Manuel Valls, un hombre polémico. Autor: Le Nouvel Observateur Publicado: 21/09/2017 | 05:47 pm
Manuel Valls nació en Barcelona hace 51 años, y este lunes ha llegado a primer ministro…, pero no de España, sino de Francia, donde el presidente Francois Hollande lo ha nombrado tras la renuncia de Jean-Marc Ayrault y de todo su gabinete.
En la adolescencia se instaló en Francia, y a pesar de que a los 17 años se afilió al Partido Socialista, siguiendo la línea centrista defendida por Michel Rocard, y no la de izquierda de Francois Mitterrand, el joven Valls no obtuvo la nacionalidad francesa hasta los 20 años.
Considerado parte del ala más liberal del Partido Socialista (PS, agrupación política que acaba de ser derrotada en las elecciones municipales del domingo 30 de marzo), Valls se autodefine como un «socio-liberal a la francesa» y partidario de la llamada «tercera vía» del exprimer ministro británico Tony Blair.
Según EFE, «cosechó una enorme popularidad en los dos años últimos», cuando ocupó el cargo de ministro de Interior, y por su gestión en Evry, la «periferia caliente» de París; pero ANSA lo califica diferente al asegurar que su doctrina de la tolerancia cero sobre los romi (gitanos) y la inmigración clandestina, en ese barrio, le costó los apelativos de «primer policía de Francia» y «hombre más a la derecha de la izquierda francesa», porque ha encarnado las posturas más conservadoras del PS.
Se habla también de la lejanía ideológica entre Valls y Hollande, quienes solo se aproximaron en la campaña presidencial de 2012. Incluso en 2007, estuvo a punto de entrar en el primer Gobierno del conservador Nicolas Sarkozy, y participar en su proyecto de «apertura», pero mantuvo la disciplina del Partido Socialista, a pesar de que mantiene una línea crítica con su dirección.
Manuel Valls ha sido ministro de Relaciones con el Parlamento en el Gobierno de Rocard, en 1988, cuando solo tenía 26 años; en 1997 fue consejero para la Comunicación y la Prensa con el entonces primer ministro Lionel Jospin; intentó, pero fracasó, convertirse en diputado en 1997; fue alcalde de Evry en 2001; y en las primarias socialistas de 2011 quedó penúltimo entre los seis aspirantes, con el seis por ciento de los votos. Entonces Hollande le tendió la mano.
Se afirma que tiene la mira puesta en una posible candidatura presidencial en 2017 para sustituir a Hollande, y ha hecho de todo para permanecer siempre en las portadas y páginas de los medios galos.
Ahora tiene otra oportunidad de «lucirse», pues Hollande le pidió su competencia para —decía AFP— «enderezar» un país golpeado por la crisis económica, con un equipo «compacto, coherente y unido. Un Gobierno de combate».