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Reclama el AlBA-TCP respeto a la soberanía de Venezuela

La 11na. Cumbre extraordinaria del arco integracionista recordó a la comunidad internacional que el Estado bolivariano es libre, independiente y democrático para resolver sus asuntos internos

 

Autor:

Redacción Internacional

CARACAS, agosto 26.— En medio de la embestida mediática que sufre la institucionalidad venezolana para desacreditar los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral tras los comicios del 28 de julio y el triunfo de Nicolás Maduro —ambos ratificados por el Tribunal Supremo— los países del ALBA-TCP rechazaron enérgicamente cualquier golpe o intento de golpe de Estado contra ese país, reclamaron que la comunidad internacional respete la soberanía, la autodeterminación y la libertad democrática de su pueblo, y recordaron que Venezuela es un Estado libre, independiente, democrático y soberano, con sus propias instituciones y leyes para resolver sus asuntos internos.

Los pronunciamientos salen al paso a las acusaciones injerencistas y sin fundamento que, siguiendo la narrativa de un sector derechista de la oposición venezolana, cuestionan los resultados de las elecciones y la victoria chavista —lo que equivale a respaldar un intento opositor de tomar ilegalmente el poder—, y forman parte de la Declaración de nueve puntos aprobada por la 11na.Cumbre Extraordinaria de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, celebrada este lunes de manera virtual con la presencia online de representantes de todos sus miembros.

En esta 11na. Cumbre Extraordinaria participaron los presidentes Miguel Díaz-Canel Bermúdez (Cuba), Luis Arce Catacora (Bolivia) y Daniel Ortega (Nicaragua), y los primeros ministros Ralph Gonsalves (San Vicente y las Granadinas), Dickon Mitchell (Granada), Roosevelt Skerrit (Dominica), Denzil Douglas (San Cristóbal y Nieves) y Philip J. Pierre (Santa Lucía), y como invitada la embajadora de Honduras en Caracas, Scarleth Romero.

Precisamente, el rechazo a la injerencia en los asuntos internos de los países de la región fue una de las posiciones coincidentes sostenidas por los dignatarios y constituyó punto esencial del texto, que ratificó a América Latina y el Caribe como una Zona de Paz, y reclamó la obligación de no intervenir directa o indirectamente en los asuntos internos de cualquier otro Estado de ella.

El ALBA-TCP también repudió la «brutal guerra comunicacional, cargada de odio, intolerancia, discriminación y desprecio» que se ha articulado contra la institucionalidad venezolana mediante las redes digitales, y denunció el desconocimiento de los resultados electorales por parte de un sector de la oposición que calificó de fascista, y que ha solicitado la intervencion  y nuevas sanciones contra su país en distintas ocasiones. Esos sectores, apuntó, ya habían dado muestras de sus intenciones golpistas al no firmar, de manera previa a la votación, el compromiso de respetar los resultados electorales.

En algunos de los comentarios que matizaron la cita, el Presidente anfitrión, Nicolás Maduro, recordó que precisamente su país fue el primero en sufrir un golpe mediático en abril de 2002 para aniquilar a Hugo Chávez; una asonada preparada por las élites que tuvo su comando en un canal de TV y contó con el respaldo del entonces mandatario estadounidense George W. Bush. Asonada revertida por el pueblo en alianza con el patriotismo de los militares.

Ahora, dijo, «en Venezuela estamos enfrentando un golpe de Estado cibernético-fascista que el pueblo venezolano, en unión cívico-militar-policial, logró contener y derrotar en las primeras 48 horas».

Querían llevar a Venezuela a un enfrentamiento total para luego pedir una intervención militar. «Es el plan que el Comandante Hugo Chávez denunció el 29 de febrero de 2004», señaló Maduro.

