Novedosas tecnologías son puestas a prueba en el sistema educativo cubano como parte del proceso de informatización de la sociedad
«Entre las tecnologías con mayores resultados y uso en el mundo para mejorar los estándares de aprendizaje están las llamadas Aulas Inteligentes, las cuales son el futuro inmediato en cuanto a medios técnicos desplegados con mayores potencialidades pedagógicas, según los diferentes niveles educacionales en que pueden ser utilizados», afirmó la máster en Ciencias Diana Rosa Esquivel González, entrevistada por Juventud Rebelde en el Congreso Pedagogía 2017, que sesiona hasta este viernes en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Para conocer detalles de esta novedosa tecnología, que tendrá un mayor despliegue en el país este año, JR dialogó con Esquivel González, directora adjunta de Logística del Ministerio de Educación (Mined), y con Fernando Eugenio Ortega Cabrera, director nacional de Tecnología Educativa, entidad adscrita a ese ministerio.
Ambos han estudiado las factibilidades de los diferentes equipamientos desarrollados y empleados en el ámbito educacional actual, con el objetivo de identificar opciones que permitan a estudiantes y profesores contar con herramientas capaces de contribuir al mejoramiento del proceso de enseñanza y aprendizaje en los centros educacionales del país.
—¿Qué es un aula «inteligente»?
—Las aulas inteligentes o aulas informatizadas están compuestas en cuanto a equipamiento por una Pizarra Digital Interactiva (PDI), módulos de tabletas o minilaptops —según sea la configuración deseada—, una antena wifi para la interconexión inalámbrica, un carro de carga —lugar donde se resguarda el equipamiento y se cargan los equipos para su uso—, y una computadora para el profesor. Todos estos equipos se complementan con el software apropiado, cada uno con sus riquezas propias y elementos en común en cuanto a recursos pedagógicos, para propiciar el mejoramiento del aprendizaje en los educandos, detalló la profesora Esquivel González.
—A partir de su investigación, ¿cuál de estas tecnologías ha sido considerada como la más viable y eficaz para emplear en el contexto educativo cubano?
—La propuesta seleccionada se refiere a un conjunto armónico de interacción, conformado por tabletas con sistema Android y una PDI, integradas vía wifi por una plataforma en la nube para el almacenamiento de los datos de los estudiantes. Esta PDI proviene de la empresa china TRACEBoard y ha sido desplegada con éxito en China, Inglaterra y Brasil. La herramienta es capaz de soportar el desarrollo de ejercicios diferentes y que sean evaluados desde los dispositivos, lo cual permite una mayor interacción y motivación en los estudiantes de los diferentes niveles educacionales, explica Esquivel González.
Al indagar por qué escogieron esta tecnología, la especialista argumenta: «A partir de un estudio de diferentes manuales de usuarios, el intercambio con los especialistas de nuestra dirección de Tecnología Educativa, la consulta en fórums de comunidades educativas dedicadas al uso de las tecnologías y los diferentes métodos de uso, analizamos las potencialidades de los productos ofertados por los principales proveedores de estos servicios, con el propósito de identificar cuáles usar en nuestro país. Muchos de estos no se pueden comercializar debido a las leyes del bloqueo económico y comercial a que está sometida Cuba. Por esta razón se contactó con empresas de China con representación en el territorio nacional, para poder evaluar sus soluciones de acuerdo con los estándares establecidos.
«Tras la investigación —dijo, determinamos que la solución brindada por la compañía TRACEBoard creó las condiciones para la puesta en marcha de una muestra en un centro politécnico de nuestra capital, con la dotación de un aula inteligente y la entrega del software a expertos de la Dirección de tecnología del Mined para su estudio y evaluación, de acuerdo con los estándares de la educación cubana y el uso del software educativo con que cuenta nuestro Sistema Nacional de Educación para las diferentes enseñanzas».
