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Hora de exigir responsabilidades

Livio di Celmo, hermano del joven Fabio que murió asesinado en Cuba por una bomba en 1997 «ordenada» por Posada Carriles, asegura que para René González puede ser un peligro permanecer en suelo estadounidense

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Las voces que alertan sobre el peligro que representa para René González permanecer en suelo estadounidense por la presencia allí de connotados terroristas reconocidos, como Luis Posada Carrilles, se escuchan cada vez más alto.

Una voz que puede dar fe de ello es la de Livio di Celmo. Su hermano Fabio murió asesinado en Cuba por una bomba «ordenada» por el mismo Posada.

En declaraciones a JR vía Internet, Livio recuerda que su hermano fue una víctima inocente de un acto terrorista planificado por alguien que vive protegido en el mismo lugar donde ahora obligan a permanecer a René durante tres años más. «La injusticia que por más de 13 años llevan cometiendo contra estos cinco hombres es algo en lo que cada persona sensible, humilde y altruista se siente obligada a implicarse y hacer algo para obtener justicia; y, sobre todo, identificar a los responsables», subraya el italiano radicado en Canadá.

Catorce años después de la muerte del joven Fabio —reflexiona Livio di Celmo—, las guerras y las muertes a causa del terrorismo se intensificaron en el mundo, pero también se han hecho más latentes la conciencia y la solidaridad internacional… Ahora la humanidad se divide en dos campos: uno que necesita y exige un cambio radical y cree en un mundo mejor, y otro que quiere mantener el sistema actual. «Tenemos que ayudar a despertar esta parte de la humanidad, porque la alternativa no puede seguir siendo la violencia».

La fiscal Caroline Heck-Miller, quien se opuso a la solicitud de René de regresar a Cuba y que rehusó investigar y detener a Posada Carriles por sus reconocidos actos terroristas contra la Isla, es una de las principales responsables de la injusticia que se comete contra el luchador cubano. Livio se comprometió a denunciar su actitud junto a los hermanos de los movimientos de solidaridad internacional, así como la de la jueza Joan Lenard.

Mientras en El Paso, Texas, se escenificaba un supuesto juicio para inculpar a Posada Carriles por 11 cargos que incluían perjurio, obstrucción de la justicia y fraude migratorio, Livio afirmaba que los cambios para formar un mundo mejor serán posibles cuando los humanos despierten sus conciencias.

Ahora, cuando nuevamente el descrédito de la justicia norteamericana se hace evidente, Livio di Celmo exige ver a Posada tras las rejas. «¡La hora de exigir responsabilidades llegó!», remarcó.

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