La suspensión por Twitter, hace pocas horas, de numerosos usuarios cubanos y amigos de su Revolución, supone que esa red social se ha sumado al arreciado bloqueo que Estados Unidos impone a la mayor de las Antillas. No ha sido casualidad, ni mucho menos. Twitter bloqueó las cuentas de varios medios de prensa en Cuba, entre ellos la de Cubadebate y de funcionarios de su Ministerio de Relaciones Exteriores, pocos minutos antes, este miércoles, de una importante intervención televisiva en el programa la Mesa Redonda del presidente Miguel Díaz-Canel.
Más evidente y burda no pudo haber sido la embestida de la referida red social contra la nación caribeña, atacada hoy más que nunca por el régimen de turno de la Casa Blanca. Cómo es posible entonces que Estados Unidos y sus secuaces hablen de libertades de expresión y de prensa si pagan o someten a empresas de comunicación a agredir a un país y un pueblo que únicamente defiende su soberanía e independencia, en medio del cerco económico, financiero y comercial que Washington le intensifica día a día.
A pesar de esa guerra, que le imposibilita incluso la llegada de combustibles y ello le genera serios problemas energéticos, el decano archipiélago antillano fue el primero en enviar, la víspera, ayuda humanitaria a la vecina Bahamas, devastada recientemente por el huracán Dorian.
Cierto que la fuerza de sus ideas y la ejemplar e histórica solidaridad de Cuba son espinas que tiene clavadas el imperio brutal del norte hace muchos años, y por ello ordena o utiliza a Twitter como mercenario para suspender usuarios.
Tampoco, y no por gusto, Washington ha destinado millones de dólares a utilizar por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) y sus tentáculos subversivos en la persecución de la colaboración médica cubana en todas partes del mundo.
La impotencia de las sucesivas administraciones de Washington, y en particular la del mandatario Donald Trump le impiden comprender que el llamado “Ejército Pacífico de Batas Blancas de la Isla de la Dignidad” es invencible porque cura y salva vidas en todos los rincones del planeta, a diferencia de las tropas estadounidenses que torturan, bombardean masivamente y matan a millones de personas.
Menos aún logran entender que la verdad de los cubanos ha sido, es, y será inexpugnable, y por esa razón sus adversarios siempre seguirán siendo derrotados en el campo de batalla de las ideas.
Escaramuzas groseras como la más reciente de Twitter están condenadas al fracaso, al igual que todas las patrañas contra los miles de colaboradores de la salud cubanos, y de otras esferas, que ofrecen desinteresadamente su solidaridad en el mundo.
La mayor de las Antillas se levanta más erguida cuando el enemigo la ataca. Nunca eso tampoco lo ha aprendido su poderoso vecino norteño, por ello perece en todas las contiendas.
Sigamos el ejemplo de un pueblo que su líder histórico, Fidel Castro, enseñó a vencer y nunca a ser vencido.
En un tuit este miércoles, desde una cuenta alternativa subrayé: Si piensan que van a silenciar mi pluma con la suspensión por Twitter de @montesinos2010, sepan que se equivocan, porque en lo adelante escribiré más artículos en defensa de la nación caribeña y de las causas justas. Aquí estoy con el primero.