El 4 de enero de este 2022 cumplí 50 años de ejercicio profesional del periodismo, y siento que es una suerte o un premio de la vida que sea escribiendo en el Diario de la Juventud cubana, porque para mí entraña una misión renovadora, un impulso vivificante, que a la vez despierta mis raíces laborales y de activista del movimiento juvenil desde 1959.
Fue aquella década prodigiosa de 1960 la que me ofreció la formación y las oportunidades para iniciar mi actividad periodística en la Redacción Económica de Prensa Latina el 4 de enero de 1972.
En PL, empalmé mis tareas de responsable de Propaganda en el Comité Municipal de la AJR de Camagüey con el oficio de redactor, revelador de una vocación latente que se apropió de mi vida, al tiempo que me hacía misionero de la verdad humanista de la Revolución hecha por jóvenes inspirados en los mambises de Céspedes, Agramonte, Maceo y Martí.
Los 37 años en la Agencia me permitieron una formación integral al lado de Maestros del periodismo y colegas a los que doy eternas gracias.´
Aquella universidad, enriquecida por la experiencia de corresponsal permanente o enviado especial a más de 30 países, me abrió las puertas de la TV cubana en 1984, en la primera Revista de la Mañana.
En enero de 2009, recién jubilado de PL, una gratificante invitación de la Mesa Redonda me permitió participar como analista internacional en más de 300 emisiones hasta junio pasado, incluidas varias decenas en Telesur.
Lo digo con satisfacción de deber cumplido.
Y lo mismo tengo que expresar al noticiero nocturno Aquí Rebelde, de la emisora Radio Rebelde, la trinchera de ideas fundada por el Che Guevara en la Sierra Maestra, escuela de periodismo radial y tribuna mundial de la histórica victoria de Fidel Castro el 1ro de enero de 1959.
Seguir activo en Juventud Rebelde cinco décadas después de aquel afortunado ingreso a las honrosas filas del ejército de Varela, Juan Gualberto Gómez, Martí, Mella y Fidel, en el que he compartido espacio con decenas de sus más brillantes soldados, es un honroso compromiso y, por qué no, un motivo de orgullo.
Gracias a todos los colegas que ayudaron con sus enseñanzas y ejemplos.
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