R.R.: Hace seis meses, por la situación de la COVID-19, conocí virtualmente a un muchacho que me interesa mucho. Creo que yo también a él. Nunca nos hemos visto, ha sido enteramente virtual. Yo nunca he tenido relaciones sexuales, por eso me da miedo conocernos. Él me ha dicho que está dispuesto a esperar, pero no sé si lo conseguirá. Yo necesito un poco de tiempo. No sé qué hacer, porque lo quiero mucho sin conocerlo aún. Tengo 17 años y él 19.
Han logrado construir un vínculo virtual. Hasta ahora han logrado distanciar el encuentro y construir cierta intimidad sicológica. ¿Qué podría impedir que construyan una intimidad física poco a poco?
En algún momento podrán conformar un vínculo con cuerpos presentes. Podrás definir las condiciones en las cuales se te hace más fácil conocerlo, elegir lugares, horarios, compañías y todo aquello que ayude a ir despacio.
Muchos temen el encuentro corporal porque no quieren confrontarse con una presencia física ajena a lo imaginado. También se teme a lo diferente, lo conflictivo, lo que falta en cualquier lazo y rompe el idilio. Ya son muchos los jóvenes que se refugian en internet o juguetes sexuales con tal de no enfrentar los retos de la vida con otra persona. El miedo puede defendernos; pero también coarta la sorpresa deleitable del encuentro con la pareja.
El inicio de las relaciones sexuales se puede desear y al mismo tiempo postergar hasta que ambos se sientan preparados. No importa cuántas veces se haya amado antes. La primera vez de una pareja es mejor si se teje a partir del deseo en el momento que se sienta bien. No debemos sorprendernos si no es igual para ambos. Cada cual tiene su ritmo. Es una de las tantas diferencias que pueden enfrentar las parejas.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica