La solidaridad con la Venezuela bolivariana y con Nicaragua, víctimas de la guerra no convencional aplicada por EE. UU. y las derechas locales, y la demanda de libertad de Lula, entre otras causas justas, descollaron en los documentos finales y el cierre del 24to. encuentro del Foro de Sao Paulo, al que asistió el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, junto a los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Venezuela, Bolivia y El Salvador, Nicolás Maduro, Evo Morales y Salvador Sánchez Cerén, respectivamente, quienes estuvieron presentes durante la jornada de este martes.
Unos 625 delegados e invitados de 51 de países y 168 organizaciones participaron en la cita revolucionaria de tres días (15-17 de julio) en el Palacio de Convenciones de La Habana, la que, por primera vez, fue espacio de diálogo de los partidos de izquierda y los movimientos sociales, una novedad que debe mantenerse y darle seguimiento.
Cuba y nuestro Partido se ponen a disposición de toda lucha por la unidad soberana que tanto necesita América Latina y el Caribe, y de cualquier causa justa que beneficie a nuestros pueblos, afirmó el segundo secretario del PCC, José Ramón Machado Ventura, al pronunciar las palabras de clausura.
Con la consigna Lula, nuestro Mandela, el FSP acordó el desarrollo de una campaña internacional por la libertad del líder brasileño, víctima de una judicialización de la política que el cónclave también denunció en una de las 45 resoluciones aprobadas al concluir sus sesiones.
Como parte del enfrentamiento a una modalidad de la guerra no convencional que el imperio y las derechas locales implementan hoy en la región, el Foro también denunció el ataque sistemático judicial contra el presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén y que tiene lugar a las puertas del próximo proceso electoral en ese país, demandó el cese de la persecución judicial de que son objeto los expresidentes Cristina Fernández, Rafael Correa, Fernando Lugo, y Mauricio Funes, al tiempo que recordó que también el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glass ha sido privado de su libertad.
En sus conclusiones, también rechazó la criminal guerra económica contra el pueblo de Venezuela y la búsqueda de condiciones por parte de Estados Unidos para una denominada intervención humanitaria, a lo que se suman gobiernos de extrema derecha de la región.
La Nicaragua asediada por la injerencia de EE. UU. y por los actos de barbarie y violación a los derechos humanos cometidos por los terroristas nicaragüenses, también fue objeto de un pronunciamiento.
Importante, en medio de la batalla que se impone a Latinoamérica y el Caribe, resultó el documento acordado por el taller que analizó lo relacionado con Arte y Cultura, donde se acordó un plan de acción que haga frente a la penetración y a los cercos mediáticos en la conciencia de que «sin la victoria de la batalla cultural no hay cambio posible».
Tales presupuestos están recogidos en la Declaración Final, dada a conocer por la secretaria ejecutiva del Foro, Mónica Valente, y donde se exhorta a que, frente al plan del imperialismo por socavar la soberanía de las naciones y controlar los recursos naturales, se anteponga con firmeza y dignidad el plan emancipador de nuestros pueblos.
El Foro también remarcó la vigencia de la proclama de la Celac que declaró a América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Otros asuntos puntuales de la región recogidos en el documento son el respaldo al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, quien envió un mensaje vía internet al Foro, así como el saludo al triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador en México.
El pensamiento de Fidel y el Foro de Sao Paulo
Emoción y reflexión. Estos dos términos caracterizaron la plenaria especial El Pensamiento de Fidel y el Foro de Sao Paulo, larga jornada de trabajo en busca de un camino de unidad, para enfrentar un momento en que las derechas y el imperialismo hacen una feroz guerra a las izquierdas continentales.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel fue el último orador, precedido por los otros tres jefes de Estado en ejercicio presentes en el 24 FSP: Salvador Sánchez Cerén, Evo Morales Ayma y Nicolás Maduro.
La unidad como fortaleza del Foro fue una constante en los discursos de los líderes latinoamericanos y caribeños. Lo resaltó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuya intervención, vitoreada en más de una ocasión, trajo las expresiones de solidaridad con otros pueblos, líderes y Gobiernos agredidos por Washington y la derecha internacional.
«Nuestros grandes líderes, Fidel, Chávez, Kirchner, Evo, Correa, Cristina, Lula, nuestros grandes líderes vienen de la lucha por la esperanza, vienen de la lucha contra las dificultades, los obstáculos, vienen de la nada, así que no les abramos camino a ninguna tesis peregrina que pretende desmoralizar a nuestros pueblos».
