Famosos en el mundo entero, Los Beatles han inspirado incluso a numerosas investigaciones médicas. Lo que muchos no conocen es que el triunfo de esta inolvidable banda musical facilitó el invento de la tomografía computarizada
Hace pocos días la compañía de teatro La Colmenita, dirigida por Carlos Alberto (Tin) Cremata Malberti, restrenó La cenicienta según Los Beatles. En cada función espectadores de todas las edades disfrutan de la actuación de niños, quienes magistralmente construyen un puente imaginario entre las sonoridades cubanas y la música de la famosa banda británica.
Integrada por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, Los Beatles es considerada como una de las agrupaciones más encumbradas en la historia de la música.
También conocidos como los «Fab Four» —término que significa «Los cuatro fabulosos»—, ellos se convirtieron en símbolo al revolucionar la música popular con un sonido, con letras y estilo innovadores. Su marca cultural trascendió fronteras, y así sigue siendo en los tiempos que corren.
No solo hay celebridad en el campo cultural: Los Beatles impactaron asombrosamente y de distintas maneras en el campo de la medicina.
Aciertan quienes afirman que la vida sin música es simplemente inimaginable. Estudios neuroanatómicos han señalado que en aisladas áreas de nuestro cerebro —pero fuertemente interconectadas— se procesan separadamente el tono, la vibración, la armonía y el ritmo. Esta complejidad cerebral nos puede dar una idea del poder de la música sobre el desarrollo y el comportamiento del ser humano.
Hoy día, se reconoce que la música puede facilitar aspectos relativos al aprendizaje, la memoria, el lenguaje y los estados de ánimo y afectivos. Por estas razones, esta expresión del arte posee efectos beneficiosos para la salud y ha sido empleada para tratar trastornos emocionales y cognitivos.
Varios estudios clínicos han utilizado canciones de Los Beatles para estudiar las relaciones de la música con la salud. Por ejemplo, se ha recurrido a esta música para superar la ansiedad y la depresión de los pacientes en un entorno perioperatorio.
Con respecto a la retentiva, otras investigaciones han probado cómo canciones de Los Beatles alcanzan a mejorar pruebas de memoria a través de las repeticiones de las letras. Favorecen la memoria, además, cuando los versos comparten palabras incluidas en el título del tema musical.
Además, se han usado letras de canciones para el estudio del idioma inglés en edades pediátricas. Es curioso saber cómo al enseñar a cantar las canciones de Los Beatles (sobre todo las vocalizadas por McCartney), se muestran puntuaciones altas en cuanto a la calidad de la pronunciación, comparadas con otras melodías.
En 1962 Los Beatles firmaron un contrato con la empresa discográfica EMI: Este contrato ha sido reconocido como una de las mejores decisiones empresariales de la historia de las artes escénicas.
Cuatro meses después del convenio, la banda lanzó su primer disco y a partir de ese momento se transformó en fuerza motriz que movió toda la industria de la música en el Reino Unido. Las ganancias de la empresa aumentaron de forma importante y mantenida. EMI tuvo la fortuna de que la producción creativa de los Fab Four no se desaceleró.
EMI poseía otro negocio diferente al de la discografía. Participaba, además, en el desarrollo de sistemas electrónicos, entre los que se encontraban el desarrollo de radares y el primer sistema de televisión de la BBC.
La expansión económica de EMI generó un entorno excelente para la investigación e innovación científicas. Muchas fuentes han aseverado que Los Beatles impulsaron de esta manera el desarrollo de la tomografía computarizada.
Godfrey Newbold Hounsfield, uno de los empleados en EMI, había trabajado en desarrollo de radares y en la construcción de la primera computadora británica. A este investigador, el director de la compañía, John Read, le había dado libertad de trabajar en uno de sus proyectos científicos al concederle financiamiento, mayormente derivado del éxito de Los Beatles.
Housfield consideraba que los rayos X podían aportar mucha más información que la recogida en las imágenes bidimensionales a través de una simple placa radiográfica. La información de las imágenes de profundidad se perdía por la dificultad de distinguir las diferentes densidades de múltiples estructuras.
Por eso ideó la manera de tomar varias radiografías desde distintos ángulos: Así se podría materializar la adquisición de una imagen tridimensional auxiliada, además, con una computadora.
En 1967 se diseñó el primer tomógrafo de rayos X basado en los principios antes señalados. Dos años más tarde las investigaciones de Hounsfield tuvieron el apoyo adicional del Departamento de Salud y Seguridad Social.
Las condiciones ya estaban creadas para la aplicación clínica de la tomografía. Fue entonces cuando el empleado de EMI conoció al radiólogo James Ambrose. Este último trabajaba en un importante centro neuroquirúrgico de Londres.
En 1971 se realizó la primera tomografía computarizada a una mujer de 41 años de edad que padecía de un tumor cerebral. De esta forma se logró el estudio de algunas afecciones. Hasta ese momento las investigaciones de ese tipo solo se podían hacer a través de una cirugía; y a partir de la herramienta de la tomografía tendría lugar un cambio drástico en los modos de hacer diagnósticos por imágenes.
Sin olvidar la universalidad de una música que vibra en cualquier tiempo y espacio —como lo han hecho los niños de La Colmenita—, hemos explorado de manera concisa hasta aquí las evidencias científicas y los aspectos históricos que vinculan directa e indirectamente a Los Beatles con la medicina, desde los beneficios terapéuticos de su música hasta su aportación al desarrollo innovador de la tomografía computarizada.