Por su valiente decisión de competir embarazada durante la 44ta. Olimpiada Mundial, Harika Dronavalli fue aclamada por la comunidad ajedrecística planeteria. Foto: The Indian Express Autor: Tomado de Internet Publicado: 01/06/2025 | 12:27 am
Cerca de las costas de Bretaña, en una de las regiones de mayor atractivo turístico del territorio francés, se produjo hace pocas semanas uno de los mayores acontecimientos deportivos del presente año: la victoria de Naomi Osaka en el Abierto de Saint Malo. El torneo en tierra batida de Saint Malo es el primer éxito de la atleta japonesa —ganadora de cuatro Grand Slams entre 2018 y 2021—, luego del impasse que dio a su carrera deportiva para consagrarse a la maternidad. La prensa internacional ponderó, más que el retorno de Osaka al top 50 mundial, la resiliencia competitiva de la portadora del pebetero olímpico en Tokio 2020.
Gracias al impacto reflexivo que propician las redes sociales, se ha debatido con más asiduidad lo concerniente a la práctica deportiva y la maternidad. Resultó viral en este sentido la participación de Nada Hafez en París 2024 —con siete meses de gestación— en la prueba de sable individual, considerada como uno de los grandes sucesos mediáticos de los 33ros. Juegos Olímpicos. Los internautas exaltaron la valentía personal de Hafez que, aun procurando garantizar la integridad física de su criatura, alcanzó en París su mejor resultado en citas olímpicas.
Aunque prevalecen criterios que cuestionan la práctica deportiva de las mujeres embarazadas —por el supuesto riesgo fisiológico al que son expuestas las gestantes y sus criaturas—, la comunidad científica ha refrendado los beneficios múltiples de acompañar el proceso de embarazo con una actividad atlética sistemática. De la misma manera, el proceso de reincorporación de las atletas progenitoras al máximo nivel competitivo se ha vuelto cada vez más expedito, gracias al desarrollo de métodos integrales de entrenamiento y al trabajo de sicología deportiva.
Si bien ha tenido un impacto mediático menos rutilante, el ámbito del ajedrez ha registrado notables sucesos que vinculan la excelencia deportiva con la consagración materna. En una disciplina donde se alterna la preparación estratégica exhaustiva, las intensas jornadas competitivas y los desplazamientos foráneos, el mundo de las 64 casillas también ha reverenciado el empeño personal y familiar de las madres trebejistas.
A punto de celebrar el primer año de publicación, Jaque perpetuo expondrá los referentes más hermosos de cómo se conjugan las profesiones de atleta de la mente y madre de familia. Así como las gestoras de vida han sido referente en el ámbito cultural, profesional y afectivo, nuestra sección rendirá un modesto agasajo a todas las trebejistas que ganan batallas en los frentes deportivo y doméstico.
El sétimo sello de Pía
Heredera de la tradición ajedrecística escandinava, la sueca Pía Cramling se convirtió en 1992 en la tercera mujer de la historia en obtener las normas internacionales para el título de Gran Maestro sin distinción de sexo. Subcampeona nacional «absoluta» en Estocolmo 1987 y Örebro 2000, Cramling integró en cuatro ocasiones la selección olímpica sueca «mixta», donde compartió filas con trebejistas de renombre como Ulf Andersson.
Luego del nacimiento de su hija Anna en 2002, Pía Cramling continuó profundizando su palmarés competitivo: a su doble corona en los Campeonatos Individuales Europeos de Silivri, Türkiye, 2003 y Rijeka, Croacia, 2010; Cramling sumó entre 2007 y 2018 siete medallas doradas en la Copa Europea de Clubes con el equipo Club d’Échecs Monte Carlo.
En la presente década, ya próxima a arribar a la tercera edad, Pía Cramling se ha consolidado como uno de los grandes exponentes de la veteranía deportiva, al ganar el oro individual en el primer tablero en la 44ta. Olimpiada Mundial Chennai 2022. Por su prestigio dentro de los trebejos femeninos, Pía Cramling fue invitada en 2024 al 12mo. Norway Chess que sentó un precedente para la comunidad ajedrecística por la constitución de sendos apartados, abierto y femenino, con idénticos horarios, formatos competitivos, cadencias de juego y premios en metálico. Visible en las plataformas digitales gracias al trabajo de streaming de su hija Anna, Pía Cramling no deja de concitar admiración entre múltiples generaciones apasionadas por el juego ciencia.
Desde la cuna del ajedrez
Cuando se habla de talento deportivo y sistematicidad competitiva en el ámbito del ajedrez, sin dudas hay que considerar a Humpy Koneru. Desde pequeña la trebejista india rompió varios registros de precocidad a comienzos del presente siglo al ganar con 14 años el 19no. Campeonato Mundial Junior Femenino Atenas 2001 y al obtener al año siguiente el título de Gran Maestro «absoluto». Poseedora entre las mujeres del tercer más alto coeficiente Elo de todos los tiempos registrado en junio de 2009, Koneru siguió afianzándose entre las mejores del mundo al obtener un subtítulo mundial y alcanzar dos veces la fase semifinal en los campeonatos del orbe.
