Ricardo Téllez e Iván Márquez, miembros de la delegación de paz de las FARC-EP, hacen su entrada al Palacio de Convenciones, donde tiene lugar el diálogo. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:27 pm
«Hemos llegado a un convenio, y cuando uno conviene quiere decir que hay acuerdos, que hay sintonía», afirmó el delegado de las FARC-EP a las conversaciones de paz con el Gobierno, Jesús Santrich, quien manifestó que el diálogo «va por buen camino, con resultados concretos».
En un mensaje leído a la numerosa prensa que cada día aguarda la llegada de las delegaciones al Palacio de Convenciones de La Habana, donde tienen lugar los encuentros, las FARC-EP saludaron este martes el acuerdo adoptado por las partes para convocar a un foro sobre el tema agrario en Bogotá que consideraron un importante paso que abre las puertas a la participación; pero remarcaron que «mantendrán sus propios espacios de comunicación e información, abiertos a la interlocución con las organizaciones sociales, políticas y populares en general».
Al entrar las pláticas en su segunda semana de trabajo, el texto de la delegación de paz de la guerrilla afirma que el propósito es «recoger de manera directa los sentimientos, puntos de vista y anhelos nacionales».
Las FARC-EP ratificaron el rol del pueblo en el proceso pacificador «como protagonista principal» del mismo y de «toda iniciativa que conduzca al establecimiento de la justicia social y la culminación de la guerra», en razón de lo cual considera que el foro Política de Desarrollo Agrario Integral (Enfoque territorial), convocado para la capital colombiana los días 17, 18 y 19 de diciembre, se construye «sin detrimento de las demás iniciativas populares que se realicen en la búsqueda de la paz, y deberá servir de factor que ayude a motivas más participación y nuevas iniciativas».
Interrogado por los periodistas sobre la marcha de las conversaciones en relación con la tierra, tema que marca el punto uno de la agenda, Santrich afirmó que se están dando muchos eventos a nivel nacional «donde hay propuestas que la mesa va a recoger», además de las que emanen de los espacios que tiene abiertos las FARC para propiciar el debate.
«Hasta el momento hay un buen balance», ratificó acerca de las conversaciones, y manifestó que «la prensa tiene que ayudar a que sea mejor».
En cuanto a la solicitud formulada al presidente Barack Obama para que Simón Trinidad, preso en Estados Unidos y delegado de paz, pueda participar en la mesa, Santrich restó peso a pronunciamientos negativos formulados al respecto desde la nación andina y afirmó que no pierden la fe en que el Presidente estadounidense «va a dar un mensaje de paz para Colombia, con un resultado favorable a nuestra petición».
También hoy la delegación gubernamental encabezada por Humberto de la Calle entró al recinto sin dar declaraciones a la prensa.
Hasta el momento, se trabaja de conjunto tres días y el cuarto las partes laboran por separado. Según lo previsto —trascendió— así será hasta que concluya la ronda iniciada hoy y que tendrá por término el jueves, cuando la representación del ejecutivo de Juan Manuel Santos debe regresar a Colombia hasta el reinicio de las pláticas, en fecha que no se ha precisado aún.
Piden repatriación de restos de guerrilleros
En su comunicado de este martes, la delegación de paz de las FARC-EP también confirmó la solicitud formulada la víspera por su Estado Mayor Central a los gobiernos de Colombia y de Ecuador así como al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para la repatriación de los restos de los guerrilleros abatidos el 1ro de marzo de 2008 en Sucumbíos, en la frontera colombo-ecuatoriana.
La organización guerrillera pide la colaboración del CICR con la realización de exámenes forenses que permitan la identificación, y el esclarecimiento «del fin último» que tuvieron restos los del comandante Raúl Reyes. Ello, dijeron, «contribuirá enorme y eficientemente» a abrir el sendero a la paz.
Reyes, vocero de la insurgencia, uno de sus negociadores en San Vicente del Caguán y considerado por muchos, por sus nexos, como el Canciller de las FARC, fue abatido junto a otros insurgentes y seis estudiantes universitarios cuando su campamento fue bombardeado mientras todos dormían, en un ataque de las Fuerzas Armadas colombianas efectuado en la madrugada, y donde muchos presumen que estuvo la mano de Estados Unidos.