Los medios informativos han divulgado estas denigrantes imágenes de migrantes esposados conducidos a aeronaves militares. Autor: Wired Publicado: 01/02/2025 | 08:06 pm
En un momento crucial, los directores de la cinta Un día sin mexicanos, que vio la luz en 2004 para llamar la atención sobre la importancia que tiene el trabajo latino para la vida estadounidense, han anunciado el rodaje de la segunda parte.
Aunque el propósito de Sergio Arau y Yareli Arismendi estaba vigente desde hace algunos años, su filmación y exhibición antes de que concluya 2025 —intencional o no— resulta oportuna.
Para el día en que CNN publicó la entrevista realizada por esa cadena a ambos productores y guionistas, cerca de 3 500 latinos que vivían y trabajaban indocumentados en Estados Unidos ya habían sido deportados a sus naciones de origen en las peores condiciones y luego de arrestos con fuerza, como lo ampara la ley propuesta por Donald Trump hace diez días y aprobada de inmediato por el Congreso, que permite «repeler, repatriar, y ¡eliminar! a los extranjeros ilegales». Incluso, con la intervención de los militares.
Esa trágica realidad ha sido denunciada en espacios informativos y redes sociales, pero fue puesta sobre el tapete de la vida política y diplomática internacional por el presidente colombiano, Gustavo Petro, al negarse a recibir esposados a sus nacionales.
Con un argumento menos drástico, el filme de hace 21 años se proponía reflejar la situación de los mexicanos en la California de inicios de los 2000, bajo el mandato del gobernador Pete Wilson y la propuesta legislativa 187 que —recordó ella— «culpaba de todo lo que ocurría a los inmigrantes».
Sin embargo, el alcance de su mensaje, como era el propósito, fue más allá.
El 1ro. de mayo de 2006, y luego el 16 de febrero de 2017, defensores de los derechos civiles y particularmente de los inmigrantes, organizaron una misma protesta singular y pacífica inspirada en la cinta: que ninguno se presentara a trabajar ese día.
El acatamiento a la huelga bautizada, parafraseando el título de la cinta, como Un día sin inmigrantes se sintió, sobre todo, en el área de los servicios. Comercios y otros establecimientos en al menos 15 ciudades, incluyendo a
Washington y Nueva York, no abrieron sus puertas en 2017, lo que disminuyó el deambular habitual en importantes arterias. Antes, el respaldo a la medida había sido aún mayor.
«Nos da mucho orgullo que la película siga vigente —comentó Arau hace cuatro días. Pero nos da mucha angustia y tristeza que la situación (también) siga vigente».
La vida para los sin papeles, en verdad, se ha tornado peor. El hecho de no poseer documentación ha sido considerado por la administración republicana un acto «criminal»… y los indocumentados están siendo tratados como tales.
Agresión civil y boomerang económico
Hombres arrestados en sus casas luego del asalto a las viviendas por agentes armados, aunque vestidos de civil; jóvenes latinos llevados a viva fuerza y en plena faena laboral; madres bajo detención con sus bebitos mal alimentados; despojo de todas sus pertenencias, son algunas de las muchas denuncias formuladas apenas durante estos primeros 13 días de mandato de Donald Trump.
Reportes de prensa han señalado, sin embargo, que ninguno entre los dos centenares de colombianos trasladados en el primer vuelo de la Fuerza Aérea nacional que envió el presidente Petro a buscarlos y devolverlos a su patria con dignidad, tenía cargos ni en Estados Unidos, ni en Colombia. Es apenas un ejemplo.
Pero todavía esas acciones serán agravadas por el propósito de la Casa Blanca de trasladar a quienes sean tachados como «más peligrosos», a las inhóspitas instalaciones carcelarias improvisadas por Washington en el territorio ilegalmente ocupado a Cuba, en Guantánamo.
La amenaza es de una espeluznante evocación, pues remedará las detenciones arbitrarias y las torturas infligidas a casi 800 musulmanes llevados allí durante la falsa cruzada contra el terrorismo de George W. Bush, de los cuales unos 40 permanecen confinados, sin proceso judicial alguno, en el campo de concentración erigido desde entonces en esa porción de la bahía cubana.