Refiriéndose a los análisis que vaticinan un fin de ciclo para los gobiernos progresistas en América, Maduro aseguró categóricamente: «Yo no creo en eso que llaman fin de ciclo... lo que creo es en la lucha, nosotros en Venezuela creemos en el combate permanente. No es tiempo de lamentarse de las heridas, no es tiempo de vanagloriarse (...) avance, retroceso, así son los combates».
Entre relatos de sus experiencias con Fidel en previos Foro de Sao Paulo, el presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, afirmó: «Sigo convencido de que la madre de las revoluciones es Cuba». Habrá agresiones y provocaciones del imperio, pero lo más importante es estar unidos. El mejor homenaje a Fidel es estar unidos los pueblos de América Latina, el mejor homenaje es no claudicar de nuestros principios revolucionarios, puntualiza.
Salvador Sánchez Cerén enfatizó que en el momento complejo en que tiene lugar este encuentro es una gran oportunidad para fortalecer la confianza y el optimismo en nuestras ansias de lucha, para unirnos más. «Como nos enseñó Fidel, ningún porvenir tendríamos sin la unidad y la integración (...) No volveremos al pasado de desesperanza que la derecha continental estableció en nuestros países.».
La plenaria especial, moderada por el presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios, había comenzado con las palabras del historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, quien afirmó que si nos podemos reunir hoy aquí es porque la fuerza de Fidel vive todavía. Los tiempos son nuevos, lo importante para el poder revolucionario es tenerlo para hacer justicia social, abrirle el camino a las masas, a la juventud esperanzada, a los que buscan un mejor porvenir, para eso luchamos, concluyó Eusebio, tras lo cual la plenaria toda estalló en aplausos y gritos de «Fidel».
Otras voces rememoraron al líder cubano y universal y destacaron su legado, vivo en todos los continentes. El primero de ellos, el ex primer ministro de Santa Lucía, Kenneth Davis Anthony recordó el valor de la revolución: sin ella, soy nada, expresó y convocó a expandir el mensaje que Fidel nos dejó.
La legítima presidenta brasileña, Dilma Rousseff, señaló que con la Revolución de 1959 se iluminó todo el continente y demostró que era posible construir el socialismo en América Latina. Fidel percibió que la transformación de su pueblo también tiene que tener un gran compromiso con otros pueblos. Esa es la gran característica que marca a Fidel, su inmenso amor por los pueblos del mundo.
En tanto, el exmandatario hondureño, Manuel Zelaya, otra de los blancos de los golpes de Estado en América Latina, se refirió al Comandante en Jefe como «el revolucionario más grande de la historia, el ejemplo vivo de quien lucha por la justicia arriesgando y sacrificando todo».
Por su parte, Denzil Douglas, ex primer ministro de San Cristóbal y Neves, afirmó que Fidel probó con la Revolución cubana que se puede alcanzar un mundo mejor y podemos lograr un mundo más equitativo y justo y pacífico.
El excanciller de Argentina, Jorge Taiana, a nombre de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, dialogó sobre los legados fundamentales del líder revolucionario: la defensa de la independencia nacional; su búsqueda a favor de la justicia social, la igualdad de oportunidades, la abolición de la explotación del hombre por el hombre; y el ejemplo de solidaridad internacional.
Desde África, el expresidente de Mozambique, Joaquim Chissano, disertó sobre el impacto de ese hombre quien comprendió que los lazos con el continente hermano estaban hechos de historia y amor. El pensamiento de Fidel, que se puede resumir en solidaridad y humanismo, continúa vivo y es pilar fundamental de la política exterior de Cuba, que brinda médicos, profesores y profesionales del saber, dijo.
Mientras, representantes de Vietnam, China y Lao resaltaron los nexos con Asia fundados por Fidel y que llegan hasta hoy día.
Li Qiang, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y primer secretario en Shanghai, afirmó que el gigante asiático apoya a Cuba en su propósito de construir un socialismo próspero y sostenible.
Hitos históricos que hermanan a Cuba y Vietnam fueron recordados por Nguyen Duc Loi, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Vietnam. No hay otro pueblo que sienta tanta simpatía por Vietnam como Cuba, ni otro líder mostró tanto afecto como Fidel. La solidaridad con Cuba es una orden del corazón, dijo emocionado en su discurso pronunciado en español.
Sounthone Xayachak, jefa del departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido revolucionario Lao, aseguró que Fidel y su obra se convirtieron en un estímulo para el pueblo laosiano en su lucha por independencia.