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«¡Aquí está la Revolución Cubana, viva y pujante, fiel a sus principios!»

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, denunció en el debate del 73 Período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, la continuidad de las políticas agresivas y hegemónicas de EE.UU. contra el mundo y la Isla Antillana. Al concluir su discurso y bajar del estrado, más de una veintena de mandatarios y delegados acudieron a felicitarlo y reconocer el valor de su intervención

Autores:

Alina Perera Robbio
René Tamayo León
Leticia Martínez Hernández

«Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Raúl Castro Ruz y el canciller de la dignidad, Raúl Roa, por solo citar los más trascendentes», fueron evocados por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su discurso de este mediodía en el debate general del 73 Período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

«Imposible estar aquí, hablar desde este podio en nombre de Cuba y no evocar momentos históricos de la Asamblea General que lo son también de nuestra memoria más entrañable». Ellos —dijo— trajeron hasta aquí «no solo la voz de nuestro pueblo, sino la de otros pueblos latinoamericanos y caribeños, africanos, asiáticos, no alineados, con los que hemos compartido más de medio siglo de batalla por un orden internacional justo, que aún está lejos de alcanzarse».

Como aquellos otros grandes cubanos que lo precedieron. Díaz-Canel puso los puntos sobre las íes en un mundo donde la verdad se intenta ocultar por los más poderosos y los medios hegemónicos. Al final de su intervención y al bajar del estrado, más de una veintena de mandatarios y delegados acudieron a felicitarlo y reconocer el valor de su discurso.

La irracionalidad que vive el planeta fue nuevamente denunciada por Cuba en sus palabras: el 0,7 por ciento más rico de la población puede apropiarse del 46 por ciento de toda la riqueza, mientras el 70 por ciento más pobre solo accede al 2,7 por ciento de la misma; 3 460 millones de seres humanos sobreviven en la pobreza; 821 millones padecen hambre; 758 millones son analfabetos y 844 millones carecen de servicios básicos de agua potable.

Esas realidades —señaló el Jefe de Estado caribeño— «no son fruto del socialismo, como el Presidente de los Estados Unidos afirmó ayer en esta sala. Son consecuencia del capitalismo, especialmente del imperialismo y el neoliberalismo; del egoísmo y la exclusión que acompaña a ese sistema, y de un paradigma económico, político, social y cultural que privilegia la acumulación de riqueza en pocas manos a costa de la explotación y miseria de las grandes mayorías».

«Que nadie nos engañe aduciendo que la humanidad no cuenta con recursos materiales, financieros y tecnológicos suficientes para erradicar la pobreza, el hambre, las enfermedades prevenibles y otros flagelos. Lo que no existe es la voluntad política de los países industrializados, quienes tienen el deber moral, la responsabilidad histórica y recursos abundantes para resolver los problemas globales más apremiantes».

El Presidente cubano volvió a alertar sobre las consecuencias irreversibles del Cambio Climático, condenó la perpetuación y expansión del hegemonismo militar y nuclear, y demandó el cumplimiento de la aspiración mayoritaria de un desarme general y completo, «ideal que Cuba comparte y, como prueba de su compromiso con este objetivo, el 31 de enero pasado, se convirtió en el quinto Estado en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares».

El estadista isleño planteo a seguido que la «cooperación internacional para la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos es un imperativo; pero su manipulación discriminatoria y selectiva con pretensiones de dominación, viola los derechos a la paz, a la libre determinación y al desarrollo de los pueblos».

En el podio de la ONU, Cuba también defendió el ejercicio del multilateralismo y el respeto pleno a los principios y normas del Derecho Internacional.

El «uso de la amenaza y de la fuerza, el unilateralismo, las presiones, represalias y sanciones, que caracterizan de modo cada vez más frecuente la conducta y la retórica del gobierno estadounidense y su uso abusivo del veto en el Consejo de Seguridad, para imponer su agenda política, plantean enormes desafíos y amenazas dentro de las propias Naciones Unidas», señaló.

Díaz-Canel llamó también a concretar el fortalecimiento de la Asamblea General como principal órgano de deliberación, decisión y representación de la ONU. «No debe retardarse ni impedirse la reforma del Consejo de Seguridad, urgida de ajustarse a los tiempos, democratizando su composición y métodos de trabajo», exigió.

POR NUESTRA AMÉRICA

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros se refirió en el plenario del 73 Período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, a las amenazas presentes sobre Nuestra América, en un momento en que la «actual administración estadounidense ha proclamado la vigencia de la Doctrina Monroe y un nuevo despliegue de su política imperial en la región».

EE.UU. ataca con especial saña a Venezuela, denunció. Y en este contexto —dijo— «queremos reiterar nuestro absoluto respaldo a la Revolución Bolivariana y chavista, a la unión cívico-militar del pueblo venezolano y a su gobierno legítimo y democrático, conducido por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros».

En nombre del pueblo cubano, Díaz-Canel, rechazó también los intentos de desestabilizar al gobierno de Nicaragua, el encarcelamiento con fines políticos del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva y la decisión de impedirle participar en las elecciones generales que acontecerán en Brasil próximamente.

EL BLOQUEO, ESA ABERRACIÓN

Sobre las relaciones bilaterales Cuba-EE.UU., señaló que la Casa Blanca mantiene «una retórica agresiva y una política dirigida a subvertir el sistema político, económico, social y cultural de mi país».

«Contrario a los intereses de ambos pueblos y cediendo a las presiones de sectores minoritarios, el gobierno de Estados Unidos se ha dedicado a fabricar artificialmente, con falsos pretextos, escenarios de tensión y hostilidad que a nadie benefician», expuso.

Más adelante explicó: «el elemento esencial y definitorio de la relación bilateral sigue siendo el bloqueo, que pretende estrangular la economía cubana, con el propósito de generar penuria y alterar el orden constitucional. Se trata de una política cruel, que castiga a las familias cubanas y a toda la Nación.

No obstante —enfatizó— a pesar del bloqueo, la hostilidad y las acciones que ejecuta Estados Unidos para imponer un cambio de régimen en Cuba, ¡aquí está la Revolución Cubana, viva y pujante, fiel a sus principios!

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