La vida cambia y con ella también las necesidades sentidas y expresadas socialmente, las tecnologías, las miradas y las prácticas cotidianas en todas las generaciones
Quédate con un amor que te dé respuestas y no problemas
Paulo Coelho
¿Quién debe educar y cuidar nuestra sexualidad? ¿En qué edades? ¿Desde qué paradigmas? Tres lustros atrás, en la respuesta a esas preguntas se evidenciaban muchos sesgos personales y cierto acaparamiento institucional de programas, espacios y sujetos que se debían beneficiar.
Pero la vida cambia, y con ella también las necesidades sentidas y expresadas socialmente, las tecnologías, las miradas y las prácticas cotidianas en todas las generaciones.
En armonía con esa realidad, se actualizan conceptos y amplían enfoques para el traspaso de los saberes asociados a esta dimensión tan esencial de la vida en cada una de sus cuatro facetas: el erotismo, la identidad, los roles reproductivos y los vínculos interpersonales.
En la jornada científica Habanasex 2017, resultó palpable que el proyecto cubano de Educación integral para la sexualidad tiene muchas salidas académicas y asistenciales, pero todas las acciones serán pocas mientras no se coloque al individuo en el centro, no solo para recibir información o terapia, sino también para formular preguntas, participar en la construcción de las respuestas y elegir sus prácticas sexuales en un marco adecuado de deseos, capacidades y valores humanos.
La importancia del diálogo en la pareja fue resaltada en el evento. Foto: Roberto Morejón
Habanasex fue el preámbulo capitalino del 8vo. Congreso Cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual, y ha sido la única de las jornadas provinciales organizada directamente por la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes), como derivación natural de sus cinco consensos sobre enfermedades crónicas y salud sexual y reproductiva.
Casi todas las provincias ya realizaron sus jornadas y el resto lo hará en breve para elegir las experiencias que representarán el quehacer de sus profesionales en la magna cita, que se desarrollará en abril de 2018 en el Palacio de las Convenciones.
Entre las fortalezas del recién concluido encuentro cabe destacar la numerosa participación juvenil, la multiplicidad de campos profesionales que confluyeron y la presencia de instituciones donde se trabaja con la población en proyectos encaminados al bienestar humano, como el centro Oscar Arnulfo Romero, la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y el mismo Juventud Rebelde, además del tradicional aporte de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, diversas facultades de Ciencias Médicas, el Cenesex, el Instituto de Endocrinología y los centros comunitarios de salud mental de varios municipios.
Entre los retos enfatizados en estos cinco días de debate sobresale la necesidad de educar simultáneamente a las nuevas generaciones y a quienes están a cargo de guiarlas en cualquier espacio donde se ponga en juego su futuro, no solo el hogar, la escuela o la consulta médica.
El segundo es generar más filtros desde la ética y el enfoque de género a la hora de organizar los servicios de salud, concebir las clases, impartir justicia o dialogar con la pareja y la familia sobre ese bien que nos constituye —nuestra sexualidad—, aunque persistan las lagunas en el modo de nombrarla jurídica y popularmente.
Un ejemplo de ello es la demanda de condiciones prácticas que garanticen mayor privacidad, correcta actitud y tiempo suficiente para favorecer la comunicación con cada paciente, estudiante o cliente que pida orientación o necesite ayuda en algún aspecto de su vida sexual.
En resumen, hoy se percibe más sinergia entre el diseño de las dinámicas pedagógicas, las intervenciones comunitarias y los servicios asistenciales y legales, como también se levantan más voces a favor del diálogo equitativo entre los individuos y grupos con necesidad de saber y quienes sistematizan ese conocimiento, pues ambos necesitan revisarse como seres culturalmente marcados y romper las barreras de los prejuicios para desempeñar sus roles en un clima de amor y respeto mutuo.