Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Evo y su pueblo bailarán…

Autor:

Juana Carrasco Martín

Un viernes bien agitado, cuando lo que pensamos hace meses fue participar en los festejos por los 500 de mi Bella Habana.

No ha sido así, los acontecimientos rebasan. La América nuestra se estremece.

En Chile, como si dispararle a la cara de los manifestantes, además de cegarle un ojo, les cegara las razones por las cuales protestan: tres décadas de una supuesta democracia, esa que ha sacado a flote ahora lo peor de una herencia pinochetista, de la que su clase política no quiso, no tuvo la voluntad o no pudo echarla al vertedero de la historia. Militares y carabineros andan a sus anchas, matan, hieren, mutilan, detienen, torturan, violan...

Y este sábado, la parte del pueblo chileno que lleva semanas en las calles llevando la honra y la dignidad de todo un país y de sus pueblos, los originarios y los de las mezclas europeas y de otros lares, vuelve a decir NO a la burla. La Constitución tiene que ser la de ellos, a su medida, y no a la de una élite que les ha explotado y birlado.

Ha sido un sábado de batalla popular también en la tierra de Tupac Katari y Juana Azurduy, la tierra sin mar, ultrajada por un golpe de estado que cerceno el primer gobierno realmente representante de sus intereses, el del Primer Presidente Indígena del Estado Plurinacional de Bolivia.

Una senadora de la derecha ultraconservadora, usurpa bajo el manto de la OEA, del gobierno imperial de Donald Trump, del fascista que desgobierna en el vecino Brasil, de la contrarrevolución venezolana, y de sus propios congéneres oligarcas y racistas.

Jeanine Áñez se dijo hoy que ella es firme y bajo justificaciones de sediciosos extranjeros —que identificaron como venezolanos, cubanos y guerrilleros de las FARC—, dio orden o las recibió de los militares o policías, en definitiva, es una rueda/serpiente que se muerde la cola. Dio órdenes, repito de extremar la represión que ya era violenta y ahora se hace brutal al máximo.

Arremetió, rompiendo todas las convenciones habidas y por haber en el derecho internacional, contra civiles cubanos, colaboradores de la salud, hombres y mujeres que dejan una obra de amor traducida en vidas salvadas, en miles y miles y miles de ojos que eran ciegos o casi ciegos y ahora ven, incluso puede mirar donde está la justicia, la verdad, el bienestar que le han negado durante siglos y ahora quieren volverle a negar.

Manipulación en redes sociales, en cuentas falsas, se miente y se dice que los colaboradores cubanos participan en acciones subversivas. Lo mismo hacen con Venezuela, preparando camino para que en la nación de Bolívar y Chávez se produzca un golpe similar al de Bolivia.

Lo creo hasta el tuétano, no podrán nunca con Cuba, no podrán tampoco con Venezuela.

Coincidentemente, en Washington, el Departamento de Estado anuncia que prohíbe transacciones con cinco hoteles para garantizar que los fondos estadounidenses no respalden directamente el aparato de seguridad y al ejército de Cuba: el Gran Hotel Bristol Kempinski, en La Habana Vieja; el Grand Aston Varadero Resort; Grand Aston Cayo Las Brujas Beach Resort and Spa; Gran Muthu Imperial Hotel, en Cayo Guillermo; y el Gran Muthu Rainbow Hotel, en Playa Playuelas.

No voy a comentar una sanción más de las muchas que ha interpuesto, renovado o sacado del obsoleto saco del bloqueo por el mandatario Donald Trump. Como se dice en mi pueblo, que importa una raya más al tigre. Lo sentimos por los estadounidenses que además de perder un derecho ciudadano que supuestamente le da la Constitución, no conocerán las bellezas de un archipiélago lleno de seguridad y la hospitalidad de un pueblo alegre.

Pero somos más que un tigre, somos un caimán que sabe morder y dar coletazos. Seguiremos resistiendo y seguiremos venciendo. Hacemos y pensamos como país. Así que a trabajar más y mejor. A embellecer más La Habana y a Cuba entera que es mucho lo que hay por hacer y nos faltan recursos, pero que jamás nos falte la voluntad, los deseos y los sueños.

Justo cuando ponía ese supuesto punto final. Se daba la noticia, la Coordinadora de la Misión Médica Cubana en Bolivia ha sido puesta en libertad.

Nuestros médicos regresarán. Lo sentimos por el pueblo boliviano, como lo sentimos cuando ocurrió con el pueblo brasilero.

Pero sepan los del gobierno de facto, No somos los cubanos ni los venezolanos los que levantamos a un pueblo. Es la injusticia y ustedes han llenado la cornucopia con dolor, muerte y amargura. Se la romperán, no les quepa duda. Y Evo y su pueblo bailarán...

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