A dos años de haber experimentado la maternidad, Humpy Koneru protagonizó en 2019 uno de los más sonados come-backs de la escena competitiva, al obtener sendas victorias en paradas de Grand Prix en Skolkovo, Rusia, y Mónaco. Justo antes de interrumpirse en 2020 la dinámica deportiva presencial, Koneru alcanzó el primer premio en la 2da. Cairns Cup disputada en Saint Louis, Estados Unidos, con el apoyo decisivo de los mecenas del ajedrez norteamericano Jeanne Cairns y Rex Sinquefield. Esta hazaña no pasó desapercibida para los medios informativos de India, que nominaron y aclamaron a Humpy como la BBC Indian Sportwoman of the Year 2020.
En Chennai, sede inesperada de la 44ta. Olimpiada Mundial de Ajedrez, se consumó una de las mayores hazañas de los trebejos indios al ocupar dos equipos que representaron a la nación indostánica, sendos podios en los apartados abierto y femenino. En el equipo de mujeres —encabezado en el primer tablero por Humpy Koneru—, sobresalió la presencia de la Gran Maestra Harika Dronavalli, quien disputó la Olimpiada con nueve meses de embarazo. Luego de realizar un aporte decisivo en enconados matchs ante potencias de los trebejos como Hungría, Francia, Georgia, Ucrania, Polonia y Azerbaiyán; Dronavalli concluyó invicta la competencia para desconcierto de la mayoría de los aficionados que dudaban de su desempeño por su avanzada fecha de gestación. Dos años más tarde, en Budapest 2024, India alcanzó la supremacía en ambos sexos en la 45ta. Olimpiada, liderada por los primeros tableros Dommaraju Gukesh y Harika Dronavalli.
Moviendo la sensibilidad
Como corresponde a un evento de tanta magnitud cultural y deportiva, la 45ta. Olimpiada Mundial de Ajedrez Budapest 2024 acogió infinidad de federativos, entrenadores, maestros titulados, árbitros y periodistas. Dentro de este conglomerado variopinto, sobresalió la participación de seis jugadoras que desempeñaron un rol decisivo en sus respectivos equipos: la polaca Alina Kashlinskaya, la georgiana Nana Dzagnidze, la ucraniana Yuliia Osmak, la etíope Aster Melake Bantiwalu, la namibia Rauha Shipindo y la suazi Nolwazi Nkwanyane. Más allá del talento individual de estas trebejistas, su presencia en la capital húngara tuvo un notable significado, ya que fueron las primeras beneficiarias de la iniciativa ChessMom.
Gracias al reclamo de la Comisión de Mujeres Ajedrecistas de la FIDE —en particular de decisoras de gran experiencia dentro del ajedrez planetario como Dana Reizniece-Ozola y Anastasia Soronika—, ChessMom se propuso aliviar la situación de las mujeres trebejistas que no disponen de suficientes medios materiales para proveer las atenciones que demandan los recién nacidos sin perjudicar sus compromisos deportivos.
Para la Comisión no ha sido un secreto lo que representan para la comunidad ajedrecística notables atletas como Xu Yuhua —que se convirtió en 2006 en la campeona del mundo ya en estado de gestación—, Judit Polgar —quien en 2005 luego de dar a luz a su primer hijo se ubicó entre los ocho mejores jugadores del planeta sin distinción de sexo—, y Alexandra Kosteniuk —la 12ma. campeona mundial de la historia que en 2008 venció a la retadora Hou Yifan a menos de un año de concluir su embarazo—; quienes alcanzaron el pico de su rendimiento deportivo en un período coincidente con su proceso de maternidad.
Estas buenas prácticas exhortadas por la FIDE han sido desestimadas por algunos organismos institucionales y empresas deportivas, como la Federación Turca de Ajedrez que le retiró el estipendio mensual en octubre de 2023 a la Gran Maestra Kubra Ozturk Orenli cuando se hizo público su embarazo; o la marca atlética Nike que «penalizó» a las atletas Alysia Montaño, Allyson Felix y Kara Goucher por asumir la maternidad como proyecto de vida.
Cada vez más atendidos por la opinión pública, los reclamos de las mujeres ajedrecistas son coherentes con las aspiraciones de solvencia material, crecimiento profesional y derecho pleno a la procreación que esgrime la sociedad contemporánea. Aunque costará derrotar las proyecciones paternalistas y el afán desmedido de lucro, no es un escenario imposible de revertir para las excepcionales atletas de la mente.