Evo destacó que la cita climática de Cancún debe escuchar las conclusiones de la cumbre de los Pueblos de Cochabamba. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
NACIONES UNIDAS, mayo 7.— El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió a la ONU que si la próxima cumbre de Cancún sobre cambio climático es igual a la de Copenhague, el organismo perderá su autoridad ante los pueblos.
El mandatario opinó que la reunión de diciembre próximo en ese balneario mexicano es la esperanza de los pueblos y contará con la participación de los movimientos sociales que irán a aportar a las discusiones, no a pelear.
Morales entregó este viernes al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, las conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra celebrada el mes pasado en Cochabamba.
El jefe del Estado Plurinacional de Bolivia estuvo acompañado por representantes de varias organizaciones sociales que desempeñaron un papel de primer orden en la reunión de la ciudad boliviana, narró PL.
En conferencia de prensa, el mandatario destacó la importancia de los acuerdos adoptados en ese foro por casi 40 000 delegados de 140 países.
Consideró un hecho inédito que el máximo responsable de la ONU reciba a miembros de los movimientos sociales, quienes exhortaron a Naciones Unidas a escuchar y respetar las decisiones de Cochabamba.
Morales puntualizó que si en Cancún no se escuchan ni respetan las conclusiones de Cochabamba, sus razones fundamentadas en los documentos finales, «lo lamento mucho, pero la ONU perderá su autoridad».
Dijo que en estos momentos Naciones Unidas y el movimiento mundial por los derechos de la Madre Tierra son las dos instancias más importantes vinculadas al problema del cambio climático.
Queremos trabajar juntos, debatir, analizar los graves asuntos relacionados con ese fenómeno y la crisis climática, los cuales afectan a todos y a todas por igual, insistió Evo, con la vista puesta en la conferencia de Cancún.
También apuntó que el Secretario General de la ONU y los Estados miembros de la organización tienen una enorme responsabilidad de cara al cónclave de diciembre próximo, «donde deben imperar las razones y no los caprichos de unos pocos».