Aunque la música caiga en las lagunas de lo efímero y se mueva por canales promocionales que en ciertos casos la convierten en hecho momentáneo, el mayor pecado de la desmemoria sería el de «esquivar» parte de esa historia cotidiana plasmada por los compositores en sus textos.
Sancti Spíritus es una sosegada ciudad con un río ancho y cargado de historia. No conozco otra que se le parezca, con sus callecitas hilvanadas por las piedras y los faroles coloniales, orgullosa del puente sobre el río Yayabo y de la Iglesia Mayor, la vieja dama de la villa que ha visto pasar a todas las mujeres y los hombres de este lugar, más los personajes vagos de los sueños y las pesadillas de los que crecimos por aquí.
Uno hace más lo que ve hacer que lo que le dicen que haga; reza un apotegma que debe ser tenido en cuenta por todos aquellos que en una u otra medida tenemos a alguien al lado que está al tanto de lo que digamos o hagamos.
Un ómnibus apedreado y con los cristales rotos. Recipientes para verter la basura arrancados de raíz, cuando no hacía dos semanas que enseñaban sus pinturas de gala. Edificios con inquilinos muy decentes por el día y que por la noche despiden la basura por las ventanas. Paredes convertidas en tristes murales, que anuncian la vida íntima de una pareja de barrio o el nombre de algún personaje anónimo con ínfulas de celebridad. Y hasta trenes cuyos vagones se han convertido en la extensión de una triste candonga o la réplica de un viejo baño de carnaval.
Hace un lustro lo conté en esta página: cuando tenía 25 años y creía, ilusamente, que la vida no me deparaba más sorpresas abracé por primera vez a José Martí.
Islas las que vamos a libertar”. Ese pensamiento del Apóstol resurge con fuerza en estos albores del siglo XXI y la región del Caribe está llamada en la actualidad a encarar el desafío de hacer una contribución esencial al equilibrio del mundo.
Coincidentemen...
Qué es lo que podría resultar irracional en nuestra sociedad. No quiero, desde luego, ...
Lamentablemente, el mismo escaso margen ...
«Lo que soy y lo que siento se lo debo más que a nadie a Martí. Por él me hice revolucionario y su enorme influencia en mí durará hasta el último aliento de mi vida». Fidel
Las lecturas martianas de Fidel fueron, como las lecturas «Herédicas» de Martí, revelaciones permanentes de lo esencial cubano, en ...