Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Esperando un bebé

Autor:

JAPE

 

Recuerdo que el pasado año, por esta fecha, hablé de las abuelas y su significativo rol en la maternidad. Hoy hablaré de los orígenes. No de los orígenes de las abuelas, que nos llevaría mucho tiempo e investigación. Me refiero a los orígenes de la maternidad; o sea, cuando germina la semillita que papá depositó en la barriguita de mamá y la cigüeña, desde París, por Messenger le avisa que en nueve meses recibirá un hermoso bebé a vuelta de correo. Hablando en materia del libro de texto de 5to. grado: «Cuando luego de un feliz acto sexual, al menos uno de los 500 millones de espermatozoides logra llegar a un óvulo, se forma un huevo o cigoto, el cual dará paso al feto que será el futuro o la futura bebé».

Según los científicos (y cualquier persona con sentido común), esta es una de las etapas más bellas en la vida de una mujer (y de su familia). La reproducción de hormonas hace que físicamente se vean esplendorosas, aunque no para todas resulta tan fácil. El simple hecho de mostrar una barriguita que crece por días resulta preocupante sobre todo para aquellas que, hasta ese momento, vivían (literalmente hablando) en el    gimnasio. Mejor dicho: en el «gim», como se les llama ahora.

La preocupación del abdomen que se abulta no es solo para ella. Para el papá y el resto de la familia circundante también es una alarma de día y de noche: ¿De qué se antojará ahora? Es la pregunta cuya respuesta puede variar entre un pote de helado de kiwi hasta una ensalada de tendones de camello con crema de leche de manatí. No exagero.

Todos sabemos que la historia generalmente comienza cuando ella llega del ginecólogo con cara de guateque y anuncia: ¡Tengo cuatro semanas! (quizá más, o menos) y entonces todos comienzan a sacar la cuenta para saber en qué mes será el alumbramiento: Ella no, su cuenta es más objetiva y a menor plazo. Su matemática gira en una ecuación cuya variable depende directamente de la cantidad de días o meses que falten para el segundo domingo de mayo. Sí, porque es importante saber si ya para esa fecha recibirá regalos por el Día de las madres. Si la barriga apenas se nota, será una justificación para algunos: «¡Ay, yo no sabía que estabas embarazada!». Si ya pasó el tan marcado día, tendrás que esperar al año que viene para los obsequios.

Usted, querida «barrigona», no se preocupe si algunas de estas variantes se ajustan a su perfil materno. Aunque parezca una incoherencia disfrute de su situación embarazosa, y reciba nuestra más cariñosa felicitación en este hermoso día.

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