El descubrimiento de la efectividad de una sola dosis vacunal contra el VPH apunta a la solución frente al cáncer de útero
Resistiéndonos a la tentación de hablar sobre la inteligencia artificial y su enorme rol en la consecución de un nuevo y potente antibiótico, hemos elegido hoy una buena noticia no menos relevante: el hallazgo de que una dosis vacunal contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) puede ponernos en la ruta de erradicar el cáncer de útero.
Si afirmamos algo tan esperanzador es porque ya los expertos han investigado al respecto.
Ya bien se sabe que las investigaciones sobre cáncer son muy amplias y complejas, en tanto cada tipo de esa enfermedad tiene sus propias características, pero en este caso, el cáncer uterino puede y está siendo atacado desde un punto de acceso mucho más fácil de afrontar: el Virus del Papiloma Humano, y esto ofrece ventajas considerables.
Sucede que el VPH es una de las infecciones más comunes en el mundo porque suele circular sin causar síntomas molestos, pero numerosos estudios han revelado que es el antecedente directo de este tipo de enfermedad crónica en mujeres y, en el caso de los hombres, del cáncer de garganta.
Desde 2006 ya existen vacunas contra el virus, implementadas en diferentes países, y los especialistas insisten en que esta sería la dirección correcta para una resolución definitiva del cáncer uterino. Pero, entonces, ¿cuál sería la verdadera novedad hoy?
Pues un nuevo acercamiento al tema ha revelado que en lugar de las tres dosis que se administraban en varios países, una dosis única podría hacer el mismo efecto preventivo contra el peligroso virus del papiloma.
¿Qué significaría esto, en palabras simples, en la lucha contra el cáncer de útero? Que a través de acciones coordinadas, naciones que ahora no tienen acceso a estas vacunas podrían comenzar a tenerlo, al disminuir la cantidad de dosis necesarias para la inmunización en otros países.
En detalle, precisa un artículo de National Geographic, los expertos afirman que un nuevo avance puede poner al alcance el objetivo mundial de vacunar al 90 por ciento de las niñas menores de 15 años, lo cual no es una meta modesta. Para atreverse a estas predicciones fue necesario un estudio de campo que aún está en desarrollo.
En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS)aconsejó cambiar a una sola dosis de la vacuna, explicando que no solo es eficaz, sino que también facilitará su distribución, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Pero las pruebas de esta eficacia llegaron desde estudios realizados en Costa Rica y la India, que estaban probando dosis múltiples. En ambos casos, los investigadores examinaron posteriormente a mujeres que solo habían recibido una dosis, y esos estudios revelaron que seguía siendo notablemente eficaz.
Existe una justificación biológica muy sólida para esperar que una sola dosis funcione, afirma Ruanne Barnabas, jefa de Enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts, que dirige el estudio KEN SHE, un ensayo clínico autorizado que investiga la eficacia de la vacuna de dosis única en mujeres keniatas de entre 15 y 20 años.
Por su parte, Andrew Pollard, presidente del Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido, ha ido más lejos, al afirmar a la prensa que «veremos un mundo en el que el cáncer de cuello de útero será una rareza».
Desde el inicio de estos resultados ya son más de 20 los países que han anunciado que cambiarán sus planes de vacunación contra el papiloma a una única dosis.
Cada vez hay más pruebas que respaldan esta hipótesis. El año pasado, el estudio KEN SHE detalló que la dosis única tenía una eficacia del 98 por ciento a los 18 meses, y los nuevos datos revelados el mes pasado muestran que se ha mantenido hasta los 36 meses. Mientras tanto, los resultados de un estudio que comparaba la eficacia de la vacuna en las mujeres keniatas con la de las niñas de 9 a 14 años en Tanzania mostraron que sus respuestas inmunitarias eran iguales, lo que sugiere que una dosis única podría ser igual de eficaz en el grupo de edad más joven.
Por último, los estudios de seguimiento de las mujeres y niñas de los estudios originales de la India y Costa Rica muestran que sus respuestas inmunitarias siguen siendo fuertes más de una década después de haber recibido accidentalmente una sola dosis.
La verdadera relevancia de estos resultados es la diferencia que hace para los países de bajos ingresos, que aún no han podido siquiera comenzar este tipo de vacunaciones. Es justamente en estas naciones donde, según la OMS, se acumulan alrededor del 90 por ciento de las muertes por cáncer de cuello de útero.
El paso imprescindible para la luz verde definitiva a la dosis única es la culminación de los estudios en curso sobre su eficacia, especialmente un ensayo que evalúa la eficacia de una dosis única entre 20 000 niñas de 12 a 16 años en Costa Rica y debe finalizar en par de años.
Pero ya existe un consenso bastante general sobre la recomendación de este plan de vacunación de una sola dosis, pues los expertos consideran que es muy improbable que los resultados inmunológicos sostenidos durante una década cambien drásticamente.
«Creo firmemente que la eliminación del cáncer cervicouterino es posible», declaró la subdirectora general de la OMS, Doctora Princess Nothemba (Nono) Simelela, en un comunicado de prensa en que anunciaba la decisión de la Organización de aconsejar el cambio a una dosis única. «Esta recomendación de una sola dosis tiene el potencial de llevarnos más rápidamente a nuestro objetivo de tener al 90 por ciento de las niñas vacunadas a la edad de 15 años para 2030».
No obstante, los expertos creen que probablemente pasarán décadas antes de que veamos el verdadero impacto en el cáncer de cuello uterino. puesto que en la actualidad ya hay una alta prevalencia de casos diagnosticados. Aun así, esto significaría un enorme primer paso en la verdadera ruta de la erradicación del cáncer de útero, y en unos años bien podríamos estar viendo los índices de casos bajar notablemente. Ese será, sin duda, un día más equitativo y feliz para la medicina mundial.
La mayor prevalencia de mujeres con cáncer de útero está en países pobres. Foto: Freepik