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El perro no falla

La técnica canina persiste como una de las más efectivas y no intrusiva para el enfrentamiento en frontera ante la urgente necesidad de detectar aquello que personas inescrupulosas intentan introducir en nuestro país de manera ilícita

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

ODÍN marcó el equipaje en medio del salón. Rápidamente Gabriela Menéndez, la técnica que trabaja con él, activó el sistema de alerta. Odín jamás se ha equivocado en sus seis años de labor especializada en la detección de explosivos. 

«Cuando se hicieron las revisiones del equipaje, ese pasajero traía un DVD vacío por dentro, cables, relojes digitales, supuestamente un juego de plastilina, que no era plastilina, y celulares desechables. Era como un ensamblaje para un artefacto explosivo. Para mí fue muy emocionante que Odín lo detectara porque era un caso difícil, el artefacto estaba desarmado por partes, y a medida que revisábamos, no sabíamos lo que había en la otra maleta. Si él pudo traer uno desarmado, pudo haber traído uno armado». 

Gabriela acaricia a Odín, un springer spaniel cariñoso y muy activo, pero, a su vez, muy disciplinado. Son un buen equipo, porque el temperamento de ella es ideal para desarrollarse en esa especialidad. Sus colegas reconocen que entre las mujeres y entre los hombres que también se dedican a esa área, ellos son un binomio perfecto. Ella empezó a trabajar y él era un cachorro, así que son como familia. 

También conforman un excelente equipo Claudia Milanés y Urón, quienes ingresaron a la especialidad de detección de droga juntos, hace cinco años. Recientemente obtuvieron el tercer lugar en la Competencia Regional del Servicio Federal de Aduanas de Rusia, realizada en el primer semestre del año, en la que, además, el segundo lugar lo obtuvo el técnico canino matancero Rodney Dencause Abrahante y su perra Viví, de la especialidad droga-dinero.

«Estoy muy orgullosa del trabajo que hacemos. En Rusia participamos primero en la competencia de disciplina u obediencia, luego hubo muchas pruebas de búsqueda en equipajes, autos, locales, camiones… Nosotros entrenamos mucho aquí, constantemente, porque surgen nuevas sustancias y nuevos métodos de ocultamiento, y es vital que el perro esté preparado».

En Cuba se inició este tipo de trabajo con los perros en 1961, cuando arribaron a la Isla varios canes procedentes de la extinta Checoslovaquia. Fue creada la Técnica Canina en Santiago de las Vegas, el 24 de enero, a propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con el objetivo de que estos ejemplares patrullaran la zona del Escambray en la lucha contra bandidos, y apoyaran el enfrentamiento a los primeros intentos de infiltraciones y salidas ilegales. 

Fue entonces, el 8 de julio de 1982, cuando quedó fundada la Técnica Canina en la Aduana General de la República (AGR), con la tenencia de solo 33 perros entrenados en las especialidades de detección de explosivos y drogas. Desde ese instante, se ha trabajado en el continuo perfeccionamiento de esta eficaz técnica no intrusiva.

EL ÉXITO DE UN CAN

Gabriela Menéndez y Odín entrenan a diario para perfeccionar su labor. Foto: Favio Vergara.

El coronel Manuel García Mendive, jefe de la Técnica Canina del Ministerio del Interior insiste en que la eficiente preparación de la unidad cinófila (ser humano-perro) es esencial para el buen desempeño del can y los resultados eficaces. 

«Empleamos diversas razas como el pastor alemán —perro insigne en todas las especialidades—, el belga malinois, cocker spaniels, springer spaniels y labrador. Las hembras, por lo general, son empleadas en acciones de rastro, defensa y en odorología, y el resto, en detección de sustancias y explosivos, así como en rescate y salvamento. Incluso, existen canes que trabajan en dos especialidades y es muy ventajoso porque se gana en integralidad para el enfrentamiento».

García Mendive precisó que en el país hay cuatro instituciones docentes con este perfil: La Habana, Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba, y los centros de reproducción y cría se encuentran en esas mismas provincias y también en Matanzas y Holguín. 

El coronel elogió la preparación y capacitación sistemática que reciben los técnicos caninos, quienes proceden de distintas especialidades del Minint y los instructores, cuyo trabajo como técnico haya sido meritorio. 

«Existe tecnología de avanzada para detectar en las fronteras marítimas y terrestres cualquier intento de violar lo establecido, pero sin dudas, los canes arrojan un elevado nivel de asertividad».

García Mendive explicó que, en la mayoría de los casos, la vida útil del perro es de ocho años, y que de manera
excepcional puede extenderse. Antes de esa edad, dejan de ejercer en las labores que realizan por cuestiones de salud, y en ese caso pueden desempeñar otras responsabilidades como perros custodios, por ejemplo, y si le resulta imposible, lo más aconsejable es que descanse, y lo mejor es que lo haga en casa del técnico con el que trabajó durante años. ¿Quién mejor para cuidarlo?

CAPACITACIÓN PERMANENTE

Claudia Milanés y Urón obtuvieron el tercer lugar en la Competencia Regional del Servicio Federal de Aduanas de Rusia. Foto: Favio Vergara.

 ¿No extrañan el trabajo con los canes? Fue la primera interrogante ante la posibilidad de conversar con los instructores Alejandro Morán, Alain Carrazana y Ramsés Ulloa. «Por supuesto que lo extrañamos», respondieron casi al unísono. 

Sucede que sus misiones ahora son otras, aunque similares, porque el trabajo con los canes se mantiene.  «Impartimos cursos, talleres y trabajamos en la práctica con las unidades cinófilas de manera constante», explicó Ramsés, quien recuerda a Igor, su primer perro, con mucho cariño, y al segundo, Killer, que con 14 años ya descansa en su casa, ambos dedicados a la detección de explosivos y ganadores en varias competencias. 

Morán rememora las experiencias con su primer perro, Faga, y luego con Yal, pero como instructor ya han sido muchos más los que ha asesorado. 

Los tres, como otros instructores, tienen el deber de enseñarle a los técnicos caninos cómo hacer cada vez mejor su trabajo, pero ya no pueden ellos trabajar con el perro. 

 «El perro es fundamental, pero el técnico es el guía, quien coordina y organiza el trabajo con el can. El animal puede ser muy bueno, pero si el guía no se planifica bien, no hace una labor adecuada. Y hay que pensar en la responsabilidad que llevamos sobre nuestros hombros y que la compartimos con el perro», precisó Morán. 

 El perro debe mantenerse motivado siempre, para que se concentre y haga su trabajo, aunque él piense que es un juego, añadió Ramsés. «Eso permitirá entrenarlo a diario porque son muchas las nuevas sustancias y estrategias para ocultarlas. 

 «Ellos tienen capacidades únicas pues poseen más de 250 millones de células especializadas en olores diferentes. Entonces el perro sí puede lograr lo que queremos, pero el técnico debe hacer su papel». 

Los tres instructores coinciden en que la técnica canina es la más efectiva, aunque el empleo de la tecnología es vital. «Con un buen entrenamiento, el perro nunca se equivoca», afirmó Alain. 

«Existen miles de maneras de burlar la frontera, pero tenemos otras tantas maneras de entrenar a nuestros perros para evitarlo», acotó. 

 Los equipos se modernizan y deben reemplazarse cada cierto tiempo, pero la técnica canina persiste, comenta Ramsés. «Lo más difícil es la búsqueda en equipajes porque son muchos los olores reunidos en él: perfumes, comidas, el olor del dueño, el olor de otro perro que pueda haberse acercado al maletín… y aún así, el can discrimina todos esos olores para cumplir con su misión».

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