Fuerzas de seguridad de Israel remueven detectores de metales instalados en una entrada de un sitio sagrado en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 07:01 pm
TEL AVIV, julio 25.- Líderes políticos y religiosos palestinos rechazaron este martes los intentos de Israel por disfrazar sus intentos de ejercer un mayor control sobre el acceso a la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, tercer sitio más reverenciado por todos los musulmanes.
Israel decidió este martes sustituir por cámaras de alta resolución los detectores de metales de las entradas a la mezquita de Al Aqsa, que provocaron protestas fuertemente reprimidas con saldo de tres muertos el pasado viernes.
Sin embargo, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, y el clérigo musulmán que supervisa el complejo de Al-Aqsa rechazaron las nuevas medidas israelíes y exigieron que todas fueran removidas, reportó Reuters.
«Todas las nuevas medidas israelíes establecidas desde el 14 de julio deben ser removidas para que las cosas vuelvan a la normalidad en Jerusalén y podemos reanudar nuestro trabajo en relación con las relaciones bilaterales», dijo Abbas al comienzo de una reunión con los líderes palestinos.
El Waqf, el cuerpo religioso que dirige los sitios islámicos en el complejo de Al-Aqsa, dijo que los fieles seguirían alejándose de la plaza de mármol y piedra elevada -el tercer lugar más sagrado del Islam- y rezarían en las calles afuera.
La muerte de tres israelíes y cuatro palestinos el viernes y el sábado en los actos de violencia alarmó a la comunidad internacional e impulsó una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para considerar formas de desactivar la crisis.
La disputa, recordaron analistas en la región, va más allá de los dispositivos de seguridad y toca temas mucho más sensibles como soberanía, libertad religiosa, la ocupación de la llamada ciuda santa y los derechos palestinos.
Los musulmanes se refieren al complejo como el Santuario Noble, mientras que los judíos lo llaman el Monte del Templo.
La ciudad vieja amurallada es parte del sector oriental de Jerusalén, destinado a ser la capital de un estado árabe palestino, pero fue ocupada por el ejército israelí en la guerra 1967.
En 1981 el parlamento israelí declaró a la ciudad su «capital indivisible y eterna» , una acció que no es reconocida por Naciones Unidas ni la comunidad internacional.