El Gobierno de Irán, a través de su jefe de la compañía nacional de perforación, Heydar Bahmani, dijo que su país está dispuesto a ofrecer ayuda a Estados Unidos para detener el escape de petróleo provocado por la explosión de una plataforma en el Golfo de México y que amenaza a la costa de Luisiana (sur).
«Nuestros especialistas de la industria del petróleo, expertos en el campo de la perforación, pueden ayudar a controlar el escape provocado por el hundimiento de la plataforma del Golfo de México y evitar una catástrofe ecológica», informó.
El funcionario puso a la disposición de las autoridades norteamericana su «larga y sólida experiencia en ese campo».
El pozo perforado debajo de la plataforma vierte cada día unos 800 mil litros de petróleo al mar y provoca una marea negra que está alcanzando las costas de Luisiana. De acuerdo con el centro de Análisis de Imágenes Satelitales (Cstars) de la Universidad de Miami su tamaño se triplicó en los últimos días y alcanza más de 9 mil km cuadrados.
Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió este domingo durante su visita a Luisiana que pasarán muchos días antes de que se detenga y se limpie el vertido.
«Nos preparamos y planeamos para lo peor desde el primer día, aunque esperamos lo mejor», dijo Obama.
Sentenció que los responsables «pagarán la factura» por el derrame, que puede provocar un desastre ecológico «potencialmente enorme y sin precedentes».
Recordó que la Casa Blanca inició una investigación tras la explosión para aclarar lo sucedido. También el pasado jueves, el Gobierno decretó al incidente como «catástrofe nacional» para que el Estado pudiera destinar más fondos y enfrentar la situación.
«Haremos todo lo que esté en nuestras manos para proteger los recursos naturales», agregó el presidente estadounidense.
Este domingo seanunció la construcción de una estructura para detener el derrame de crudo del Golfo de México, que estará instalada en seis u ocho días.
Fuentes ecológicas han advertido que la mancha negra representa una amenaza para más de 400 especies marítimas, entre estas, ballenas, delfines, 110 tipos de aves neotropicales migratorias, mariscos, entre otras.
Los animales mencionados corresponden apenas a una parte de los que están potencialmente amenazados, pues se trata de una zona con un ecosistema de gran diversidad medioambiental, según el Departamento de Fauna, Flora y Vida Marina de Luisiana.
Además, el derrame petrolero puede llegar a abarcar el área de descanso del 70 por ciento de las aves acuáticas. En la zona se pesca el 50 por ciento de la producción de gambas salvajes, el 35 por ciento de los cangrejos azules y el 40 por ciento de las ostras de todo EE.UU.