¿Qué ocurre cuando una mujer besa a otra mujer? ¿Cuánto importan unos centímetros en la vida de un hombre? ¿Qué rumbo toma la vida de una persona que, de pronto, pierde la visión? ¿Quién es quién en una familia de mujeres insumisas? ¿Cómo tocar detrás de la burla, el nombre de la Patria?
Esas preguntas se colaron silenciosas, cebaron su inquietud en la impaciencia, retaron. Nos fuimos a encontrar las respuestas, las estamos buscando. De los desasosiegos, de una conversación con Fátima Patterson, premio nacional de Teatro; de una larga plática con Katiuska Ramos, una periodista que regresa, un ser humano en permanente estado de eclosión... surgió Piel Adentro, un espacio por la inclusión.
Decididos a compartir estas inquietudes, no hallamos plataforma mejor que el artículo 42 de la Constitución Cubana, aquel que refrenda nuestra garantía como individuos de gozar de «los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique distinción lesiva a la dignidad humana».
Una Carta Magna contra las discriminaciones. La letra, por supuesto, no basta. Había que tocar su espíritu. Se imponía darle voz, darles rostro a las humanas historias, a las angustias y a los fulgores, al camino transitado y al que resta por andar. «Solo el amor penetra», escribió José Martí.
Por eso, Piel Adentro va contra la desmemoria. Por eso rindió homenaje a José Daniel Roibal Granados (más conocido por Patricia), un personaje de leyenda, que asumió su orientación sexual como bandera. Cruzaba la ciudad con su bolso y sus sandalias, sacudía su largo cabello anudado, como si exorcizara también las burlas (incluso las piedras) que la hipocresía o la ignorancia lanzaron en su camino. Sus propios vecinos develaron a la persona que había detrás, lo evocaron. Un documentalista afirmó que alguna vez Patricia recibió la propuesta de irse del país. «Acaso no ves que la Patria la tengo tatuada hasta en el nombre», sería su respuesta.
Mi colega Jorge García Orce nos cuenta su descubrimiento del sistema Braile, su cotidiano enfrentamiento a las barreras arquitectónicas, las barreras mentales, y como sufrió, rabió, aprendió de su condición de sordo-ciego. Kennys Linsay Reyes, un actor de apenas 1,33 centímetros, conocido como El gigante de las tablas, mostró cómo lidia con la palabra enano, con la palabra lástima. Y María de Jesús Quiala, una niña con Síndrome de Down (proyecto Yeyé, un paso adelante), reconstruye mundos, cada vez que sus manos surcan el aire al compás de la música.
El espacio teje puentes entre la poesía y la visualidad. Cantó junto a Vocal Adalias y Vocal Divas, tocó las cuerdas de Aquiles Jorge, un virtuoso de la guitarra que nunca ha escuchado a su hijo autista decir papá. Enjugó lágrimas a la terapeuta Estrella Rivera Maceda del centro médico sicopedagógico América Labadí. Ella se habrá probado en otras labores, pero es allí donde late su vida. Las personas con discapacidad tienen tanto que enseñarnos.
Hubo un domingo para las mujeres insumisas de la historia, de Cuba y más allá, de antes y de ahora. Invitadas las actrices Fátima Patterson y Consuelo Duany. Madre e hija. El testimonio indagó en el legado de una y el carácter de la otra, en la familia; en cuánto de Bernarda Alba y cuánto de Juana de Arco, en la importancia de saber quién fuiste para saber quién eres.
Piel Adentro respalda los esfuerzos de la Red Social Comunitaria HxD (Humanidad por la Diversidad) que lidera el infatigable Manuel Lescay y del grupo Las Isabelas, mujeres lesbianas contra los tabúes, encabezadas por Isel Calzadilla, una activista que ha llevado un mensaje de amor, lo mismo a los barrios cubanos que a la caravana de Pastores por la Paz.
Nos vamos San Luis adentro hasta encontrar a Yenny Santos Garcés y Mercedes Guerra Núñez, 16 años como pareja, vividos con orgullo. Cuando apostaron por ellas para llevar una finca de cuatro hectáreas, reflotaron los prejuicios, emergieron las palabras hirientes; pero el tiempo pone las cosas en su lugar: lo que antes fuera yerbazal es ahora emporio. La historia se cuenta en primera persona en el surco y también en el teatro.
Piel Adentro tiene lugar el primer domingo de cada mes, en las tardes. Es un pequeño paso, pero el eco quiere ir más allá. El santiaguero Café Teatro Macubá (cuyo nombre significa Madre Cuba) resulta escenario ideal. Un equipo técnico respalda estos retos, y pregúntenle si no al productor Juan Antonio Asencio Valenciano, a colaboradores como el proyecto audiovisual Sonao Show; a gente hermosa, intensa, fiel.
Al salir, alguien nos aprieta la mano, nos deja su mirada. Cuba pretende, necesita una sociedad más inclusiva, que es decir más contemporánea, más feliz. Nuevas interrogantes tocan a la puerta. ¿Nos acompañas?