Ingrid Betancourt en un video entregado como prueba de vida. Bogotá, marzo 28.— Como un paso de avance para unos y más de lo mismo para otros, es evaluado aquí un decreto presidencial expedido el jueves en la noche, y que algunos observadores entendieron como una propuesta para el canje humanitario.
El decreto es el número 880 y promete la rebaja condicional de penas y posterior liberación de guerrilleros presos a cambio de que las FARC entreguen, al menos, a uno de los retenidos que mantiene en su poder.
El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, señaló que ese es el único requisito para que se realice el acuerdo humanitario, y añadió que inmediatamente que eso ocurra, el gobierno solicitará a las autoridades judiciales la «suspensión condicional de la pena» de los guerrilleros presos cuyos nombres se haya acordado, para excarcelarlos.
Basta con liberar de inmediato a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, para que el gobierno considere que el acuerdo humanitario se ha realizado y, en tal sentido, deje en libertad a los insurgentes convenidos.
Sin embargo, la propuesta gubernamental fue calificada de imprecisa por el ex esposo de Ingrid Betancourt, Fabrice Delloyce, quien dijo temer que se trate solo de un golpe de efecto del presidente Uribe, apuntó PL.
Delloyce afirmó que el decreto contiene requisitos que las FARC ya rechazaron con anterioridad, como la condición de que los guerrilleros liberados no vuelvan a las armas, e insistió en que la solución pasa por el diálogo entre el gobierno y la insurgencia.
Tampoco se hace referencia a la desmilitarización de alguna zona que permita ese diálogo, algo que siempre han exigido las FARC, añadió.
Por su parte, Astrid, hermana de Ingrid Betancourt, apeló a la necesidad de un diálogo y recordó que las FARC han tenido gestos positivos con la liberación de otros retenidos. El gobierno, dijo, debería facilitar esa tendencia, reportó PL.
En opinión de TELESUR, la propuesta exige, básicamente, una nueva liberación unilateral por parte de las FARC, que en enero y febrero pasado liberaron a seis de sus rehenes, para excarcelar a los guerrilleros, a quienes otorgará la suspensión condicional de sus penas a cambio de sanciones alternativas.
El actual esposo de Betancourt, Juan Carlos Lecompte, consideró la propuesta de Uribe como «confusa».
Hubiera sido más deseable que el Gobierno respondiera a pedidos concretos de la guerrilla como, por ejemplo, la desmilitarización de 800 km2 en el suroeste del país para negociar la liberación de rehenes, apuntó.
Mientras, se reportó la llegada a su país del cadáver del ecuatoriano Franklin Aisalia, abatido en el bombardeo colombiano a una zona norte de Ecuador, y cuyos restos fueron llevados por los militares de la nación vecina a aquel territorio, donde lo presentaron como un supuesto guerrillero.
Forenses nacionales y extranjeros realizarían la autopsia a Aisalia, para luego realizar su velatorio y darle sepultura en su patria.
El padre volvió a negar toda vinculación de su hijo con algún movimiento insurgente, en tanto el presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmaba que, independientemente de que Aisalia tuviera o no vínculos con la FARC, no se justifica su asesinato en este territorio por fuerzas castrenses de Colombia.