El 1ro. de enero de 1959, triunfaba en las propias narices del imperio un gran suceso que cambiaría el destino de América.
El vecino poderoso no podía aceptar que floreciera en Cuba una nueva era transformadora y comenzó a trazar la estrategia para derrumbar a la naciente Revolución. Múltiples fueron los hechos, entre los que se encontraban atentados terroristas para sembrar el pánico entre los cubanos como, el atentado al vapor francés La Coubre el 4 de marzo de 1960 y el financiamiento a las diferentes bandas que operaron en varias regiones del país, acompañados de una gran campaña mediática que le diera el pretexto para invadir a Cuba.
Pero el Gobierno revolucionario seguía más fuerte y gozaba de gran respaldo popular; las medidas revolucionarias seguían en ascenso dándole cumplimiento al Programa del Moncada, los cubanos seguían construyendo una Patria con todos y para el bien de todos como soñó Martí. Se llevó a cabo la Campaña de Alfabetización, donde el campesinado cubano, que ya era dueño de su tierra al ser beneficiado por la Reforma Agraria, ahora podía aprender a leer y escribir, y así la educación se convirtió en un beneficio para todos los cubanos. Se nacionalizaron las industrias y los centrales y empezábamos a ser por primera vez dueños de nuestro propio destino. Seguíamos adelante paso a paso, creando los cimientos de nuestra Patria, pero la administración de los Estados Unidos, alentada por aquellos que perdieron sus grandes propiedades y beneficios con los cuales explotaban a los más desposeídos, y que abandonaron el país luego del triunfo revolucionario, no podía permitir que la Revolución Cubana siguiera adelante, y así gestaron sus planes criminales para impedirlo.
El 15 de abril de 1961 realizan los bombardeos a los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de Los Baños y Santiago de Cuba como preludio a la invasión mercenaria. Todo estaba bien organizado, los ataques aéreos fueron manipulados en toda una campaña mediática para hacerle creer al mundo que pilotos de las fuerzas aéreas cubanas, luego de desertar del régimen de Castro, habían bombardeado instalaciones militares para vengar la traición de un cobarde entre ellos, entre otras calumnias y difamaciones, como poner en la cola de los aviones la bandera cubana, para dar la imagen al mundo de que habían salido de nuestras bases. Todo estaba planeado, buscaban el apoyo de la opinión pública y los medios extranjeros circulaban que había sido un golpe asestado por cubanos residentes en la Isla que se decidieron a luchar contra la tiranía y la opresión o morir en el intento. Fabricaron toda una historieta y la vendieron a los principales medios.
En ese acto multitudinario del 16 de abril de 1961 en homenaje a las víctimas del genocida ataque, le dimos otro golpe al imperio, declaramos el carácter socialista de la Revolución Cubana. En esa ocasión, Fidel, principal arquitecto de esta obra afirmaba: «Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba… y que hayamos hecho una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos… y que esa revolución socialista la defendemos con esos fusiles, y que esa revolución socialista la defenderemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaban a balazos a los aviones agresores. Y esa revolución no la defendemos con mercenarios, la defendemos con los hombres y mujeres del pueblo… esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes».
Así se proclamó el carácter socialista de Cuba hace 60 años, junto a las tumbas de los compañeros caídos en el atroz ataque terrorista.
En la madrugada del 17 de abril comienza la invasión mercenaria, donde Cuba demostró la capacidad de lucha y resistencia de su pueblo y en menos de 72 horas le propinamos la primera derrota al imperialismo en América, los cubanos supimos defender con Fidel al frente a la Patria, fue una lucha de todo el pueblo para mantener nuestro socialismo recién proclamado y Kennedy tuvo que admitir públicamente su responsabilidad y la de su gobierno en los hechos. A 60 años de aquella gran victoria seguimos enfrentando al mismo imperio en otro escenario, pero con las mismas intenciones.
Como en el año 1961, cuando montaron todo un teatro bien pensado para demeritar los logros de la Revolución Cubana, han manipulado la opinión pública para llevarla a un escenario más favorable a sus propósitos, siguen financiando la subversión en Cuba y promueven el terror y el caos y financian a mercenarios que, con un desprecio total a los beneficios que han recibido por ser cubanos, alientan la desestabilización en un país que lucha con la camisa al codo por vencer a una epidemia como la COVID-19 y donde sus habitantes como milicianos han sabido combatir.
En estos tiempos difíciles, donde asalariados del imperio tratan de desestabilizarnos y otros desde el exterior fomentan y alientan una invasión, los cubanos seguimos adelante en marcha indetenible, perfeccionando nuestro socialismo, día a día luchamos por resolver nuestros problemas con la levadura de nuestro sudor. En momentos tan difíciles como la crisis existente por los efectos de la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo, impulsamos el ordenamiento económico y un plan de medidas para estimular el desarrollo agrícola y todo en consulta popular. Hemos logrado fabricar 5 candidatos vacunales para enfrentar esta terrible enfermedad que azota el mundo y antes de que finalice el año 2021 podremos inmunizar a nuestra población.
Como en aquel glorioso abril, nuestros jóvenes acudieron con fusiles a la batalla, con el aliento de impedir que su tierra amada cayera ante los ataques imperiales. Hoy cambian el arma por una bata verde como escudo ante la enfermedad, para ayudar a su pueblo a vencer, o por los campos, en la necesaria producción de alimentos, o simplemente por el noble gesto de ayudar a personas vulnerables en su comunidad y, como en aquel momento donde se apreció la guerra de todo el pueblo, hoy se lucha entre todos para lograr el país que queremos.
Como el Girón de este tiempo, entre tantas adversidades estamos realizando nuestro 8vo. Congreso del PCC, el primero sin la presencia física de nuestro líder histórico y el último dirigido por la Generación Histórica, pero confiados en la continuidad de los Pinos Nuevos, ahí está la otra gran victoria de los cubanos. Muchos apuestan por el fin cuando deje de estar esa generación que nos condujo al triunfo y nos ha guiado hasta hoy, pero el congreso como el Granma, es la embarcación que transporta a los que conducirán bajo la eterna enseñanza de Fidel, el ejemplo de Raúl y el liderazgo de Miguel Díaz-Canel Bermúdez los destinos de la nación.