Fernando Ortega, por su parte, puntualizó las características del sistema TRACEBoard. «Esta PDI brinda acceso instantáneo a una variedad de recursos digitales y tiene la capacidad de elaborar, guardar, recuperar, interactuar e imprimir las tareas realizadas por los estudiantes. Luego, la formación en PDI favorece la adquisición de habilidades con las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) por parte del profesorado, y facilita el uso de una amplia gama de estilos de enseñanza-aprendizaje. Al mismo tiempo, los profesores que usan la PDI son más reconocidos por los alumnos y pueden incluir de manera integral a toda la clase en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
«Por otro lado, el buen uso de las PDI puede cambiar la naturaleza de las prácticas pedagógicas y permite adaptar los métodos de enseñanza a las necesidades individuales de los alumnos. De manera específica, algunas de sus aplicaciones facilitan la atención de alumnos con necesidades educativas especiales, y los escolares que normalmente reaccionan neutral o negativamente a las actividades de clase se vuelven más activos y contribuyentes. Además, resulta muy motivadora para los alumnos, porque las lecciones son más divertidas e interesantes, mejorando la atención y el comportamiento».
Ortega destacó que las características kinestéticas —la capacidad de arrastrar, soltar, cambiar de tamaño las formas y la pantalla fácilmente—, parecen facilitar la enseñanza de las matemáticas y la lengua en las edades tempranas. También el empleo de video y la búsqueda web permiten que el software integre de manera armónica la PDI con los dispositivos móviles existentes en el aula.
«Otro valor distintivo del sistema TRACEBoard radica en que las conformaciones de las actividades evaluativas son posibles con estadísticas de los resultados inmediatos arrojados por los estudiantes, y se caracteriza por la sencillez en la curva de aprendizaje del uso del programa para la capacitación de los docentes».
El directivo comentó también que la plataforma de navegación e interacción presenta dos roles: de estudiantes y profesores. Ambos tienen una interfaz agradable y permiten la ejecución de ejercicios interactivos. A su vez, es posible la creación de gráficas que muestran los niveles de aprendizaje, el registro de todas las actividades realizadas por los estudiantes, y el control de la navegación.
Respecto a los beneficios identificados en el politécnico donde fue implementada el aula inteligente con tecnología TRACEBoard, el profesor Ortega sostuvo: «La versatilidad de esta plataforma hace que sea un recurso muy flexible, capaz de adaptarse a metodologías y estilos de enseñanza y aprendizaje distintos, acorde con los tiempos actuales. Igualmente favorece el aprovechamiento de materiales existentes, tanto los realizados por los profesores como los creados por terceros. En tal dirección es meritorio recordar que Cuba cuenta con una cartera de más de un centenar de programas educativos curriculares, como presentaciones, documentos estáticos, páginas web, gráficos, fotografías, ilustraciones, carteles y pósters, animaciones, líneas de tiempo, esquemas y mapas conceptuales, simulaciones y videos y películas, entre otros. Todo esto hace que se pueda pensar en su inclusión en los diferentes niveles de enseñanza».
—¿Qué posibilidades y perspectivas reales existen para la extensión de las aulas inteligentes con tecnología TRACEBoard en el Sistema Nacional de Educación?
—El Mined realiza un esfuerzo para crear las condiciones materiales e ir capacitando a nuestros docentes en el uso de estos recursos tecnológicos. En consonancia con la política de informatización de nuestro país, se ha creado como estrategia la adquisición en el presente año de 29 aulas informatizadas, las que serán distribuidas por todo el país, para la creación de un centro provincial de capacitación de docentes en ejercicio, y 13 de estas en igual número de escuelas pedagógicas orientadas al adiestramiento de los maestros en formación. Estas acciones nos permitirán evaluar el impacto de dicha tecnología y la factibilidad en la práctica de la misma, en correspondencia con el uso de todos los recursos informáticos con que contamos y seguimos produciendo para nuestro sistema de Educación.