Miles de indignados participan en una asamblea en la plaza Zuccotti, la noche del martes, en Nueva York. Autor: AP Publicado: 21/09/2017 | 05:15 pm
Centenares de miembros del movimiento de los llamados indignados marcharon hoy hacia la Casa Blanca para invitar al presidente estadounidense, Barack Obama, a unirse a sus reclamos contra la inequidad del sistema, en tanto sus pares franceses fueron acosados por la policía en París.
«Vengan con nosotros. Estamos a la vuelta de la esquina», es el eslogan de los activistas, que acamparon cerca de la mansión ejecutiva. «Lo recibiremos en nuestro movimiento», indicaron.
Mientras, la orden judicial que respaldó la estancia de los indignados en una plaza pública de Nueva York, aunque sin desplegar tiendas de campaña, abre la posibilidad de una solución a las controversias existentes entre la alcaldía de Los Ángeles y el movimiento de protesta.
Según el diario californiano La Opinión, la víspera se celebró la última de una serie de negociaciones entre el personal de la oficina del alcalde Antonio Villaraigosa, altos mandos del Departamento de Policía de la ciudad (LAPD) y dirigentes del movimiento Occupy LA, sin que se conozca el resultado del encuentro.
De acuerdo con el rotativo, los alcaldes y jefes de policía de los municipios del país con campamentos de inconformes con Wall Street discuten estrategias para evitar incidentes violentos, a raíz del choque entre manifestantes y agencias del orden en Oakland a finales de octubre.
Sin embargo, agrega ni en esa ciudad, ni en Nueva York han dejado de emplear la fuerza pública para reprimir el movimiento.
Adrew Smith, comandante del la policía de Los Angeles, es partidario de «encontrar una manera de acabar con esto pacíficamente, tener un diferente tipo de protesta».
En general, agrega el periódico, la tensión creció entre los indignados de Wall Street por los recientes arrestos y desalojos que han ocurrido en Oakland, Nueva York y otras ciudades del país.
Mientras, en la mayor urbe californiana muchos manifestantes dicen no estar dispuestos a salir bajo ninguna circunstancia.
«La gente se quiere quedar, muchos han perdido sus casas. Yo tampoco me quiero ir», expresó al diario Rubén Escobedo, un veterano de guerra que se integró a la resistencia contra el rumbo económico del país desde principios de octubre.
«Si la Policía nos corre, más personas van a llegar», señaló.
París desalojado
En tanto, la policía francesa desmanteló en la madrugada del miércoles el campamento del movimiento de indignados que se mantenía en el barrio La Defensa de París, considerado el centro comercial y financiero de la capital del país.
Si bien no hubo detenciones ni se desalojó al grupo de manifestantes, los uniformados recogieron las lonas, tiendas de campaña y cartones que había en el lugar. Los indignados franceses señalaron en un comunicado que con esta medida se les quitó los medios necesarios para resguardarse del intenso frío, que ronda los cero grados, por lo cual están obligados a dejar la zona.
Aunque el mando policial afirmó que durante el operativo no hubo hechos de violencia, los manifestantes expresaron que los agentes aplican «violencias ilegítimas y humillaciones cotidianas» que llegan «a un nivel preocupante», reseñó la agencia Efe.
«Este acoso policial no hace más que reforzar la legitimidad de esta ocupación por ciudadanos dispuestos a afrontar sus responsabilidades y a resistir de manera no violenta frente a un estado que emplea métodos fascistas indignos de una democracia», manifestaron en el comunicado.
Los indignados franceses surgieron como respuesta a los recortes sociales aplicados por la administración del presidente Nicolas Sarkozy, además de denunciar el aumento de la pobreza y el desempleo.
El movimiento de Francia se suma a los reclamos de manifestantes en España y Estados Unidos, que desde hace meses demandas cambios profundos en las políticas oficiales y respuestas concretas a las crisis económicas que viven esas naciones.