En diciembre del 2001 mujeres marcharon entre nubes de gases lacrimógenos contra el corralito. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:23 pm
BUENOS AIRES, agosto 3.— El Gobierno argentino pagó este viernes 2 197 millones de dólares que debía a los últimos tenedores de bonos víctimas del «corralito», como se bautizó la confiscación de ahorros que marcó la severa crisis que sufrió este país en 2001.
El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, explicó en un comunicado que con esta medida se deja atrás «una etapa nefasta» que coronó las políticas económicas neoliberales que se impusieron en Argentina en la década de los años 90, apuntó Notimex.
Agregó que también se cancela el modelo de «la entrada fácil de capitales y especulación financiera, cuyo costo siempre lo pagaban los más humildes y que ahogaban a los sectores productivos de la economía nacional».
Ahora, dijo, una deuda menor «nos hace más independientes. Y con menos deuda y más reservas, tenemos mayor fortaleza para enfrentar las crisis internacionales. Nos desendeudamos creciendo, no ajustando», subrayó.
El «corralito» comenzó el 3 de diciembre de 2001, cuando el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, impuso un programa de emergencia económica que limitó las disposiciones bancarias de todos los ahorristas a sólo 250 pesos semanales.
La medida originó una serie de manifestaciones populares en todo el país, que dejaron 33 muertos, saqueos en tiendas y supermercados y una crisis que culminó el 20 de diciembre con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, quien debía gobernar hasta 2003.
El «corralito», como se conoció mundialmente el programa económico, afectó la disposición de 21 000 millones de pesos o de dólares, ya que en ese momento aun regía en Argentina la paridad uno a uno entre ambas monedas.
Una de las imágenes que más se recuerda de aquel caótico diciembre de 2001 es la de una mujer que se incendió por la desesperación de no poder usar su dinero, o la de familias acampando a las puertas de las instituciones bancarias para exigir el retiro de sus cuentas, comentó Notimex.
Un mes después de la caída de De la Rúa, el presidente interino Eduardo Duhalde agravó aun más la situación de los ahorristas al ampliar la confiscación a los depósitos a plazo fijo, ya que hasta entonces la medida solo regía para las cuentas corrientes.
Así a los 21 000 millones de pesos retenidos en los bancos por conceptos de cuentas corrientes y que se había denominado «corralito» se le sumaron otros 9 000 millones de pesos de los depósitos a plazo fijo, lo que fue bautizado como «corralón».
Además Duhalde dio el tiro de gracia a los ahorristas al decretar el fin de la paridad que había operado durante una década entre el peso argentino y el dólar estadounidense y en consecuencia, pesificó todas las cuentas bancarias.
Con la devaluación que vivió Argentina, esto significó que por cada dólar depositado, los ahorristas sólo recibirían 30 centavos o un poco más, si es que aceptaban un programa de bonos que podrán cobrar en un plazo de cinco años.
«Quien depositó dólares recibirá dólares», se comprometió Duhalde, pero no cumplió y luego se justificó argumentando que en las condiciones en las que estaba el país era imposible regresar los depósitos en la divisa estadounidense.