarcasmo para criticar a Biden y un
supuesto aumento de los delitos en EE. UU. y vincular el tema: «nos reuniremos en Venezuela porque será un lugar mucho más seguro para reunirnos que nuestro país (…) Tú y yo iremos a Venezuela y tendremos una reunión y cenaremos, porque eso es lo que está pasando. Sus índices de criminalidad están bajando y los nuestros están por las nubes».

No olvidemos que siendo presidente Trump encabezó a los gobiernos del llamado mundo occidental que respaldaron y reconocieron al autoproclamado Juan Guaidó y aseguró entonces que utilizaría «todo el peso del poder económico y diplomático de Estados Unidos para presionar por la restauración de la democracia venezolana». Y aunque estamos viendo una segunda temporada, todo hace indicar que de llegar nuevamente a ese poder, el republicano pondría manos a la obra de arrasar con la Venezuela bolivariana para quedarse con el petróleo y mucho más.

 Ambos interlocutores, Trump y Musk, estuvieron de acuerdo en que la guerra en Ucrania no ayuda, pero no dejará de ser el presidente «intimidante» que Estados Unidos necesita para disuadir a los «dictadores malvados» en todo el mundo, y los tienen bien definidos desde hace rato.

El protagonismo del dueño de la red digital X en la campaña que dirige Estados Unidos contra Venezuela es más que conocido. Ahí también se dan la mano.

Por supuesto, también trató la economía y en ella la inflación con profundos argumentos: «Se acercan las elecciones y la gente quiere oír hablar de la economía. Los precios de los alimentos han subido... y esta estúpida administración permitió que esto sucediera», dijo Trump. «Y es una pena. Y, en mi opinión, eso es lo que más le importa a la gente».

Pero no es lo mismo Harris que Biden

Musk, que fue hasta hace poco un crítico de Trump, en una explicación del porqué su cambio camaleónico, dijo entre otras: «Mucha gente pensó que la administración Biden sería una administración moderada, pero no lo es, y creo que vamos a ver una administración aún más izquierdista con Kamala», lo que ratificaba el criterio de Trump: «Ella va a ser peor que él»… «Si eres una persona muy proIsrael y votas por ella, deberías hacerte un examen de cabeza».

Así que para Kamala hubo un tramo intenso de la entrevista en cuestión: «Ella es incompetente y él es incompetente y, francamente, creo que ella es más incompetente que él (Biden)», dijo Trump.

Pero la Harris lo está haciendo mucho mejor de lo que se pensaba y le está restando protagonismo en ciertos segmentos de los votantes estadounidenses, y lo más preocupante en algunos de los llamados estados péndulo, los de pronóstico incierto para el 5 de noviembre, acortando las distancias que había logrado frente a Biden.

Ahora el «viejo» en la contienda es Trump con 78 años frente a una política de experiencia con 59 años de edad. Una nueva opción reclamada por los estadounidenses cuando en el ring estaban Trump y Biden.

El lunes 19 comienza la Convención Nacional Demócrata en Chicago, que se extenderá hasta el día 22, y servirá de trampolín para el binomio Kamala Harris-Tim Walz.

Incluso correligionarios de Trump están preocupados y quisieran que el expresidente dejara a un lado tantos ataques personales contra su rival expresados en las redes digitales, en mítines de campaña, entrevistas y conferencias de prensa, para que se dedique a enfrentar las posiciones políticas, remarque las deficiencias de la administración Biden-Harris y haga hincapié y con precisión en sus proyecciones de futuro Gobierno.

¿Será posible que Trump no acuda más a las 20 afirmaciones falsas o exageraciones desacreditadas que según CNN hizo en la entrevista con Musk? Como la de la «elección amañada» de 2020 en las que Biden le robó la presidencia.

Muy serio resulta para los republicanos que los campos de batalla electoral de Pensilvania, Michigan y Wisconsin estén favoreciendo a la Harris 50 a 46 según la encuesta New York Times-Siena, y no es la única.

La Vicepresidenta, por su parte, se está concentrando en la esencia de una campaña para ganar votos y el jueves, Biden y Harris anunciaron una rebaja en el precio de diez de los medicamentos clave para los estadounidenses, que le ahorrará miles de millones de dólares a los beneficiarios del seguro médico federal Medicare y a los contribuyentes.

The Hill, la influyente publicación de la política de Washington, trajo también el jueves otra información sustancial, la vicepresidenta está lista para anunciar un plan de cuatro años «urgente e integral» para reducir los costos de la vivienda, construir 3 000 000 de nuevas unidades, apoyar el pago inicial a quienes compran una vivienda por primera vez, y un fondo de innovación de 40 000 000 000 de dólares para que los gobiernos locales construyan viviendas.

Esos son golpes directos y como colofón: desde que aceptó la nominación como candidata, en solo dos semanas,  Kamala Harris ha recaudado 310 millones de dólares para su campaña. Dice que esa cifra es el doble de lo logrado por Trump.

Así van las cosas. La pelea parece que será entretenida.

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