BARCELONA.— Si habláramos de fútbol, quizá un duelo España-Sudáfrica sería muy bien recibido en esta bellísima ciudad. Pero estamos aquí por la Copa Mundial de béisbol y los lugareños nos miran extrañados cuando hacemos las presentaciones pertinentes.
Seguramente sucederá lo mismo en las otras cuatro sedes de la primera fase, pues en Europa nada es más importante por estos días que la nueva jornada de eliminatorias para el mundial de fútbol. En el enorme aeropuerto de Ámsterdam, donde los periodistas cubanos hicimos una escala de siete horas, la comidilla era el gran paso de la selección holandesa, invicta en sus siete presentaciones antes del partido de hoy contra Escocia.
Por cierto, en España se sigue también con gran interés el Eurobasket masculino, que arrancó esta semana en Polonia. La «furia» roja de Pau Gasol y compañía, campeona mundial y subtitular olímpica, tiene muchos seguidores por aquí.
Así, la novena española de béisbol está en franca desventaja. Si los peloteros cubanos todavía no acaparan cintillos en la prensa, imagínense el misterio que envuelve aquí al resto de los equipos.
Sin embargo, los jugadores locales quieren guapear el boleto para la segunda etapa. En ese afán su rival directo parece Puerto Rico, aunque primero deberán vencer a Sudáfrica, un equipo que tiene más carretera en eventos de alto nivel.
En fin, desde hoy tendremos mucha tela para cortar en esta Copa Mundial, cuyo gran objetivo es popularizar el béisbol en el Viejo Continente. Se dice fácil, pero hacerlo no será sencillo. Sobre todo ahora que el Comité Olímpico Internacional ha vuelto a darle la espalda.
Me pregunto si correremos la misma suerte de Woody Allen con su promocionada película Vicky Cristina Barcelona: el argumento sugerente se diluye en promesas y después solo trasciende un par de buenas actuaciones. Ojalá que no.