RIO DE JANEIRO, junio 2.— «Un proceso de golpe blando o golpe suave tiene una característica: los golpistas detestan ser llamados golpistas», aseveró la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en referencia a quienes impulsan el juicio político que la mantiene apartada de su cargo por 180 días sin haberse presentado pruebas de las acusaciones en su contra.
«Intentan destruir la democracia», expresó la Jefa de Estado en relación al Gobierno provisional que no fue elegido por medio de las urnas ni cuenta con la aprobación popular, reportó Telesur.
La mandataria fue recibida este jueves por miles de mujeres en Río de Janeiro en la marcha denominada Mujeres por la democracia. Ante las manifestantes, Rousseff aseveró que el golpe en su contra es claro y absoluto y recordó que la democracia en Brasil fue alcanzada gracias a la resistencia de quienes lucharon por ella, por lo que resaltó la importancia que tiene.
Añadió que el juicio político no es un golpe tradicional militar, que en años anteriores era practicado en América Latina y que consistía en demover a gobiernos populares a través de un poder armado. Aseguró que se trata de un golpe parlamentario, para el que se usa este órgano que tradicionalmente es más conservador.
Indicó que las grabaciones difundidas en los últimos días de dos ministros del presidente provisional Michel Temer en las que criticaban la investigación Lava Jato, son una muestra irrefutable de que hay un golpe de Estado en Brasil.