Pero las violaciones a los derechos humanos de hombres y mujeres que intentan paliar las penurias causadas a sus países por un orden mundial excluyente y sostenido, precisamente, por las naciones del Norte —real e ignorada causa del fenómeno migratorio—, no constituyen la única preocupación.
Más allá de las voces de quienes defienden a los inmigrantes, pueden escucharse las de los hombres de negocio que cuestionan la política trumpista, y reparan en los daños que pueda causar a su prosperidad.
La inquietud afloró públicamente el martes, durante una teleconferencia ofrecida por líderes empresariales representantes del ramo, quienes manifestaron sus temores por la escasez de mano de obra en sectores críticos como la agricultura y la manufactura, esferas de trabajo duro y mal remunerado adonde los estadounidenses evitan acudir.
Algunas de las intervenciones no expresaron solo miedo a ese futuro. La directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition de Illinois, Roberta Shi, afirmó que las deportaciones han afectado ya a «trabajadores esenciales», aunque se afirme que la expulsión solo se aplica a individuos violentos o miembros de cárteles de la droga.
Según se supo en la conferencia, que reportó Telesur, las operaciones comerciales en el Medio Oeste de EE. UU. han reportado una disminución de 50 por ciento debido a que muchos inmigrantes, paralizados por el miedo, no se presentan a laborar. ¿Cuánto de similar puede estar ocurriendo en el resto del país?
Matt Teagarden, de la Asociación de Ganaderos de Kansas, estimó que EE. UU. enfrenta una encrucijada: importar trabajadores para mantener la producción alimentaria o depender de las importaciones, lo que sería un riesgo para la seguridad nacional.
También subrayó la necesidad de una reforma migratoria —pendiente hace décadas—, que permita legalizar a los indocumentados cumplidores de las leyes y que pagan impuestos.
Datos oficiales de hace aproximadamente un año calculaban en 11 millones los extranjeros en Estados Unidos en esa condición; pero se estima que la cifra podría sumar ahora uno o dos millones más.
«Minoría» que aporta y crece
Si lo que produjeron solo los inmigrantes latinos —sin contar los de otros confines— se considerase como el PIB de un país, ese «crecimiento» los habría ubicado en el año 2022 como la quinta economía que más prosperó en el mundo, con una cifra récord de 3,7 trillones de dólares producidos.
Pero como, obviamente, esa riqueza creada engrosó el Producto Interno Bruto estadounidense, se considera que el llamado «PIB latino» fue el que ayudó a apuntalar esa economía durante el pico de la COVID-19, y que encabezó la recuperación cuando pasó la pandemia.
Tales elementos fueron cotejados por el informe anual que desde 2017 realizan investigadores de la prestigiosa UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) y de la California Lutheran University, como parte de su Proyecto PIB Latino en EE. UU. para exaltar, justamente, la importancia de los trabajadores latinoamericanos y caribeños, a quienes se ha identificado con mejor salud que a los estadounidenses, y con más motivaciones para emprender las tareas laborales difíciles.
Los estudios demostraron que entre los años 2019 y 2022, el crecimiento anual promedio del PIB real de ese grupo poblacional fue de 4,8 por ciento; mucho más que el 1,5 por ciento reportado para la economía de Estados Unidos en general.
Durante ese lapso, los latinos fueron responsables del 41,4 por ciento de incremento que registró el PIB real de los Estados Unidos, a pesar de que representaban entonces solo el 19,2 por ciento de la población. Pero ese dato demográfico no significa poco, pues les ubicaba ya como el segundo segmento social más numeroso, después de los «nativos» blancos.
Apenas con estos pocos, pero sustanciosos elementos en la mano, es lógico que importantes sectores en aquella nación se preocupen con la política migratoria de Trump.
No solo es xenófoba, excluyente y criminal. También puede resultar improcedente para sostener su propósito de American First.