MANAGUA, octubre 4.— Figuras relevantes de la sociedad nicaragüense, entre quienes se encuentran diputados y líderes religiosos como el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal, repudiaron la aprobación por el Congreso de EE. UU., la víspera, de la llamada Nica Act, que fue rechazada el propio miércoles por el Gobierno de Daniel Ortega, en un comunicado.
«El Presidente de Nicaragua (…) sabrá dar una repuesta a las sanciones económicas que conlleva dicha legislación», dijo Brenes en torno a la medida, calificada por Managua como «una violación a la soberanía y una negación de todos los procesos políticos, sociales, culturales, y económicos, que en nuestra Patria, bendita, unida y siempre libre, se desarrollan, para mejorar la vida de todos y promover alegría, armonía y bienestar».
Citado por el sitio digital El 19 y el opositor diario La Prensa, Brenes destacó que «estas aprobaciones crean tensiones, pero sobre todo, esto afecta a quienes van dirigido estos préstamos, que es la población más humilde».
La Nicaraguan Investment Conditionality Act of 2017 (conocida como Nica Act) tiene un marcado carácter injerencista, pues busca obstaculizar que instituciones financieras internacionales otorguen créditos a Nicaragua bajo el supuesto de que su Gobierno debe asegurar lo que llama la transparencia electoral y combatir la corrupción.
La Nica Act «exigirá a los representantes de los Estados Unidos en las instituciones financieras internacionales que utilicen el voto y la influencia de Estados Unidos para oponerse a cualquier préstamo a Nicaragua», a menos que hayan mejoras democráticas, expresó durante el debate parlamentario en Washington, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, Ed Royce quien, con la marcada prepotencia y el consabido eufemismo de algunos políticos estadounidenses, dijo que se permitirían préstamos con «carácter humanitario».