Los convenios incluyen la instalación de nueve plantas procesadoras de maíz en Venezuela, el establecimiento de una fábrica de piezas de repuesto de autos y la construcción de plantas de metanol en cada uno de los países
CARACAS, septiembre 28.— La República Bolivariana de Venezuela y la República Islámica de Irán suscribieron tres nuevos acuerdos en el área industrial y petroquímica, en una breve visita del presidente Mahmud Ahmadinejad a Caracas, durante la cual se reforzó la disposición común de ambas naciones de unirse para enfrentar las amenazas imperialistas.
Según Reuters, los documentos, rubricados la madrugada del viernes, incluyen la instalación de nueve plantas procesadoras de maíz en Venezuela, el establecimiento de una fábrica de piezas de repuesto de autos y la construcción de plantas de metanol en cada uno de los países.
Ahmadinejad visitó a Venezuela por tercera vez, y por segunda vez este año, después de participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York y de hacer una breve parada en Bolivia, donde realizó un compromiso por la paz mundial junto al presidente Evo Morales y dejó establecida la apertura de una línea de financiamiento iraní por unos mil millones de dólares.
Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, felicitó a su homólogo por sus palabras en Nueva York y por su acercamiento a Bolivia, nación con la que los acuerdos de colaboración priorizan el intercambio tecnológico y el aprovechamiento de recursos en las áreas agrícolas, de hidrocarburos y minería.
En cuanto a la relación entre Caracas y Teherán, Reuters recuerda que ambas son miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y han firmado más de 30 acuerdos que permiten a la nación persa construir vehículos y tractores en el país sudamericano, así como participar en un proceso de certificación de reservas en la Faja Petrolífera del Orinoco.
El gobierno venezolano defiende el derecho de Irán a desarrollar un programa nuclear con fines pacíficos, una prerrogativa que algunos países ricos, con EE.UU. al frente, pretenden negarle a Teherán.