Manifestación popular más numerosa registrada en Egipto en los últimos 30 años. La demanda es una sola: la dimisión del presidente Hosni Mubarak. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:05 pm
EL CAIRO.— El buró político del Partido Nacional Democrático (PND) dimitió este sábado en aparente proceso de renovación para aplacar las protestas contra el Gobierno de Hosni Mubarak, de quien también se afirmó que renunció a presidir la agrupación gobernante, divulgó PL.
La estrategia de aparente depuración del PND, aun cuando Mubarak se mantenga o no como su líder, es vista como un arma potencialmente efectiva para trasmitir a los opositores el mensaje de que ya está en marcha el proceso de transición hacia una mayor apertura democrática.
Según el canal estatal Nile TV, dentro de la dimisión en pleno del liderazgo del partido mayoritario, sobresalió también el reemplazo de Gamal Mubarak, hijo del mandatario y visto como su posible sucesor, por Hossam Badrawi, un político considerado parte del ala liberal.
Gamal Mubarak era jefe del comité de políticas del PND y Badrawi era el titular de su comité de educación, pero asumió el cargo que tenía el hijo del mandatario y, además, el de secretario general, del cual se apartó Safwat El-Sharif.
Las dimisiones de hoy son las concesiones más recientes de las autoridades forzadas por la presión popular, de ahí que analistas estimen que, aún sin la caída de Mubarak, el movimiento opositor ya ha ganado bastante al provocar el desmantelamiento de un Gobierno.
Desde la primera manifestación, el 25 de enero, Mubarak cambió el Gabinete, nombró a un vicepresidente y a un nuevo primer ministro, confirmó que no se postularía a un nuevo mandato presidencial en septiembre y descartó que su hijo Gamal pretendiera hacerlo.
Asimismo, subrayó su disposición a emprender reformas democráticas y enmiendas constitucionales, modificando los artículos que permiten la reelección indefinida y admitió la posibilidad de que se revoque el mandato del cuestionado Parlamento.
Por otra parte, el jefe de Estado dejó abierta la puerta para que la justicia emprendiera procesos contra exministros señalados como corruptos y desestimó emplear la fuerza luego de la violenta represión inicial contra los manifestantes en la céntrica Plaza Tahrir de El Cairo.
Los cambios en la cúpula política gobernante se producen en el duodécimo día de protestas en varias localidades del país, básicamente en el centro de esta capital, donde permanecen instalados cientos de opositores para defender ese lugar símbolo de la rebelión.
Aunque sin la dimensión de la jornada del viernes, denominada día de la salida por la pretensión de que Mubarak anunciara su renuncia a la presidencia, las protestas continuaron este sábado con menos resonancia, pero sin dejar de acaparar la atención nacional.
El jefe del Comando Central del Ejército, general Hassan El-Rawini, visitó la plaza Tahrir y pidió a los manifestantes que depusieran su protesta y retomaran el diálogo con el Gobierno, mientras el primer ministro, Ahmed Shafiq, insistió en pláticas con todas las fuerzas.
Shafiq se mostró convencido del fraccionamiento de la oposición, al confirmar que al menos tres partidos minoritarios accedieron a conversar con el vicepresidente, Omar Suleiman, sobre vías para iniciar la reforma constitucional prometida e introducir cambios democráticos.
Este sábado, la inmensa mayoría de tiendas y negocios abrieron, los puestos callejeros volvieron a vender y el tráfico fuera de lo que es el entorno a la Plaza Tahrir mostró su habitual rostro anárquico y bullicioso, pero funcionó sin grandes contratiempos.
Para este domingo está previsto que reabran los bancos y la bolsa de valores, luego de nueve días paralizados, así como las universidades, que estaban en exámenes cuando estallaron las manifestaciones antigubernamentales el 25 de enero pasado.