El Jefe de Estado venezolano, cuya reelección también fue saludada por la Cumbre del ALBA-TCP, denunció que el país ha recibido una embestida criminal, distinta a otros intentos golpistas porque fue articulada desde todos los flancos, pero aseguró que la nación está en paz, consolidando sus caminos y la Constitución, luego de la violencia aupada por la oposición derechista, implementada contra personas y sedes de las instituciones, acciones que también fueron condenadas por la Cumbre. 

Maduro apuntó, igualmente, la presencia en Venezuela de representantes de más de un centenar de líderes sociales y políticos de países de distintos continentes, quienes acudieron a presenciar la segunda Consulta Popular Nacional celebrada el domingo en ese país.

Sólido respaldo

Junto con el rechazo a la intervención foránea y el peligro que ello representa para nuestros países y para la integración regional, fue reconocida la altura política demostrada por la dirección bolivariana frente a la maquinaria desestabilizadora que agredió al país en las semanas recientes.

Así lo hizo el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien manifestó el reconocimiento y la admiración de su país a la respuesta serena, el alto sentido democrático, institucional, y la vocación de paz mostradas por Maduro y su equipo.

Díaz-Canel también se refirió al peligro que la agresión contra la nación bolivariana puede significar para el resto de los pueblos de Nuestra América.

No es posible permanecer indiferente ante una calculada articulación de las oligarquías regionales, el imperialismo, los emporios de las comunicaciones y plataformas digitales contra Venezuela. Hoy contra Venezuela, mañana contra cualquiera de nuestros países y pueblos, advirtió.

Son tiempos de unión y de firmeza ante el imperialismo, sentenció.

Desde Bolivia, el mandatario del Estado Plurinacional, Luis Arce Catacora, estimó en la misma línea que el momento es propicio para ratificar el apoyo a este mecanismo de concertación política y recordó que América Latina y el Caribe es un escenario de disputa «entre los que amamos la libertad y la independencia para todos, y los que quieren mantener los mecanismos de dominación».

Arce advirtió que es imprescindible trabajar «sobre la base de nuestras diferencias fomentando la unidad en la diversidad, y respetando el derecho de nuestros pueblos a la libre autodeterminación».

En su opinión, la injerencia externa contribuye a resquebrajar la unidad y aleja la posibilidad de mantener la región como Zona de Paz.

En nombre de los miembros caribeños del ALBA-TCP y de su propio país, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, fustigó la injerencia estadounidense en los asuntos internos de los países del hemisferio, y recordó que hay sectores de poder dentro de ese país en quienes pervive el interés de apropiarse de los recursos naturales de Latinoamérica y el Caribe.

«Aún nos queda exorcizar esas fuerzas políticas de Estados Unidos», afirmó, y señaló en otro momento: «Estados Unidos de América no tiene moral para enseñarnos nada acerca de elecciones».

Con una intervención que nuevamente ofreció enseñanzas al hurgar en la historia, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, recordó los crímenes que, en nombre de la democracia, se han producido en el mundo, y denunció que hoy el planeta es dominado por los intereses económicos y militares de quienes promueven las prácticas fascistas.

No hay nada más fascista que los crímenes que está cometiendo el Gobierno judío, dijo en alusión al gabinete israelí.

Ortega también denunció que se han establecido nuevas formas para encadenar a los pueblos. «Aquí, en Nuestra América, la práctica es el chantaje con agresiones económicas como las que le han aplicado a Cuba, Venezuela, Nicaragua y a los hermanos pueblos del Caribe», denunció.

En representación de Honduras usó de la palabra la embajadora de ese país en Caracas, Scarleth Romero, quien reafirmó el compromiso de «fortalecer los lazos de hermandad y solidaridad con los pueblos hermanos, dignos y heroicos».

«Desde Honduras abogaremos siempre y defenderemos incansablemente los procesos propios de cada nación; la autodeterminación de los pueblos es necesaria para avanzar en la construcción de las democracias que aspiramos tener», señaló.

El ALBA ha sido, es, y seguirá siendo un escudo de esperanza, de unidad, de fuerza, «una alianza de hermanos y hermanas a la que Honduras siempre estará agradecida», aseguró.

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